31/8/12

Poema de Edna Pozzi


ahora me obligan a recordar los muertos
en sus casitas de piedra
y las fotografías ajadas donde sonríen
con chales de seda y dientes separados
ahora en los cementerios
Cecilia corre con piernas duras
del color de las lilas
buscándome entre las tumbas
y lee las placas e inscripciones
y se desconcierta de ojos verdes
mientras cada vez más lejos
yo estoy escuchando un cuarteto de Mozart
y jugando con mis niños
que todavía no hablan
y apenas si caminan sobre la hermosa tierra

© Edna Pozzi

Poema de Paulina Vinderman


Estaba destinada a esta lluvia que te desdibuja,
a estas cartas que se oscurecen como el día.
A estos almacenes para comprar lo imprescindible
en la fuga de tu tiempo, las luces frías de tu tiempo.

Las palabras saben rezar al final de la noche;
debajo de mi almohada, como dientitos de leche.

Acumulo estrofas en mis provincias (país de los
vencidos, provincias inciertas mi memoria de esparto)
mientras los ojos de la lluvia ocupan mi lugar
y me ven siempre en el eco del transbordador
dejando el muelle.

En la gaviota torpe en tierra, que ni me mira,
en los paréntesis que guardan mis secretos con
elegante resignación de viajero apagando su cigarrillo,
antes de subir.

© Paulina Vinderman

Poema de Miguel Oyarzábal


NAVEGACIONES

El mar en la mitad de la tarde,
un rectángulo de arena en el jardín.
Las cartas de navegación,
borrosas,
como el horizonte
y la brújula enredada.
Con la esperanza prestada
marcando el rumbo,
adolecimos de motines ilusorios
y el juguete hecho barco encalló.
Devastados los veranos,
solemos ser al garete
en una embarcación frágil y nocturna,
pero cuando amanece,
estamos inevitablemente solos.
El viento continúa moviendo las agujas del reloj.
Y apenas si atisba.
Y no juzga.

© Miguel Oyarzábal

Poema de Martha Goldín


esa mujer siempre recorre caminos tormentosos
vida fácil no tiene esa mujer que a veces ríe
pero los atardeceres le huelen a mar
y ella bebe lenta
.................. su ración de primavera

sabe que tiene un sitio en el planeta
para escribir sus versos
....................... amar a los que ama,
....................... hablar con los amigos

y sentir que se le llena el corazón
con las cosas más hermosas de la vida

© Martha Goldín

Poema de Graciela Bucci


Insomnio

“…la noche del insomne
es un despeñadero sin fondo…”
Waldo Leyra (Cuba)


invoco el sueño arcano
gran ausente
ofrendo mi cuarto plagado de sombras
de sonidos confusos
vigilo la pared que me confina

me acechan quejidos desolados
voces ahogadas en un túnel macabro
un puñal que lacera la herida
un resplandor de fuego en las tinieblas
dos ojos fijos
triunfantes
me observan desde el muro
oigo silbar el tren que se me fue hace tiempo
clamores ignorados
algún llanto
la cara del ausente
otra sonrisa tatuada en el cartón
manos inertes que asoman desde la tierra estéril
la corrida furiosa
cuerpos enmarañados
una adherencia amorfa entre los labios
un río subterráneo entre las piernas
la precisión del dardo en la corola ingenua
nubes de polvo que muerden la garganta
el grito sofocado de la víctima
la sábana teñida con todos los colores del fracaso

mientras la noche
sigue cayendo sin piedad
como una gota ácida sobre la piel desnuda.


© Graciela Bucci

Poema de Paulina Juszko



Estamos aquí
y la nostalgia es nuestra única herencia
una maraña de sueños fallidos nos va sofocando.
a veces / durante un minuto /
siempre y jamás dejan de ser vacías cortezas
el unicornio se escapa del tapiz
viene a mirarse en nuestro espejo
alguien
después de habernos buscado largamente
se detiene ante la puerta
hay días en que /
se camina sin vacilar
días en que /
los tréboles huelen a infancia.

© Paulina Juszko

Poema de Alicia Corrado Mèlin


CASI FINAL

Todavía garras
con guantes cristales.
Pies subterráneos
sin insecticida.
Sombra guiada en el último recreo
disimulando adioses.
Tu cuerpo alcancía
de monedas oxidadas y billetes falsos,
así,
.. Gioconda plagiada.

© Alicia Corrado Mèlin.

Poema de Roberto Reséndiz Carmona


DE BARRO

Me sé de barro
sin células para explicar el mundo
el sedimento que deja el abandono.

Arcilla desde el primer instante
............en que el cataclismo lanzó
......................bocanadas de espanto
...............................sobre las aguas frías.

Azufre soy
ácida lluvia
......la eterna calhidra de los huesos.

Ignoro
si repto en la imperceptible cadena del rocío
........................o tenga valor universal el sueño.

Ignoro
si aterrado vivo
en la vaga constelación del miedo
o en el disimulado rostro del hastío.

Me sé de barro
...copo de sal para el insomnio herido.

© Roberto Reséndiz Carmona

Poema de Marta Lía Brossa



“No podemos perder la fe en la humanidad sabiendo que Mozart fue un hombre”
Albert Einstein


“El concierto”

Imágenes doradas de aldeas pastoriles,
arrullos de agua,
bebedero de los pájaros del alma,
en los recovecos nidos, puentes,
alas de seda paridas en la médula,
en cada pianísimo neuronas de pluma,
universo liviano con piel de espuma,
vaivén de las olas en cada nota,
en cada movimiento, en cada silencio,
con el allegro esqueletos de fiesta,
sentidos que estallan y encallan,
altibajos de emociones contenidas,
ondulante, la sinfonía penetra en espirales
en los ángulos transparentes de mis sueños,
me envuelve, me despide, me sacude,
me transporta a la paranoia celestial;
de repente se corta la luz,
qué bofetada al espíritu,
qué inconveniente grosero y cruel,
qué torpeza terrenal y vana,
qué impotencia la del alma,
esta realidad oscura de sonidos difusos,
y yo,
yo que estaba escuchando a Mozart,
transgredí el paso entre la vida y la muerte.


© Marta Lía Brossa

Poema de Liliana Varela


MAREA ROJA

Soy marea roja
sin pleamar
la herrumbre esfinge
que toca pupilas
ciega senderos
crea acertijos.

Mi nombre es la furia
con que golpea el viento
la estepa del pecho
y encorva el alma.

Soy el verbo que crea y destruye
el pecaminoso acto
de ser humano
/ante todo.


© Liliana Varela

29/8/12

Prosa de Juan José Mestre


Te amé de tantas formas...

(A Loreta Mayra, mi hermana del
Malecón)

Te amé de tantas formas... Con los cuatro elementos mixturados, con los árboles de pie, pero también caídos, entre desidias y apogeos, con menguantes y pleamares, en el fango, la cascada, el viento de tu rostro dibujando borrosas carbonillas; en las runas, en cada página no escrita, palabras que no dije, paisaje dibujado con las sombras de tu cuerpo, gozo y llanto a tu vera, equinoccios y solsticios bosquejados en las sábanas, cañaveral de miel desde el abismo, sueño de fresa, despertar de almíbar. Te amé de tantas formas... Con mi alma oscura, pero con mi alma. Todo luz y todo nube, camino en cruz pero sin rumbo, tierra estéril en tu vientre abierto, ilusión del mal en tus ojos pardos. Como supe, como pude; te amé de cualquier forma.


© Juan José Mestre

Poema de Lidia Vinciguerra



......................A Leonor Calvera

Situarse
entre el cielo y la tierra.
Situarse
lentamente
en el centro sangrante.
Abandonar el esqueleto
con su cuenco
con la palidez del silencio
incluso
con el desamparo maldito del mundo.
Desterrar el ojo.
El pálido labio.
La distancia entre la boca
y la palabra.
Confines del rezo:
la margen del cabello
y una lágrima impredecible
a la hora efímera de la piedad.
Confines del rezo:
no hay lunas
en el corazón de los hombres.
Los oídos parecían ahogarse
en silencio. Y el laúd.
Digo: el laúd.
Es tan difícil verlo.
Lo han cubierto con un delicado paño de penumbras.
Es tan incomprensible.
Acaso un silencio feroz
un hueso tapado, un roble severo.
Acaso, digo
no saben cómo sangra una cuerda rota
en mitad del día.
Olvidé decir.
Olvidé decirte, Madre
le harán un tajo en la garganta.
Le harán un tajo temprano
seco
a las cuerdas del laúd.

© Lidia Vinciguerra

Poema de Julia del Prado


Asombro en orquídea

Orquídea que naces a la vida
en la selva de mis días
te arrullo en canción rosada
para que una y otra vez vuelvas
así sólo permites que haya
más asombro dentro de mi ser.

© Julia del Prado

Poema de Luis Benítez


Sexto Piso: Frances Gobernor-Coleman

Yo, la única hija de Algernon Gobernor-Coleman,
Que conocí el esplendor de este país
Antes de que llegaran los italianos, los irlandeses
Y los musulmanes, antes de que desembarcaran
Con sus hijos en el vientre los hispanos
Y los armenios y los judíos que huían de los zares,
Duermo mi sueño eterno detrás de una falsa pared
Del baño, inyectada de formol, emparedada
Por mi esposo para quedarse con toda mi fortuna.
Hace casi cien años que me pudro
Discretamente, sin olores ni gusanos,
Sin prisa, en este piso olvidado
Por albaceas, abogados y jueces.
Yo que conocí el suave contacto de la seda
Y la caricia del satén, el mimo de la piel de marta,
El aroma de la menta salvaje en la hacienda de Virginia,
Desde hace un siglo sólo rasco helados ladrillos
Colocados en apresuradas hileras frente a mi nariz
Y luego el sudor del cemento cuando hace calor en Manhattan.
Inmóvil pero todavía de pie,
Separada para siempre de un mundo
Que hicieron los míos
Pero que ya no se me parece.


© Luis Benítez

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Poema de Liliana Díaz Mindurry


PEQUEÑOS MUNDOS IV
de Wassily Kandinsky

..............................para vos, 25 de septiembre del 85

Es un bailarín delante de unos pequeños mundos
de Kandinsky.
Está a punto de muerte.
La cabeza inclinada
.......... a punto de muerte.
Medio cerebro
...................... a punto de muerte.

Los ojos que no se ven, el cabello que se ve, la parte de la espalda que se ve, la parte de la espalda que no se ve, el pecho que no se ve, el vientre abierto que se vislumbra, la mano en la rodilla y en el pie, el sexo que no se ve, las nalgas que no se ven, un lado del cuello por caerse, la oreja que se ve, la oreja que no se ve, la nariz que se ve, la boca que no se ve, la parte del brazo que no se ve, los dedos que no se ven

...................... a punto de muerte.

Adentro del ojo que no se ve
... un remolino que no se ve
...en la víbora oscura que no se ve y duerme
...En la araña negra que no se ve, dentro de la víbora oscura que no se ve y duerme
..................a punto de muerte.

..... Víbora y araña cortadas por una bala
.... cabeza llena de pólvora
....cerebro deshecho. Hace miedo aquí.

O de alguna forma es
aunque todavía sea un punto no escrito
en un papel no escrito.

Pero que va a existir.
Y la muerte es apenas una cosa por suceder
una cosa que guarda dentro de sí
...... la memoria del disparo por estallar
....la futura memoria del disparo por estallar.

© Liliana Díaz Mindurry

Poema de Leonardo Martínez



LOS NUDOS DEL SILENCIO

Sufridos santos
rubicundas vírgenes
pueblan los sueños hueros de la infancia
Infinitos rosarios presiden el decoro
¡Señor Dios mío
tanta carne de tiernísima leche
lastimada!
Mientras
cuerpos de fragancia de pecado
roturados
hendidos
beben aguas de deseo
a la sombra del árbol de la muerte
oliendo el verano en cada fruta o boca
livianos de eternidad

A través de la ventana del comedor silencioso
donde abuelos y tíos hacen dura penitencia
el niño escucha los gritos y las risas
el engullir sonoro del alegre sirvientaje
Quiere desatar los nudos de silencio
sentarse en las rodillas de Silvestre
palpar los pechos de la Rosa
comer con hambre y tocar la vida

Nadie se acuerda de sus rostros
carnes de oprobio
bocas de oración ojos de llanto
salvo Afrodita
la de undosos dedos
cuando despliega el candor rosado
de otra primavera

© Leonardo Martínez

Poema de Norma Gianico



PIEL DE QUIJOTE

Sembré tu cuerpo de cerrojos imposibles
Clavé puñales en tus llaves de esperma
Abrí las puertas de tu mirada.
Encendí tus ojos sedientos con mis hojas
que humectaban las lágrimas del Olimpo
y en tu pelo nacieron mis pájaros sin jaula
para que pudieras volar liberándome de pesadillas
y la luz de mi garganta flameó
aturdiendo tu mástil de recuerdos.
Quizás adorar tu fuego sin leños
cubrió de víboras mis fantasmas
que regresaron humeantes al cofre de utopías.
Urgente: buscarme si es posible
en el escondite de tus miedos
sin enredar inútilmente mi piel de Quijote.

© Norma Gianico

Poema de María Amelia Diaz


La muerte del poeta

Murió envuelto en la piel de sus palabras,
su muerte tiene el perfume de las letras;
lo acompañan metáforas y elipsis,
metonimias de sus noches en vela,
y le hace vela un alfabeto perpetuo
entre los versos que a su alrededor, se atropellan.
Tiempo y sombra nombraron al olvido, y no pudieron.
Cuando anden los días,
cuando los días anden, veremos que su muerte fue un engaño,
es que no existe la muerte del poeta,
sobrevive en los cafés y las cortadas
o en los pinos que el viento desenreda,
en el mar, en el amor que juega con la alegría y con la pena
y en el hueco que la noche teje
cuando el poeta construyó el poema.

© María Amelia Diaz

Poema de Antonio Pourrere


UNA ILUSIÓN

Me mira con sus ojos
....... bruscamente azulados.
Avanza...,
con la amplitud leonina de su paso,
.......... silencioso, insaciable,
.................... plagado de deseos.
Grita mí nombre,
............... y en su voz,
la palabra golpea franca,
........................... vertical,
casi como un hachazo que llega hasta el olvido.

El corazón, hasta entonces ajeno,
se abre con rumor de cansancio.
Observa levantado y espera.
Nunca es nunca.

Y todo se esfumó en un crepúsculo.
Se deshizo,
.......... el vetusto revoque del recuerdo.

...y ya no quise espejos.


© Antonio Pourrere

Poema de María González


Fuga

Cuando las alas del destino sufraguen
en la humedad de tus impulsos
y mi cuerpo se pierda convulsionado
en el lenguaje voraz de tu silencio

Cuando tiemblen mis piernas
bajo tu cuerpo desnudo
cuando el instinto me pierda
y alguien invente un latir de sangre nuevo

Cuando mis senos se apaguen en tu pecho
y me pierda en la piel de tu ternura
cuando tu locura apremie la cornisa
y se desvanezca en mi vientre

Cuando el olfato reconozca
el aroma prendido de tu esencia
y el gemido despierte una luz
en el mirar de tus ojos

Dejaré que te prendas
a mi cintura erguida
a mi latir acelerado
a lo poco que queda de este abril
fugándose de mí.


© María González

Poema de Laura Soledad Romero


ALTERIDAD

El leve aire se nutre del peso de las rocas,
el mar pesa tanto como el cielo.
Pero una mano, no es otra mano, sino ella misma.

© Laura Soledad Romero

26/8/12

Poema de Alberto de Jesús Goicouria



Cuando se advierte al mundo
con lentes de forastero,
es imposible no conmoverse.

De la rosa cortada
la muerte y la memoria.

Perpetuidad de la extracción.

Inevitable tendencia
al ruido fugaz que me compone.

Soy semilla de la raíz.

Somos la rosa
que regala el enamorado.


© Alberto de Jesús Goicouria

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Poema de Irene Marks


AL ESPÍRITU DEL VIEJO PARAÍSO

Este árbol es el centro de la casa
torrente de pasados que fluyen
sobre el tronco reseco
Trepan los pies en el polen de luz
al gigante
de nudos firmes,
brazos- escala
donde posarse,
para llegar
al techo del galpón
esa guarida
donde guardaba
un cuaderno infantil
de anotaciones
para un viaje infinito
por todos los océanos
en un barco pirata
con ojos de Salgari
Había nidos en lo alto...
Luego creció la hiedra
para cubrir el frío
que avanzaba
por tus ramas desnudas
Viste pasar
a los habitantes del jardín:
humanos y animales
Unos envejecieron. Otros
partieron muy temprano.
Ahora
vestido totalmente con la hiedra,
suben y bajan por tu cuerpo los gatos.
Y el viento te acaricia
con un canto que siempre reconoces


© Irene Marks

Poema de Máximo Ballester


La eterna

La mala poesía la buena la excelsa
es algo que no puedo distinguir
ahora que estoy ebrio recitando lugares
para no nombrarte vos que estás escrita
en el aire a fuego indeleble y ojalá el viento
te borre se ponga las ropas del olvido.


© Máximo Ballester

Poema de Jennie Escobar Montes



El tiempo se acerca
roza con su mano
la cabellera canosa
de la vida,
respira en el cuello
del ocaso,
laten las manijas
de su corazón.
Detrás del surco
del silencio
relata
pequeños trozos
de su pasado
desde antes
que el cielo
lo observe
en su paso
de locomotora perversa
sin poder detenerlo.
El océano
pudo alcanzarlo
con sus bramidos perpetuos
gritándole
pero al correr
de los siglos
el mar se volvió
llanto
de los naufragios,
el tiempo logro profanarlo
y oxida los lamentos
de los desaparecidos.

© Jennie Escobar Montes

24/8/12

Fallecimiento de Carlos Adalberto Fernández

No lo conocí a Carlos personalmente, estuvo en el blog y dejo su marca poética en el sitio. Me acabo de enterar de su fallecimiento. Va este breve homenaje a él y a su Palabra.
Mis condolencias a sus familiares, un abrazo Gus.





Nací en Buenos Aires, Argentina, en el 1939. Los 60s me dieron de lleno. Viví intensa, inocente, torpemente la época. De mi actividad literaria en esos años sobrevivieron -por pocos tiempo- dos cuentos, luego también descartados por una nueva etapa autocrítica.
A mediados del 2005 vuelvo a escribir, atraído por el aviso de un concurso de cuentos. Desde ese momento no paré, como narrador y escritor de poesia..
Gané un primer premio en la revista Abasto, otro en un concurso Almafuerte, un segundo de SADE de V. María (Córdoba), participación en selecciones y antologías en Dunken, Nuevo Ser y en varias editadas ppr grupos literarios. Abandoné los concursos y me dediqué activamente a la creación literaria. Participé en el grupo literario "Paginantes", cofundé el grupo "Muestrario de Palabras", fundé la evista virtual "Palabras al Sol", la cual dirigí en sus primeros números. Actualmente publico en diversas revistas virtuales.
Un poeta amigo definió mi narrativa: "... ese mundo sin salida de antihéroes patéticos, de la muerte, de la sinrazón... personajes unidos por el hilo inconmovible de un destino absurdo". Otros ejes son la tensión moral-instinto, las bifurcaciones que llevan al mismo lado.



ENTRE SOLEDADES

Nací. Viví, tal vez.
Ya voy muriendo.
En tanto, creo estar
aconteciendo.

Sólo llegué. Y viajaré
cuando me toque
salir de esta estación
llamada Vida.
(que es posible hallar algo de vida
entre estación final y de partida)

Se vive el miedo, la ilusión,
el odio,
la pasión, la frustración, el llanto.
Y la felicidad
que nunca dura tanto.
¿Amor? Un avatar, que duele
que hiere, que carcome y muele,
que no es vivir,
es padecer, es sino
de cualquier que sea, que al mundo vino.

Pero vivir, sentir la vida
que hiende viboreando la salida
de la soledad, del vacío, de la nada.
Sentir el Otro, ser el Otro, darse.
Cuando Uno ya no es Uno,
uno vive y es,
aunque se extinga.

Si yo fui más que yo
tal vez no llegue
tan solitario, al punto de despegue.




Corrientes sola

Es alta noche. Corrientes está sola.
Me mira. Me acompaña, yo pateando restos.

La luna deambula tras las almenas
De torres que otean inciertos horizontes.
Los pasos suenan con ecos tristes.
Corrientes está sola. Yo voy solo.
Recordamos...

¿Cuantas cosas, Corrientes?
Cuantos sueños, en patrulla utópica,
o en cortejo quebrado
o en columna de rencores.
Luego solos de nuevo, vos y yo,
Recogiendo llantos, remendando heridas,
Rehaciendo promesas.

Caminando.
Vos mirando.




Como hoja en otoño

Se fue muriendo lento
como cerrando puertas,
como apagando luces
y distanciando ruidos.

Se fue secando a tajos,
agrisando la mirada
la piel, la risa, la espera.
Las voces se fueron yendo
disueltas en gris de ayeres.

Una brisa la invitó
al último viaje, a, quien sabe.
La hoja se soltó, Se entregó al vaivén
de la brisa otoñal,
a dormir en la ilusión
de despertar en otro mundo.


© Carlos Adalberto Fernández





Poema de Fabiana León


Las semillas de sésamo
hincaron la lengua
del comensal

le supo a tierra
tostada
piedra
acertijo

las escupió
una a una

semilla por semilla
se abrió ante él
un pueblo que
no tiene lugar
en esta mesa.

© Fabiana León

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Poema de Eduardo Espósito


HUEVOS FATÍDICOS

La panza tiesa de los días
se apoya laxa en las comisuras del mundo
Van pasando las horas como imanes
Este naufragio aspira a ser certeza
Se ha borrado la línea divisoria
entre la espiga y el suelo
Ya no hay mar donde empollar
los fatídicos huevos de la ira
Todo cabe en este caldero de pócimas
...........................................austeras
Y los días
combados por el peso de las revelaciones
aguardan a la sombra nuevas nupcias
Inclemencias montadas por la biología.



...........................A Mikhail Bulgakov


© Eduardo Espósito

Poema de Cecilia Glanzmann


contemplación

Inhalo…

lo permanente mudando
en la silla que envejece
en el jardín que se renueva
en el ojo del Ser
y en nuestros ojos

la vida y la muerte que fluyen

exhalo…

Inhalo
la danza en el universo
el aire se entibia en la contemplación
que devela a más y más
el llamado.

Exhalo…

© Cecilia Glanzmann

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Poema de David Rosario Sorbille


MI VIDA

Con el alma
alejada de las sombras,
lo cotidiano hace jornada
y mi mente navega
por los caminos
de la paz.

Con el alma
alejada de las sombras,
mi vida se acercó a vos
con el mensaje eterno
de mis recuerdos
y una lágrima en mi voz.

© David Rosario Sorbille

Poema de Cristina Ramb


EL LUGAR

Si el último segundo se apagara de pronto
todo el tiempo vivido
deshojado
cayendo como pétalos
una imagen del mundo
cabría entera en tu mirada.
Quiero morir ahí donde la vida
me mostró su razón, su mejor cara:
en tus brazos
ese hueco del sol de la mañana
escuchando el galope de tu pecho
resumiendo en tu olor todos los aires
durmiendo en paz.
Después
se sucederán los días
nada saldrá de entre mis labios
lo dicho ya fue.
Será recuerdo fugaz entre las horas
que cayeron ayer cuando tu espalda
se perdió por mi calle con el día.
Ya no habrá la sorpresa ni la euforia
nada más que un silencio
adormeciendo el beso que dejamos
en el lugar más puro del deseo.
Quiero morir ahí sobre tu carne
con tus ojos librándome del miedo
al fin
de todo el miedo.


© Cristina Ramb

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Poema de Claudia Ainchil


MAPA

¿Cómo es tu mapa?
¿en que kilómetros se encuentran
los territorios lisos
las flores con sus signos
los estanques de agua,
cálido cuando el corazón pide
una segunda vuelta
y helado cuando nos equivocamos de nuevo?
¿adónde hallar esas cordilleras
temibles e inolvidables
que nos recuerdan lo humanos que somos?
¿cómo es tu mapa? pregunto
¿cómo es el mío?...


© Claudia Ainchil

Poema de Enrique Sandri


Acá es difícil matar a alguien
en Buenos Aires una vez maté a un poeta
y dio igual;
en este lugar hay tal aburrimiento
que se traduce en paz
conspira con la resurrección de la poseía.
Por eso, cada tanto me voy a la ciudad
........................ a matar un poeta.
Tranquilo con mi instinto
vuelvo a escribir ciertas porquerías.


© Enrique Sandri

22/8/12

Poema de Juany Rojas


A mi entrañable amigo Adolfo Zutel

Estuvo aquí la maldita
toreando
con su paño negro
estuvo
como siempre ha estado
sombra de nuestra sombra
Estuvo aquí la maldita
y no pudo
por eso sacó boleto de ida
No pudo aquí no pudo
esperó
le afloró la compasión
al ver el gozo
bajo la higuera y la parra
Se conmovió la maldita
con los acordes del piano
se fugó en melancolía de teclado
se vistió de rojo en carbón encendido
se enamoró en blanca tecla
se embriagó en brindis amistoso
en vino desconocido por ella
Por cinco días se olvidó la maldita
se olvidó de sí misma
Vivió la maldita vivió
gozó
dobló su paño negro
Viajó a la precordillera y un poquito al sur
hasta cantó la maldita
nuestro himno nacional
Se dejó seducir por el amor
olvidó su paño negro
comió higos dulces muy dulces
se dulcificó
la maldita
se hizo niña
sentada en sillón de mimbre
jugó con los gatos
adoró al sol
escuchó versos
se amigó con la vida
Estuvo aquí la maldita
llegó altiva
toreando
en vuelo de primera clase
y no pudo
por eso sacó boleto de ida
sin vuelta

© Juany Rojas

Poema de Roxana Palacios


Perderse de vista

Difícil, a tu edad, perderse de vista,
por muy arbitrario que sea tu tamaño
siempre hay una gota de agua
que se convierte en espejo,
un deseo que proyecta la imagen
impalpable, minúscula,
gigantesca.
Siempre hay alguien que conoce
la forma de tu cabeza,
la posición en que te gusta dormir.
A tu edad, difícil desaparecer;
alguien, por ejemplo, puede estar
guardando ahora mismo
tu recuerdo en un cajón,
tu, ignorancia en su bolsillo.
También puede pasar que al final de todo
te quedes en la pared,
formando parte de las fotos de familia,
como mi bisabuela,
blanca y negra en el hueco de la escalera.
Inútil esconderse.
Aunque creas que una especie de velo
te cubre a veces, tu sueño está
más expuesto de lo que pensabas.
Algunos lo saben,
es que el sordo y el ciego
reconocen la lluvia
de distinta manera.

© Roxana Palacios

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Poema de Jorge Boccanera



(COPÉRNICO)

...una nebulosa que comprende millones de
mundos y la concha segregada por
cualquier molusco marino, desafían la más
mínima tentativa de comparación. A mis
ojos, sin embargo, las dos están sometidas a
la misma ley de desarrollo en espiral.
........................ROGER CAILLOIS


“La selva va bordada en la imaginación” dice el
sacerdote polaco que observa una caligrafía de
palmeras en el firmamento.
Sabe que en cada sueño hay hebras de coraje.

1543. Anota: “Revolución de las esferas”.

Todo gira alrededor del corazón de la selva, en su respiración, en la corteza de los árboles.

Nicolás palpa las estelas donde los mayas dejaron
saltos de animales y pelambre de escamas.
Tiene cuarenta y siete años el que ve tallas en
guijarros que viajan por el cielo y esqueletos de
fósforo y picos de garceta.

1543. Escribe: “Cada víscera abierta es un interrogante”.

Hay quienes escupen esas manos que describen volutas.
Hay antorchas que observan de reojo las espiras celestes y el tiempo allí, pudriéndose a sus anchas.
Teorías sospechadas, inquina contra el que sabe que la
imaginación come deseo.

Todo gira en las hojas que mastica la bestia
del anhelo sin fin.

© Jorge Boccanera

Prosa de Ana Guillot


Penélope

Había sido un zumbido, estar o no estar en la noche. Ser sinuosa o promiscua. Había sido, a veces, una tentación traspasar el vicio ajeno, permearse de gotas. Como dormir en una estrella o saltar.
Los hombres huelen y ella puede. Revisar ese olor y provocarlo. Había sido un zumbido apenas, un mínimo deseo describiendo el hilado en el dibujo del liencillo.
Crece el telar como crece la fijación, la congruencia. Será la que espera. La que no se aparta de su lazo. Será la que aguarda que el lecho sostenga al más pleno en ardides, a Odiseo.
¿Hasta cuándo?, piensa, ha de pensar. Si a veces el oído descubre un arpegio letal y periférico. Y ella quiere saber. El nombre de esa voz, la prestancia del cuerpo que no quiere, no se permite mirar.
¿Hasta cuándo el mundo quedará reducido a un telar, una rueca y un huso, algo que cabe en el contorno pequeño de sus manos? Ella quiere saber qué hay más allá de la cuenca de Ítaca, de la ondulación leve de su orilla.
La mano viene y viene y viene. Se acaba de enredar un punto. Es imperfecta y peligrosa esa lazada. Habrá que destejer la imperfección. No sólo la noche impondrá la renuencia del tejido. Ahora hay un sol descomunal. Un aire tibiecito, y un olor a naranjas en el aire. Alguien entona una canción. Tiene una voz perfecta, transparente. Y la mano viene y viene.
Los hombres huelen y ella puede. Dejar de tejer, desprotegerse de ese lienzo incansable, para alimentar aún más la huella del olor, sus condimentos.
Habría sido una ligera tentación levantar la vista para mirar. Un par de hombros, unas piernas feroces, una boca. Dejar la hilera, el remanso, la casa, la habitación, la vestimenta fiel, para pensar en otro encaje. Otra manera de encajar la edad, que va pasando, en otra carne. Vital, demoledora, multiforme.
La mano va y viene, sin embargo. Los ojos se aposentan en la hilada, para no perderse sobre el calor amarillo, sobre el insecto que zumba en el límite. Viene y viene la mano, atascada. Habrá que destejer. Una lazada o dos. Para cerrar esa hilera perfecta, prolija, alba, atávica.
Zumba el insecto por la habitación que desborda amarillo, casi no se ven los contornos. Hay tanta, tanta luz, resuelve la mujer. Quisiera. Ser otra, peregrina más allá de la tela. Quisiera doblar el edredón y acostarme. Desnuda y resuelta con el canto abierto de esa voz soleada y primitiva. Ya no sé si la voz o el zumbido o ambos se detienen en los dedos. La cabeza permanece en la rueca, los dedos se entorpecen, pero continúa con la mirada fija en el telar. No se puede dejar. De oír el canto de allá afuera. Esa voz imprimiéndose en el telar, enorme.
Perfiles en la casa avanzan la pequeña lujuria de Penélope. ¿Hasta cuándo parecerá invierno?, ¿en qué momento el arte del tejido precisará un destino feroz, desorbitado? El que canta no tiene la voz del hombre que conoce la huella de su cama, pero ella sospecha, un destino de alondra en esa voz.

© Ana Guillot

Poema de Andrea Álvarez



Padre, nuestra casa
se llenó de sombras -y te digo-
hay que dejar que crezcan las paredes
como crecen los hijos
y al dolor de los recuerdos
mandarlo a patear sus angustias al patio.

Que todo el vendaval de las caricias ausentes
posen su sol de luz sobre este techo
y nos caldeen el alma.

Permitirle a las plantas que floreen,
y en las mañanas
brindarle a los ido su desplegar de pétalos
y así, entre risas aromas y colores
alegrarle la paz a nuestros muertos.

© Andrea Álvarez

Poema de Norberto Barleand


Fecunda Huella

a Rubén Darío
Cónsul de palabras


Desde el Pacífico al Mar Caribe
en el vértice de la América profunda
Central. Indígena

Herencia de mayas y de aztecas
Continental. Rebelde.

Nicaragua
.......... del vientre y de las flores.
alfareros , cesterías.
Bailan las palmeras de tus etnias
el bosque matinal , las araucarias.

Las antorchas nutren el canto de Darío
Rubén García Sarmiento.
Sembrador de la gesta literaria,
metáforas quebradas, sonetos libres.
Fecunda huella
Darío de los Abrojos
Rubén de Los Cisnes
Cantos de vida y esperanza.

Amado cónsul de palabras
Del verbo puro ,
La raza de España con su barca ,
La de Machado, Valle Inclán, Ramón Jiménez.
Rubén Darío ,
hebra de luz, sombra de nido en primavera,
del dolor y los silencios
De la Nicaragua
Tropical. en los estambres de la lluvia
Insurrecta de pueblos infinitos.
La vasija, el carbón , la guayabera
el universo que expresan tus poemas
............... con sonidos de eternidad.

Rubén de los maizales
Darío del cerezo
Has obsequiado cristales a una lengua,
castellana de vinos y de huertas
De Atahualpas , Moctezumas.

Tus ruegos aun vigentes
por humillados siglos de conquistas
a Colón has dedicado :
.... Desgraciado almirante, tu pobre América
....
Tu india virgen, hermosa de sangre cálida,
....
La perla de tus sueños es una histérica
.....
De convulsiones , nervios y frente pálida.

Sal del tiempo , geografía
Coraje a sola estrella de mar y río
Nicaragua ,
de Sandino en la epopeya y el combate
Mejía Godoy , volcánica música entre ocultas lavas
Ernesto Cardenal , poeta, padre santo

Rubén , leyenda de tu pueblo,
Darío y su “Canto a la Argentina”
que Inmortalizó la pampa brava,

Oh ¡¡¡
Rubén de mi lejana escuela,
de la tinta azul y duendes blancos
cuando arrojé a la novia primera
las sílabas del amor consagrado ,
.............. tus versos que perduran
en los brazos de la memoria

.............
Juventud divino tesoro
.............
Ya te vas para no volver
.............
Cuando quiero llorar , no lloro
.............
Y a veces lloro sin querer

© Norberto Barleand



Poema de Anamaría Mayol



MIENTRAS ENVEJECE

No quiere estar allí
sentada sobre sus cadáveres
mirando la nada
despeñándose entre las horas
mientras cava una tumba
asesinando llantos
en los espejos
allí
anclada como un árbol en su raíz
en la segura quietud
de no augurar que nada pase
No quiere escuchar esa lluvia
repiquetear en los techos
amurallada
sola
sola en esa casa
no quiere estar allí
sin él
mientras envejece

© Anamaría Mayol

Poema de Bibi Albert


PARADOJAS

Para que nada nos amarre / que no nos una nada.
Pablo Neruda

Respeto más
al San Martín enfermo
cruzando las montañas en camilla y en mula
que al copetudo erguido de los libros de historia.

Respeto más
a Jesús siendo humano, entreverado con la Magdalena
y a rebencazos con los mercaderes,
que al mártir de las dos mejillas.

Respeto más
al Neruda impiadoso,
que colecciona y expone sus amores
como a vidrios de colores y cuadros de sandías,
que al hipócrita poeta que no nombra
para que sus destinatarios sean todos y ninguno.

Y te respeto a vos, irreductible.
Arriesgándote a todos los zarpazos
de la arbitrariedad, el desprestigio, la sospecha,
del dedo acusador, de los sordos de alma,
de la hoguera para brujas que alimentan
amigos y enemigos.
Te respeto más a vos,
cruzando tus abismos a lomo de tus miedos.
Echando de tu templo a los cobardes
que mercan con los sueños.
Diciendo la verdad aunque no rime
con versos disfrazados de corderos.
Respeto más a ésa que no finge.
La que, como un ekeko con hijos y petates,
va y empieza de nuevo, tan frágil como entera,
una vez y otra vez, regando su coraje con su llanto.
La que no toma jamás por el atajo.
La que nunca concede, ni miente, ni especula.
ni se pierde el respeto.
Respeto más a la que sos, a cualquier precio,
que a la que exigen los demás que seas:
los cobardes que prefieren
lo malo conocido de este infierno,
ignorando que,
............... del otro lado,
....................... sólo hay cielo.

© Bibi Albert

Poema de Andrea Pizzella


Los duendes grises de la ciudad
agitan con alboroto sus alas de castaño.
Se ocultan ¿dónde?
Me gustaría ver a un gorrión dormir.

A veces, el día es como un almacén de heridas,
baja sus persianas y en la caja
un eterno faltante.
Contabilizo las deudas conmigo misma
y el perro que ladra
en la noche acreedora
suma y suma.

© Andrea Pizzella

21/8/12

Poema de Liliana Chavez



Algo dejamos a medias
algo olvidamos entre los pensamientos
de la noche
como si las palabras se quedaran mirando
su manantial de nada

y las personas se alejan
del placer de decirse
de tocarse

y es así como empiezan a escasear
los pequeños milagros.
© Liliana Chavez

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Poema de Estela Barrenechea


Huellas

El recuerdo en su torsión gesta tu rostro.
Lo veo con los párpados cerrados
en el círculo de la luz.
Si súbitamente aparecieras
consentiría la llaga en el latido.

Todo un otoño rebota contra mí.

Ante mis ojos se multiplican
las mesas del café,
el olor aromático del cigarrillo
y las caricias arrebatadas
....(te habré deseado tanto tras el vasito de
......vidrio).

Fluctúa en mi mente
aquella tarde hecha para hacer el amor
.............(no para la despedida).
Mejor separarse
del tiempo que te trajo a mí,
de la marea de las ideas,
de cualquier doctrina.

Es como si pudieras oír
y en la oscuridad
tu presencia diera vueltas sin parar.

© Estela Barrenechea


Poema de Marta Zabaleta


El crucero

Volvías a casa, amiga. Pero ya no estabas.
Desaparecido tu polvo, tu perfume no estaba.
Lejos de tu playa, la palmera
no te hablaba. Sólo tu cansancio.
El espejo te mostraba con su mirada dura.
Un ser distante. Sin maquillaje,
peluca, ni el viejo esplendor
de la bikini penetrada.
No estás allí. Tu ser se busca.
Albergada en este palacio de hojalata,
sólo oyes un ruido. Es tu juventud
la que te llama. Impostora.
Desde su tumba se levanta
y con sus dedos sacros
te dibuja la cruz del camposanto.
Entonces sientes cómo tu cuerpo se disuelve.
Sobre la arena quedas, derretida como crema helada.
En este crucero que ahora habitas
sólo entra la fría llovizna de esta tarde.
Y en la noche, la bruma lo iluminará
con un festival de velas blancas.

© Marta Zabaleta

Poema de Rosa Lía Cuello


AMORES

“Hay varios tipos de amor en el mercado”
Juan Sasturain

Hay amores que se pierden
en alguna tarde de palabras traicioneras
de esas que se dicen por millones.
Hay amores que se oscurecen
mucho más que las sombras complacientes
de amantes que ya se fueron.
Hay amores salvajes sin sentido
como una caricia obligada
en habitaciones con llave.
Hay amores sin ternura y confusos
como aquellos de un solo día
sin pasión ni condiciones
y todos
........ sin
......... excepción
.................. mueren
........................... como
................................ hojas
................................... caídas
...................................... cuando
............................................. sopla
............................................... el viento.

© Rosa Lía Cuello


18/8/12

Poema de Irene Gruss


LEJOS DE LA PALABRA

Estoy lejos de la palabra.
Vuelvo de asombrarme y empezar
a amar lo maltrecho, lo trunco,
y sin embargo, ya ni siquiera puedo decir
que estoy tan lejos,
que reniego
de la palabra y el presente;

ahora
la luz me denuncia
como a la sombra.

© Irene Gruss

Poema de Alejandro Schmidt


¿Saben los muertos de vos?

De lo que me pareció vivir
escribí

no para ustedes
ni el múltiple yo

sino para los muertos
para que supieran

y me esperaran.

© Alejandro Schmidt

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Poema de Isabel Krisch



porque en la caricia está el secreto
porque meter los dedos despacito
quemarse en la amalgama
gris
la cuchara que revuelve
y la mano
una y otra vez
áspero y rústico el producto
y duro y sólido
y definitivo
porque en el construir la aleación
hay una propuesta afectiva
y paciencia
y sed

© Isabel Krisch

Poema de Marizel Estonllo


Equilibrio

..........................a Jorge Paolantonio

Una gota de lluvia cae sobre el metal.
Y es sonido la diferencia.
En el fondo, la lluvia en su densidad como un coro en sordina.
Ahí el todo y la parte.
Ahí el contraste.
Ahí la unión.
Mientras la hierba se hunde en sus manos
sentimos el privilegio,
sabemos del brillo, la singularidad de esa gota.
El caprichoso juego de su perfección.
Ahora el viento mueve la noche y vuelve a surgir entre nosotros
el recuerdo.
En suspenso,
la gota siguiente lucha en la tensión de su superficie
y cae,
desprende,
cae.
Y suma.
Y abrimos las manos alojando el corazón en los otros
latiendo con la lluvia en la armonía del contraste,
venciendo los últimos resabios de una defensa innecesaria.
La gota primera ya es agua reunida en la escalera,
ya es otro destino en la ciudad.
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Ya es tal vez su primer y único destino,
una sola dirección.
un tiempo creado que continúa a lo largo del día
ese día que madura hora tras hora
y es sólo instante inmenso
y la lluvia de fondo, ese coro invisible
es en la simultaneidad
lo majestuoso del pensamiento engarzado en la emoción .
Lo mismo que puede trasladar una vida
hasta increpar al desvío más cruel
o conquistar el centro mismo del desafío
en el abrazo húmedo del viento.

© Marizel Estonllo