30/11/19
Poema de Amadeo Gravino
VARIACIONES
SOBRE UNA CANCIÓN DE SERRAT Y
SOBRE
FRAGMENTOS DE UN FILM DE FELLINI
El sol de
Miró
-Amarillo y
contento-
Camina por
la tarde de incienso
(Desnuda
como una adolescente)
Y su calor
de 100.000 fósforos
Nos lacera
la piel/los huesos y las uñas
El
horizonte verde y azul
Se hamaca
sobre los últimos techos de la ciudad
En un
trapecio que cuelga del cielo
Poblado de
golondrinas y estrellas
Debajo
El mar
Mediterráneo muerde piedras y arena
(Pintadas
por Dalí)
De pronto
feroz
El viento
sopla sus trompetas
Ante el
agua celeste
Que lastima
a los barcos dormidos
© Amadeo Gravino
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Poema de Graciela Mitre
A DESTIEMPO
Fue exiguo
el tiempo
La bestia
lo saboreaba
Como a un
manjar
Nada se
movió
No hubo
gritos, golpes ni insultos
Tampoco
nadie cantó
Nos
quedamos sin victoria esta vez
Sin vos.
© Graciela Mitre
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Poema de Diego E. Suárez
SABER
FLOTAR NO ES TODO
Nada para
aclarar
el agua del
vaso
donde nos
ahogamos.
(Más que
nada
busca
salir
volando
estilo mariposa)
© Diego E. Suárez
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29/11/19
Poema de Sandra Gudiño
Para vos
fui rojo
matisse
al borde de
la copa
y dos
litros de azul noche
sintético
anacronía
en dos tonos
degradé de
sí mismos
para mantenerte despierto
© Sandra Gudiño
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Poema de Diego Bennett
Liberación
El ansioso
construye sus temores, luego se instala en ellos”
Emile
Cioran
Una noche
en la que sus alas
se ataron a
los barrotes del ansia
ella esperó
Acarició un
instante de fecunda conciencia
se sentó en
el presente
y el temor
voló
De cada
ladrillo brotó una nube
de toda
liberación un nuevo cielo
© Diego Bennett
Poema de Diego Saravia
Silencio
Desciendo
en la noche
desde mi
balsa descarnada
Estrellas
se desgajan en el cauce
y lejos se
sumergen
Voy por la
orilla
envuelto en
un poncho de niebla,
heridos mis
pies por las ramas
que mudas
esperan la muerte
Voy privado
de sentidos,
tratando de
alcanzar la llave
que libere
el alba
El silencio
da y quita,
es camino y frontera
y se mide en llagas
© Diego Saravia
Poema de Cecilia A. Olguín
Removido
Las nuevas
hojas nacen
con la
nervadura al viento.
Sollozan solas.
© Cecilia A. Olguín
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Poema de Cecilia Glanzmann
SÓLO UN
DESTELLO
Cuando se
nos pase la vida en este plano
el cordón
de plata
anunciará
lo intransferible....
y no hay
palabras
sólo un
destello , o más, en la conciencia.
© Cecilia Glanzman
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27/11/19
Poema de María Cristina Briante
a los
artistas
hay manos
es bueno
retener
paisajes
colores olores
el canto de los pájaros
las formas
del día
es bueno
retener
el decir de
cada habitante en la tierra
hay manos
que
hacen su juego
colorean
con magia de pinceles
acarician instrumentos
y los sonidos
vuelan
alas propias
acompañan
arcillas barros maderas
piedras
con formas queridas
unen letras sobre papeles
vacíos
manos
en mezcla de sabores
nutren la vida
hay manos
hay manos
© María Cristina Briante
Poema de Susana Zazzetti
como
una gárgola que burla
lo eterno
el tiempo
fragmenta
lo vivido.
hunde
rostros
en la fauce
bestial de los días
hasta donde
es posible
la tierra.
una vacía
repetición de nombres
se vuelve
flecha feliz
en el
blanco
de una
manzana rota.
en estos
casos
necesito
mayor resguardo.
mirar las piedras
donde piso.
© Susana Zazzetti
Poema de Luis Pabón
Tal vez los
dados
Tal vez sea
como antes
que Dios
era un trueno o un relámpago,
una montaña
en llamas que nadie entendía,
el reflejo
mismo del hombre,
el miedo a
respuestas existenciales
y lo
corrupto del humano,
aquí nada
es cierto y todo varía
se amolda
al tránsito desajustado
de lo que
no entendemos
y es cierto
que somos solo sombras
y puntos
diminutos en una hoja en blanco.
Una muestra
de aquello que nos transforma,
legajos
infinitos con líneas invisibles.
Tal vez aquí
solo estén
los dados que nadie lanza.
© Luis Pabón
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Poema de Liliana Majic
sin razón
el dolor me
cavaba en el cuerpo
en los días
en los
cartílagos
en el
estómago
en mis
falanges
un susurro
en el silencio
la muerte
reía
© Liliana Majic
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25/11/19
Poema de María Lanese
Tango
Mano de
mujer en tensión de mariposa
que la nuca
del varón
enciende.
Sortilegio
de la sangre
que circula
en línea recta
fluyendo
desde pasos enterrados
cautivos de
aquel andar
en sístole
en diástole
resucitados
en crisálidas
que
conjugan sus auras
en lo
impecable
del latido.
Enigma de
dos cuerpos
con su
centro en penumbras.
Cultivo de
flores de inquilinato
sin perfumes.
Fuego fatuo
centelleando
en ambos
pechos
entre
hendijas desprevenidas
del roce.
Torsos
templados en íntimo sigilo
sin fisura.
Lenguas
inmigrantes
fundidas en
la artesa pasional
de tres
minutos
perpetuados.
Gestos
precisos
mujer
prendida al ángel
guardián de
lo viril.
Mano del
hombre con pulso de clepsidra
encontrando
su reino
en la
cintura de la maga.
Arte de un
hechizo
que
consiente en amparar miradas
bajo la
celosía de los párpados
dejando
caer tercas pulidas veladuras
a esa intemperie de notas
que
respiran.
Entonces
los pies
perfilan una cópula
el pudor,
en el aire, los delata
mientras
danzan nuestra sed
con la intrépida humildad del
éxtasis
y encarnan lo que beben donde escribo.
y encarnan lo que beben donde escribo.
© María Lanese
Poema de Osvaldo Víctor Fernández
A Poema del nombre silente
de Marita
Rodríguez-Cazaux
En esta
noche,
bajo esta
lluvia,
te
juramento
a ningún
otro destino;
a que
el mismo
mar
nos navegue
a velas desplegadas.
En esta
noche,
bajo esta
lluvia,
me
juramento
Rosa de los
Vientos;
a ser rumbo
y proa
a la misma
playa.
© Osvaldo Víctor Fernández
Etiquetas: Osvaldo Víctor Fernández
Poema de María Fernanda Regueiro
Te
encontré a media luz
andabas
latiendo por mi sangre
con la
música de los desencontrados
tenías que
decir una palabra
una sola
para
desenterrar ese barco
por el que
vagabas dentro de mi cuerpo
escondido entre
latidos
siempre supimos
que al
final del laberinto
estarías de pie
con un
fauno entre las manos.
© María Fernanda Regueiro
Poema de Lorena Brito
LOS ZAPATOS
AZULES
¿Marca
indeleble o destino incierto?
Decime en
qué crees. Decime si elegís.
Aprehendo
sentires sobre tus pasos,
comprendo
vivencias.
Sendero y
ciclo que recorreré
en tus
zapatos de sacro azul,
infinito.
© Lorena Brito
Etiquetas: Lorena Brito
Poema de Carlos Carbone
LA PALABRA
Dulce la
palabra que sale de tu boca
y me abraza.
La palabra
qué canta
La palabra
que subvierte el orden establecido
por
los poderosos.
La palabra
bandera
La palabra
con voz humana
para derribar voces ciegas.
Dulce la
palabra que me ilumina
La palabra
manantial
La palabra
redonda como un felino
Esa palabra
que hace amistad
y
trastabillar traidores.
Dulce la
palabra multitud
La palabra
amante
La palabra
amplía y fresca
como un
pueblo digno que no
se
entrega.
Dulce la
palabra que rejunta y crece
La palabra
igualdad
solidaridad
la palabra
hermanos.
Dulce la
palabra que de tu boca sale
y me pone a
marchar
otra vez
todos los
días
siempre!!
© Carlos N. Carbone
24/11/19
Poema de Raquel Fernández
LA VENTANA
Las dos nos
preguntábamos lo mismo:
cuántas
veces te habrás asomado a esa ventana.
Ella, con
la memoria húmeda de partos.
Yo, con
las rodillas raspadas en un gesto de
infancia.
La ventana,
aturdida de cielo,
era un ojo
místico para verte vivo.
Te
tragabas el sol
de sangre
entera
y te
derretías,
lobo de
escarcha,
para caer
en su regazo apesebrado
desnudo y
niño.
Yo contaba
las manzanas que faltaban
para volver
a la escuela.
La oruga
del verano
se soltaba
la piel
y el otoño
empezaba a
ser
una
mariposa que dolía.
Las dos nos
preguntábamos lo mismo:
cuántas
veces te habrás asomado a esa ventana.
Ella te
acunaba en sus párpados
que se iban
atrás en el recuerdo.
Yo jugaba
con los gatitos
y me mordía
los ojos
para que
ella
-mamá-
no me viera
llorar.
© Raquel Fernández
Poema de Mario De Luca
El picaflor
del jardín de Santa Clara del Mar
Hoy vuelvo
a la casa de Santa Clara
y veo volar
al picaflor del jardín
como lo
hacía todas las mañanas
sobre las
rosas.
Sé que es
el mismo
de aquella
primera vez
cuando vine
con mis viejos
porque
siempre llega puntual y
repite el
orden de las flores.
Aunque
todavía esté lejos
reconozco
el zumbido
bien cerca
de mi oreja derecha
y ese
destello tornasolado
que se
desprende de sus alas
me
encandila y
me hace
cerrar los ojos.
De tan
cerca impresiona.
Un ave en
apariencia pequeña
verde azul
y una franja amarilla
ojos negros
de cabeza de tachuela
con el
batir infinito y perfecto
las alas
grises se convierten
en aletas
de un pez volador
flotando
imprevisible
primero
aquí, después allá
el pico
extenso de pala mecánica
ejecuta
vibraciones intermitentes
así se
presenta y le habla a las flores
en un código telegráfico propio
una vez y
otra
succiona el
néctar
Cada día al
caer la tarde
veo las
rosas de pétalos cerrados
los tallos
que se inclinan
sin la
energía del vuelo.
¿Será así
la manera
de extrañarlo
hasta su
regreso
el resto de
los días?
© Mario De Luca