Me entero del fallecimiento de Griselda y aunque la conocí muy poquito me da mucha tristeza. Hermosa su poesía, joven, amable, amorosa pese a su padecimiento, siempre muy cordial. Hoy partió, y aunque estuvo solo un mes con nosotros, habitará desde ahora en el corazón de este sitio y de los y las que lo formamos.
Un abrazo a sus familiares y amigos, Gus.
Hilvano
versos sin razón
para no oír
rumiar al dolor
mis
palabras son hebras de luz
rogando por
su suerte.
G.F.
Atravesar
pasillos
donde el
cuerpo de la debilidad
no tiene
derecho de admisión
asumir en silencio
dejarlo en
la entrada.
Esperar
frente a una gran ventana
donde la
luz juega a ser luz
mientras el
alma reza en voz baja.
Soñar con
un viento que pueda arrancar
de todo mal
su raíz
aciaga.
Atravieso. Espero, imploro, sueño,
todo
por ese
viento.
G.F
Desierta de
mí
me deshago.
Filamentos
ruedan calle abajo.
La vida
esta donde el cuerpo
y
viceversa.
¿En qué
restito
el corazón
interpelará
las manos?
G.F
Hundir el
cuerpo en éste mar
despiadado
bravío
asomar la
cabeza alguna vez
inspirar
exhalar
volver a
sumergirnos.
En la
hondura no hay piedad
el infinito
caudal
rompe su
furia contra las piedras
frente a un
montículo estamos varados
el enemigo
avanza
saca
una mísera
diferencia
la batalla
está declarada
ay cuerpo
mío
nada temas.
G.F.
El destino
gira
como la
tierra
y los demás
astros
nada
rota igual.
¿Quién
decide el giro
dónde
cuándo?
Miro al
cielo para no pensar
finjo
olvidar
la hora
el mes
el día
el paso de
los años
rozo la
herida hecha cicatriz
vuelvo a la
realidad
y sin embargo.
G.F.
Me pregunto
si poesía
es éste balbucear
este ir y
venir
buscando el
verso
si un
poema
se parece
al amor
un
cosquilleo
un temblor
una chispa
éste fuego.
¿Será la
página en blanco
el
acaso
que no
puedo traducir
mientras la
vida se desliza
en el
tobogán del tiempo?
Si poesía y
amor me son negados
¿Cómo
exorcizo la voz
que rescata
al corazón
cuando
deambulan perdidos
en el
umbral
de un nuevo
desierto?
G.F.
Escribo
porque sí
ni para vos
ni para mí
ni con la
voz de adentro
ni para los
ojos de afuera.
Escribo
sin versos
dados
y escasa
ensoñación
intento
el boceto
real
de mi
existencia.
Escribo
porque el
otoño avanza
y algo hay
que decir
ni siquiera
así
rozo el
poema.
G.F.
Cuando las
palabras huyen
las salgo a
buscar
garabateo
sin liviandad
en ésta
arena.
G.F.
Otra
batalla por librar
el cuerpo
la piedra
frente a mis pies
el raspón
la posible
caída.
Camino
sobre un campo minado
indago
hacia atrás
quisiera
descubrir la cueva
el enemigo
íntimo.
Asumo las
vetas de la historia
la
fugacidad
la última
explosión
y éstas
esquirlas.
G.F.
Griselda Facta (1965) nació y vive en Ceres, Provincia de Santa
Fe, Argentina.
Es abogada y poeta, egresada de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral.
Ejerce su profesión de forma independiente.
Siente que ha encontrado en la escritura poética la libertad de
nombrar la realidad de distintas maneras.
Participó de los talleres de escritura coordinados por Mariana
Finochietto y el Taller Tierra Fértil, de poesía, dirigido por la escritora
Ivana Szac.
Sus textos han sido publicados en páginas y revistas literarias,
así como en antologías nacionales e internacionales.
Libros publicados: Preludio a cuatro voces, en
colaboración con las poetas Susana de Iraola, Jimena Cano e Ivana Szac.
En preparación: El camino de la Fe.
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