Poema de Edna Pozzi
Palabras a mi madre
Porque tu nombre adquiere la sólida fijeza de los ríos
y con espadas clamorosas inundas mis noches de pánico
y descubrimos juntas la torpeza de la ausencia.
Porque ni un solo hilo me ata a tu matriz derrumbada
a tu tiempo frágil y perdido
a tu blanca humildad definitiva.
Porque no sé los signos que pudieran rodear
tu cabeza
ni transferirte los restos de esta antigua tristeza.
Porque no me has amado, ni te quedaste en el desierto
aguantando la sal y los metales, el duro-amor,
la dura-permanencia, la dura condición
de los vencidos.
Por eso, madre, madre, no me hables
de tan lejos, no esperes que te escuche y que te quiera
y cuelgue tus retratos y te mire.
No esperes que me vaya de esta mano
herida y extranjera
que aún sostiene mi mano
bajo el cielo.
© Edna Pozzi