Poema de Néstor Fenoglio
Cada cual tiene sus muertos,
algunos de antigua podredumbre,
otros apenas estrenados,
gorriones quietos
recién detenidos en el medio de su trino.
Yo tengo muertos orgullosos y vacíos,
claras muescas inauguradas para siempre,
tumbas anónimas
resecas de sol y de muerte verdadera.
A veces, en el óxido opaco de alguna
resurrección mis muertos cantan
convencidos.
Otras veces sollozan despacio
o gimen en lenguas extinguidas.
Cada cual tiene sus muertos
tendidos prolijamente, alineados
y con su número,
su rosa seca, su florero barato.
También mis muertos se derraman
se agujerean imprecisos
y me convocan
con gritos amargos,
algunas veces.
© Néstor Fenoglio
Etiquetas: Néstor Fenoglio