31/5/24

Poema de Beatriz Schaefer Peña

 

Alguna permanencia

                                     

   Es tarde.                                    

Ángeles imprecisos                                    

acuden en tu ayuda.                                     

Sientes el roce de sus alas                                    

descarnadas                                    

como la ausencia que ahora                                    

te habita sin nombrarte.                                    

Es tarde.                                    

Apenas un filo de horizonte                                    

se asoma a tu mirada.                                    

No queda ni el rescoldo                                     

del último fuego.                                    

Sin embargo,                                              

          aún buscas la caricia.

                                                      

© Beatriz Schaefer Peña

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Poema de Susana Szwarc

 


Veredas

 

Entibian su vuelo

en el perfume del manzano.

 

Canta la mujer:

regresara aún

vacío de leyendas,

regresara de la llanura de los muertos.

 

Bello atardece este otoño,

el sonido de nuestros pasos

en las ciudades.

 

© Susana Szwarc

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Poema de Lucas Margarit

 


las rutas de elis

 

Del cuerpo despojado el sutil velo 

Conde de Villamediana


V

 

te ahogaste

como quien recurre al agua

para celebrar un nuevo bautismo

 

entre dos orillas

con los ojos cerrados

los peces

comían lo que abandonabas

 

© Lucas Margarit

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Poema de Leticia Hernando

 


Eclipses

 

a Daniel Fendrik

Cosmos is closed and light cannot escape from it, then it may be perfectly correct to descrive the Universe as a black hole. If you wish to know what is like inside a black hole, look around you...

Carl Sagan

 

Anoche la luna se incendió entre las nubes.

 

Hoy nos asomamos sobre acantilados y espigones

-un segundo antes que nos cierren los caminos-

a un mar que se ha vuelto loco:

columna de espuma y arco iris.

 

¿Conocemos realmente la forma de nuestro hogar?

 

Nos empecinamos en pavimentar

rincones del mundo,

fumigamos,

y los llamamos nuestra casa.

Olvidamos que no es sólida la tierra,

que su piel ondula como músculos que tiemblan,

y puede sacudirnos como a moscas.

 

Obtusos en las torpezas del lenguaje

soñamos con un universo rítmico que se autorregula

un bárbaro animal relativo de límites inciertos,

un simétrico animal que se replica

infinitamente grande e

infinitamente pequeño.

 

Y aunque nos hayan advertido

sobre el azar que esconde cada forma de la entropía

nos jugamos a todo o nada las definiciones

como si no fueran anchos falsos:

caótico nudo de materia y energía,

bucle en equilibrio inestable de n dimensiones,

elegante sistema de cuerdas que vibran,

implosión que se expande y echa a rodar

mundos posibles.

 

Nos creemos en tierra firme.

 

Cada noche cerramos con llave

como si dejáramos afuera

esta forma danzante que oculta lo sólido.

 

© Leticia Hernando

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Poema de Hugo Echagüe

 


Siempre

Cuándo puede ser siempre;

a veces un solo momento alcanza,

si sigue el lento devenir

de horas perdidas en desdichas,

en barcos que se pierden en distancias

cercanas e inalcanzables.

Cuídalas, no hay más tiempo

y estás con su sonido

en un espacio abierto.

 

© Hugo Echagüe

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Poema de Edith Galarza

 


siria

 

doblaron la casa

de manera tan gentil que cupiera

en una pequeña maleta

 

a cada uno de sus hijos

amorosamente

 

y a su dios.

 

© Edith Galarza

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Poema de Carlos Dariel

 


Vuelta de tuerca

 

las calles

               como nervios

no ceden al olvido

 

el aire

f a n t a s m a

sueña habitar en otra llama

 

© Carlos Dariel

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Poema de Silvia Susana Durruty

  


El lugar del amor


Mi cuerpo fue una fiesta

en el primer beso robado a las sombras

en los hilos de oro

que envolvieron nuestros manos

en el nacimiento de las hijas

pequeños milagros del fuego

en la ceremonia de lo nuevo

en la despedida a lo gastado.

Mi cuerpo fue una fiesta en la osadía

de tempranos versos desparramados.

Cada vez que me sonrió el río

cada vez que me cautivó la libertad del mar.

Mi cuerpo fue una fiesta en los proyectos

que alumbramos en horas taciturnas

y, aún así, se concretaron.

En el aire de los otoños rojos

y cuando nuestras siluetas en invierno

se abrigaron muy juntas una a la otra.

Mi cuerpo fue una fiesta en todos esos sitios

         y a pesar de las urgencias            

         de los desiertos

         de las fiebres

         de las hogueras

         mi cuerpo fue una fiesta     (siempre)

                                        en el lugar del amor.

 

© Silvia Susana Durruty

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29/5/24

Poema de Mónica Glomba

 


Sutilezas


Sutil es tu nombre

Perdido entre otros nombres

Se transforma en viento

en montaña

En desierto

En semilla

En música

En copla de cuatro versos

La complacencia de un instante único

Descubrirte próximo a las impericias de un trueno cercano al sol

Cercano en los olores

en los adoquines que vigilan los  pies

En el silencio del nido de las  calandrias

Cercano al índice del libro de  Bukowski ese que habla de la máquina de follar, sin follar

Desperezarme sobre el lado izquierdo

y el músculo contrae su ruta para atravesar las zanjas que producen los miedos

Los dragones de miércoles zozobran

sobre el castillo de naipes

Están echadas las cartas y no hay comodines

El fuego sale de sus bocas

cómo lluvia de lava

Y tu nombre

Sutil

expira

Muere lentamente

Mientras pronunció el mío

 

© Mónica Glomba

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Poema de Graciela Ballesteros

 


Bajo el sol tendido

sobre el manto que nos cubre,

un enjambre

liba de flor en flor.

Mientras la paloma

espera

frente al guindo que gesta

el abultado vientre de la primavera.

 

Los pájaros atraviesan el aire

traen en sus alas

el perfume del mediodía.

 

El enjambre, la paloma, los pájaros

 y yo

bajo un mismo cielo.

 

Espiar la vida

Entender sus voces,

Saborear el día

 

© Graciela Ballesteros

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Poema de Marita Rodríguez-Cazaux

 


MAÑANA EN UN INSTANTE

 

Detrás del horizonte cae la neblina.

El paisaje se alarga por los puentes del tiempo

y vuelven otra vez los pasos buscando la quimera.

 

Los días se retuercen como tirabuzones

que descorchan el goce de una fresca bebida.

Mastica sueños una figura joven

y corre  andurriales mientras los viejos duermen.

 

Todo mañana volverá a ser hoy, en un instante.

A ser ahora,

este momento exacto

 Neblina / Puente/ Sueño

Pasos de juventud / Dichoso brindis

cuando la oscuridad se vuelva cotidiana.

 

© Marita Rodríguez-Cazaux

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Poema de Pablo Jacinto Carrazana

  


CH'ALLCHA (lluvia)


la vimos golpear

las calles empinadas

y los techos de las casas

 

la vimos descender

como una mano suave

que acariciaba

cabezas y rostros

 

aquellas no son problema

vienen y van

desde la montaña

en manada

son dóciles

y las esperamos

aún sin previo aviso

 

¿pero qué haremos

con esa otra que nace

bien bien desde adentro

para inundar

el valle del pecho?

 

© Pablo Jacinto Carrazana

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Poema de Virginia Caramés

 


Cuál barro, cuál

 

extraviarse

muda

desnuda

en cuál barro

cuál

 

© Virginia Caramés

Imagen: Eva Antonini


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Poema de Pablo Andrés Rial

 


Llevo mucho tiempo

acariciando al ángel muerto

que por puro espanto

aquella mañana

asesinamos

si lo vieras

aún conserva sus alas intactas

si te acercaras

y olvidaras los harapos que cubren

a su estómago desfollado

lo creerías con vida.

 

© Pablo Andrés Rial

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Poemas de Valeria Verona

 

 

LIII

 

ni el fluir ni la llama

de esta ciudad aguda

calman mi sed

 

 

LIV

 

tu boca absorbe

el color de mi cuerpo

aguardiente en mi matriz

 

© Valeria Verona

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Poema de David Sorbille

 


 

Al film “Los amantes de Montparnasse”

de Jacques Becker

 

A Estela Barrenechea

 

Un rayo de luz

quiebra el tiempo

del arte sin espinas

febril Monpartnasse

de mujeres bailando

con ojos sin pupilas

rostros ovales

de cuellos estirados

bruma intoxicada

de celos y reproches

Modigliani su tristeza

bebe la vida en un lienzo

como un puñal

que al olvido desafió.

 

© David Sorbille

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Poema de Laura Elena Bermúdez Tesolin

  


Caminabas

sobre la misma orilla de arenas blancas

 donde un día te encontré.

 El sol iluminaba tu rostro bronce

 y el viento marino enredaba tus cabellos.

 Eras como un dios del olimpo.

 Me acerqué a vos.

 Por el gesto de satisfacción

 te alegró volver a verme.

Hubo un instante breve de duda,

 y nos abrazamos fuertemente.

 Había pasado tiempo

desde aquel verano

 que ardimos bajo la luna clara

 y en la orilla sobre la arena

 hicimos el amor.

 Mis ojos buscaron conectarse

 con los tuyos

 y comenzamos sin discreción a mirarnos,

 las manos,

el torso, las piernas, los labios

 que sedientos volvieron a beber de nuestras bocas

los besos,

sedientos des pues de transitar tiempo

 Nada había cambiado o si

es posible.

 

 Para nosotros fue

 como no habernos separados nunca.

 

© Laura Elena Bermúdez Tesolin

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Poema de Vivi Aguirre

 


Nervaduras

 

Hay en tu rostro

un gesto claridad y relámpago

mapa sin rumbo.

Líneas en paz

despejan misterios

allí donde el otoño

dispone nervaduras en recuerdos.

En el abril de tus ojos

un aroma viento sur

canta con el río.

Tus manos

pájaros que estallan

siembran gestos

en la frontera de la tarde.

Ya no importa tu lágrima

la noche encorva su espalda

y desmenuza la última estrella.

 

© Vivi Aguirre

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27/5/24

Poema de César Bisso

 


Niña de agua 

 

Si has de morir 

luna de la infancia,

irá contigo el recuerdo

de aquella niña

hincada sobre el alba

cuando tu luz descendía

por la anchura del río.

 

Si has de morir

en la vasta soledad isleña

bajo tus ondulados muros

aguardará una niña de agua.

 

Ay, luna corondina,

si has de morir tan lejos

llévate para siempre mi sufrir.

 

Y déjame su amor junto al río.

 

© César Bisso          

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Poema de Águeda Franco

 


la casa sepultada bajo hojas y guías         

de plantas trepadoras    

un hogar en lo verde      

de acceso restringido a colibríes

a palomas del monte     

a pequeños insectos de abdomen irisado

              

allí duermo una siesta   

que dura eternidades     

el silencio amplifica        

los pequeños sonidos    

zumbido de abejorro     

raudo batir de alas del mosquito              

rascar de las patitas del ciempiés

              

aquí quiero quedarme   

ajenarme del mundo      

que se parte en cascotes             

aislarme de adoquines   

salpicados de sangre

              

no llega acá la niebla     

desahuciada  y azul        

con el último aliento del ahogado

                                                                          

© Águeda  Franco

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Poema de Alicia Waisman

 


 

Una vaquita de San Antonio camina

por una pared de ladrillos

iluminada

con los cantos de los monjes.

La miro perderse,

apenas un tenue punto rojo   

se desliza, vivo, por la arcilla

que en otro tiempo

no fue lo que es.

Otras manos

- distintas de las que hoy imploran-

fabricaron los ladrillos         

otras los apilaron   

con orden y cemento.

 

Ella camina, diminuta,

ajena al  trabajo 

y al canto religioso.

 

El mundo de las cosas

y la vida

se esmeran en su contradicción.

 

© Alicia Waisman

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Poema de Víctor Taquía

 


Otra planta

que se me seca.

 

Pensé que

esta vez

podría.

 

Me empeño en tratar de cuidar

lo que voy a abandonar después.

 

© Víctor Taquía

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Poema de Amalia Mercedes Abaria

 


CADA UNO TIENE UN MUERTO 

 

Cada uno tiene un muerto

o dos, o tres muertos

que impregnan los sueños

con una huella azul

y triste.

 

Uno sueña con sus muertos

en un mundo tendido

o aplastado, sin luz

como figuras secas

en el aire

vacío

y sin voz.

 

De su túnel oscuro

se los ve

girando girar las cabezas

por los  pasillos.

 

Habitaciones extrañas

casas vencidas. 

 

Estampas de hielo,

no pueden mirar

no pueden hablar.

 

Quizás estén rezando

y no nos demos cuenta.

 

© Amalia Mercedes Abaria

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