30/4/16
Mujer-poesía
Entra corriendo
tropieza con mi noche
de sueño ligero
planta una banderita
de libre en mis pestañas,
me espera cruzada de brazos
al borde del consuelo.
Entra corriendo
se abre paso
entre las sombras
de mis muertos,
recoge las huellas
del vacío entre distancias,
ensaya su primer vuelo.
Entra corriendo
tropelía en telaraña
de desgarros lentos,
embestida en hilachas viejas
colgadas de algún verbo.
Punto atrás para la sonrisa
de ojos negros.
Entra corriendo
arremete a horcajadas
de la primera lágrima,
amordaza el último olvido,
se exilia en mí,
íntima.
Espera.
Se arrodilla,
en franca reverencia,
besa mi mano derecha
y se marcha en silencio.
A veces vuelve.
© Sandra Gudiño
Poema de Paulina Vinderman
Un sueño ¿puede volverse loco?
Salgo en la madrugada (a la hora en que nací)
a mirar una luna tan brillante
que me trastorna.
La mañana está lejos, tan lejos
como las dos sombras que se amaban
contra la ventana en mi país frío.
La ventana que me persigue.
Mi amor que me persigue.
Y la crueldad que tiene su propia canción.
¿Qué es lo que quieres?, pregunta el monje.
Quiero mi plato de guisantes
y empezar de nuevo.
© Paulina Vinderman
Poema de Norberto Barleand
Poema inconcluso
Si algún día quedara inconcluso éste poema
los amigos de la noche
las agujas del otoño
completarán los versos
la palabra en cada estrofa ,
la geografía que convoca
el delirio de rimas asonantes
adjetivos, verbos y metáforas
Dirán que el mundo
es un laberinto de muecas y silencios,
sin destino
el futuro es pasión y es locura.
Acaso el fraude de los hombres,
con la luz que esplande entre los muros,
el mensaje del presagio ,
y un susurro compartido en soledad.
Si algún día concluye éste poema
Sus huellas caminaran
´por las fábulas del cielo,
El maquillaje gris de la ternura.
Entre el vértigo ,la zozobra de los días
Vencerán con voces que se escurren
por desoladas alturas de paisajes ocultos.
No habrá luz, ni lluvia,
tormentas o agonías
el universo estallará en la bruma de los tiempos
pero el poeta
será
imprescindible
© Norberto Barleand
Poema de Ofelia Pereyra
La tarde
languidece
con el
aroma sutil
de los
lapachos en flor,
el camino
tapizado de piedras
levanta en
sus manos ajadas
los
recuerdos vertidos por la nostalgia;
la lluvia
amansa la tristeza,
las
lágrimas se mezclan caprichosas
con el agua
del río manso,
la montaña
abraza el horizonte
parece clavarse
como flecha
en el azul
infinito,
las nubes
se aglutinan
como
coloridas guirnaldas
para formar
el mágico cortejo
del dios de
la tormenta.
Desde la
profundidad, Ba ‘ al
ejecutará
la música con rayos y truenos
las sirenas
bailarán
y cantarán
las caracolas
la canción
del pirata.
Adónde se
esconde
el capitán
pirata,
con sus
ojos oscuros
tan negros
como la muerte,
para quemar
sus ansias
con sus
labios apretados
conteniendo
la venganza
y un hálito
de fuego.
© Ofelia Pereyra
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Poema de Olga Liliana Reinoso
A QUIÉN TEMER
¿A quién le tengo que temer?
¿A dios? ¿al diablo? ¿a mi conciencia?
¿a las tinieblas de los pensamientos?
¿al mendaz? ¿al oscuro? ¿al repulsivo?
¿al asesino a sueldo? ¿a los violentos?
¿a los mediocres? ¿a los envidiosos?
Yo solo temo al miedo.
Y aun lo enfrento.
© Olga Liliana Reinoso
Poema de Noemí Correa Olivé
LUPE
Busqué entre los intersticios del cielo
ésos, que abren
ventanas al paraíso,
miré por los pasillos iluminados desde lo alto
soplé a las nubes para que se corran
sospeché de unos
globos transparentes
que se mueven entre los árboles
y me dejé flotar
entre sus vuelos lánguidos,
subí a las terrazas más elevadas del conciente
apelé a todos mis sentidos
y a las gafas recetadas por oculistas encandilados de
cristal,
supliqué a la noche que le conceda a la tarde
un último jirón de luz
y que mis ojos superen su miopía etérea
para asirte
con mis pupilas de yeso…
Todo esto. Y más.
Pero no te vi. Subiste por algún canal incognoscible, lo sé,
tus manos me apretaban sin piedad alguna región interior
entre el pecho y el estómago.
Lo que pude hacer, era previo. Soy ente que no ha pactado.
¿Qué derecho puedo esgrimir ante mi necesidad
de tacto y beso?
Lupe, esto de vivir
es un continuo
de decir adioses.
© Noemí Correa Olivé
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Poema de Teresa Vaccaro
POESÍA
Cálida ala de paloma,
tenue gota de rocío,
golondrina en primavera.
Incondicional en el secreto
guardas magia,
aroma de azahares.
Verdadera,
te vistes de vid madura,
de escucha atenta,
de oasis en el páramo,
de sonido en el silencio,
de reserva eterna.
Cuando abres tu mano
ya no somos huérfanos.
© Teresa Vaccaro
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Poema de Marta Comelli
MONSTRUOS AMARILLOS
‘’Juraría que había un mar’’*
Cuando el sol se
ponía sollozaban monstruos amarillos en
sus costas.
Mi amante, que no sabía amar,
-y nunca me amó-
recogía aguas de ese mar
y me bañaba en noches
espumosas.
Yo besaba sus pies, pero eso, no era suficiente para ser
feliz.
Torpemente, deseaba que me amara como a nadie,
y sólo a mí.
Que dijera ‘’te amo’’ con su boca extensa. Pero nunca…
Me suponía feliz entre esos monstruos amarillos, ataviados
de tardes de sol,
Y a pesar, era poco y lo entendía.
Y porque era poco y lo entendía o por alguna inexplicable razón, extraña al desamor,
seguía jurando que cerca,
debería haber un mar,
para mi sed.
* Concha García
© Marta Comelli
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29/4/16
Poema de Silvia Gómez
Pájaros
Es cierto, he preferido el abismo de las noches negras
cuando la piel huele añeja, agotada
y caer en las veredas, en las calles
cruzando las fronteras
// asfixiada.
Es cierto, probé el sabor amargo,
de los fracasos
y sombras que arrugaron mis ombligos
atándome una cinta
invisible entre las piernas
sujetando los deseos
al olvido.
Pero verás
no fui las eventuales coincidencias de tus noches
Mis pájaros sacudieron los cimientos del hastío
Y el vuelo me ha llevado hacia otros puertos y otras rutas
A conmoverme el cuerpo
Desanclando uno a uno estos roles
Desaguando ríos
// eligiendo abismos.
© Silvia Gómez
Poema de Mariel Monente
Guernica
Vida, el amor se
guernica
exponiendo la belleza de lo despiadado
partes en mí
empapadas de crímenes
laceran los ojos
un saberse hueco
oscuro,
invierte lo que mella la risa,
hace del dolor, belleza
la luminosidad de aquellas sepulturas
que fuimos
brilla en la sangre
genera estruendos de
sentido
¿cómo se celebran los despojos que nos hacen, amor?
© Mariel Monente
Poema de Víctor “Pajarito” Cuello
la mariposa
tu camisa gastada
¿cuál vuela más?
© Víctor “Pajarito” Cuello
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Poema de Sandra Escobar Ginés
Arco Arca
El arco
de la
suficiencia
La marca en
el aire
que dejan
las
definiciones
taxativas
Pensar de
roca
Aspiraciones
de
clarividente
Y ese dolor
en la voz
que la
denuncia voraz
© Sandra
Escobar Ginés
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Poema de Vladimir Jantus Castelli
Venérea
Venérea huele a rojo de invierno
resplandeciente
a sutiles surcos de hierbas
hundidos en el bosque
se esconde entre las sombras
dejando pequeños indicios púrpura
que marcan su presencia
en el espacio
tiene una voz muy dulce
tan dulce que cuando habla
parece que cantara dentro de ti
una canción de cuna
son canciones de soledades
y ecos del tiempo
afiebrada
se recuesta y observa
desde la ventana
la encrucijada del viento
su refugio
© Vladimir Jantus Castelli
Poema de Miguel Ángel Ferreira
Toda ella se adueña del lugar
En el que nunca ha estado.
Cristina Doménech
LEJANO
Escancio el vino en mi copa
Mientras vuelan en derredor
Las palabras de ocasión, yo navegante
Linyera a destiempo en este ahora de ignorancias
En búsqueda de
identidad
Me escapo hacia unos
brazos de miel, hacia unos labios
De besos atrapantes, hacia el fin
De unas manos entrelazadas en el con fin
De un paisaje de más allá
De estas calles alargadas
De veredas angostas, de café
Con gusto a melancolía
Viajero del verbo hacer,
A destiempo, entre la luz
De calles lejanas,
Entre voces de amanuenses del verbo amar
Deslio mis pasos, mi escenario distinto,
Mis mocasines de gastado caminante,
Mis trastrabillantes letras
Se encuentran con el paisaje de vientos y desierto
De guanacos, y lagartijas
Y me dejo caer a ras de las mesas con sabor a vino tinto
De musas de cabelleras negras y sonrisas de marfil
A este hoy de calles alargadas
Y llovizna de agua fría.
Un vencejo se apodera de mis letras
En su Pico las lleva hacia la llovizna del agua grande
Mientras un juglar se entrevera entre las mesas
Degranando melodías.-
© Miguel Ángel Ferreira
Poema de Sandra Pien
Fosforece una árida voz
cansado perro de presa
casi vislumbre de la mañana.
Es repetir y golpear márgenes
y es siempre insistir
para poder volver
a las trampas sin memoria
al retrato en tornasol hecho trizas.
© Sandra Pien
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Poema de Sonia Quevedo
CONCIERTO EN C… CIMAROSA
Se despidió como todos los días suspirando largo sostenido y
lento.
Se marchó sin prisa alegando adioses; recogió a la
brisa, arrulló a la tarde y
continuó su marcha por entre los sauces y senderos solos.
Suspiró profundo reteniendo el aire, y en el infinito, en un
único punto
encontró un destello de calma sosegado y bello.
Se bañó de lunas y abrazado al aire inspirando lento
alcanzó su cielo, su punto de fuga, su canto y su aliento.
© Sonia Quevedo
27/4/16
Poema de Josefina Fischer
DESGAJOS
Enfrento el espejo
alzo la mirada
una vez más
las frases en ecos
siempre tan muertas/agua estancada
hoy se vuelven sabiduría
No logro retener
esa lágrima que escapa ligera
duele
cuando al limpiar el vapor
choco otra vez conmigo
Me sujeto de donde sea
todo se disuelve
me sujeto de mí misma
me
disuelvo
Poema de Gabriel Chávez Casazola
No
No en el precioso y preciso jaspeado
carmesí en el corazón de esta flor
blanca como un cáliz de nieve,
no en sus pétalos albos y pequeños, no en
las
líneas carmesíes diminutas como trazos de
sangre de un gorrión
malherido de amor sobre esa nieve;
no.
La belleza está en los ojos del que mira,
en el preciso y precioso jaspeado del iris
de sus ojos,
en el corazón de su pupila,
en las líneas nerviosas diminutas que
conectan el ojo
con la mente.
La belleza no está en el mundo por sí misma
y para sí.
La belleza del mundo está en los ojos de
los habitantes del mundo,
en la mente de los habitantes del mundo, en
todos los sentidos de los habitantes del mundo
pues no hay olor sabor textura ni trinos de
gorrión ni cálices de nieve
sino aquél que puede maravillarse en ellos.
La belleza está en tus ojos en tu lengua en
tu pezón
en el funcionamiento maravillosamente
armónico del martillo y el yunque y el tímpano de tu oído interno
en las células olfativas que trémulas se
extienden debajo de tu rostro.
Contra la muerte y el dolor y el mal,
a pesar de la extensión de su reinado en ti
y en mi,
la belleza está en ti y en mi, no en esta
flor
que temblorosa sostiene
su blancura
y sus irisaciones carmesíes
en una palma cuyo pulso un día dejará de
latir
y será trazo de sangre en el corazón de un
gorrión niño
y cáliz de tierra y humus para las nuevas
flores
como esta
que temblorosa sostiene
su blancura
para aquellos que podemos percibir la suma
de todos los colores.
© Gabriel Chávez Casazola
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Poema de Leonor Mauvecin
LA ABUELA
La abuela ha recogido el zapallo en la
huerta.
Ha pelado los choclos.
Juego a desgranarlos como pepitas de oro.
Mezclo los granos y la leche tibia
y el cuenco sabroso del zapallo los guarda.
Y a la lumbre de las brasas
al rescoldo, mi madre los cuece.
Siento alegría de fiesta esta noche.
El aroma de los frutos de la tierra invade
la casa
trepa por las paredes de adobe
baila entre las vigas de quebracho.
Chispas de estrellas en el fuego
y la
abuela, en la penumbra cuenta.
Cuenta y su palabra
es pan entre las brasas.
© Leonor Mauvecin
Poema de Alicia Pastore
La Madama
me busca
con ligero semblante,
sin desplegar
sus alas negras
me acaricia apenas
como deteniendo
el tiempo
algunas noches
la siento husmeando
entre mis sábanas
no sé si me trae
el poema
o viene a robarme
los recuerdos,,,
© Alicia Pastore
Etiquetas: Alicia Pastore
Poema de Flora Levi
-El tilo
“Suspiran en mí los árboles”
J.L.Ortiz
Rumorean duendes
en el ocaso del otoño
dorado
como el sol que atardece
los
tonos de junio
vuelan en el viento de las hojas
Sombras
de infancia
en
las risas
en las
rodillas gastadas
en la luz de la vieja carretilla
y
todos los secretos
en lo efímero del día.
© Flora Levi
Poema de Gloria Oscares
HOSPEDAJE
(2)
Hospedaje devorado el crepúsculo
Amanecer
de mineral con zumbido nocturno
de vieja calle con enredaderas
Ahora soy un faro a la deriva
que se lleva el secreto de un ignoto puerto
Compartimos un exilio
que sólo vos y yo conocemos
impenetrable
Esa sal de la gaviota
del alga
de la amapola furtiva que no sacia tu
cuerpo
© Gloria Oscares
Etiquetas: Gloria Oscares
Poema de Laura Giraldez
Dali-neando
Sobre la roca
desnudo y abatido
el cansancio acurruca la cabeza
apretado en los omóplatos el dolor
aguijoneó hasta convertirlos en alas
cabellos encrespados
pies y manos
perfilados en garras
estómago-cajón
otro en el abdomen
el
último en su sexo
rena-ceniza-sufrimiento
purificador de oscuridades
próximo a partir
el pincel lo cristaliza.
© Laura Giraldez
Imagen enviada por la autora del poema
Poema de María Del Carmen Barrionuevo
Mis azules.
acá estoy
tan marino
con mis azules desencontrados
se aclaran
llegando a la orilla
los agito
para que se espumen
los esfumo
para que acaricien
los agredo
y se tornan grises
cuando enredan a la arena
los seduzco
y son topacio al atardecer
cuando envuelven la piedra
y en el alba...
en el alba se aturquesan
y acompañan
el ritual de las gaviotas
© María Del Carmen Barrionuevo
Óleo de Mercedes Giacomaso
(Enviado por la autora del poema)
25/4/16
Poema de Carlos Morteo
Cadalso inocente
De existir el infierno
para almas sospechadas
puede ser un árbol
sin tener cadenas
las elevan en sus
ramas
por su prisión de sabia
pugnan por un cielo
renegado
el árbol
no sólo es celda
es banco, cama, madero
es abrigo que renace
para las almas cautivas
¿cuál será la redención?
la vanidad del ebanista
las hará mueble
transformará la cárcel
en
desconsuelo
en llamas
habrá
condena
van por un
atajo
el infierno conocido
y ese
árbol solo
bueno
temible
© Carlos Morteo