29/10/11

Poema de Edna Pozzi


Es el pájaro-lluvia
aprenderá a volar
cuando decidas
ser el mar
abrirte en espejismos
de azul y viento

Por ahora sin aire, quietecito,
duerme ovillado
en tu pulóver rojo

© Edna Pozzi

Poema de Hugo Mujica



grave,

como callado por un violoncelo
...................................este silencio

esta ausencia
que me anega en sed


© Hugo Mujica

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Poema de Marta Zabaleta


MADNESS

A la poeta Olive Cordell *


acontecer
como una extraña en mis adentros, despilfarrar el tiempo y las lisonjas, ahogándome de plenitud hasta la hora
en que mi piel se reconvierta en una esfera.

derrumbar los muros sin mirarlos y negarte el privilegio de mi boca,
ser mi pareja y salir en silencio
a despedir la tarde en la Epping Forest

transcurrir el atardecer de los sentidos, indiferente al canto de los gnomos
y con la música
acurrucarme en la matriz de madre.

Escuchar
que se abalanza esa mordaza
comprobando que te quedas allí
sola
y sin pedirte
que me acompañes
te dejo

alucinada, hablando sola, muerta de miedo, dejo tu ser
lejano, te toco
y extrañas mi existencia, siento
en cada oído pasos
como de extraños.
No es mía la culpa:
la confusión es nuestra,
ni mío es tu cansancio,
por eso
apenas
vertebro sin dolor
una canción de cuna que a las dos nos salve.

respirando como chimeneas de hojalata
sonriendo como lloran las ballenas
transpirando como el mar de los espejos rotos
y de tu rostro la muerte azucarada, viendo…
Conmigo, sola, de pareja, y no estoy loca.


*Jane Freeman (pseudónimo)

© Marta Zabaleta

Poema de Susana Giraudo



Cincel

Piel que peca con el viento

y erizados juntos
y buscan un refugio de cenizas.
Afuera es demasiado agosto.
La voces viajan sobre la ráfaga
y vuelven a la garganta
para redoblar el canto.

Imagen a la espera
del cincel
que la ex culpe.

© Susana Giraudo

Poema de Rubén Gómez


(tela)

nada es como la tela de ayer /
tan negada al calor /
tan lejana /
es única a la vista / da temor /
hay un mapa en ella /
con los datos y vías a las ventanas /
para que se abran /
la tela desnuda muestra /
toda la mañana parece besarla /
el viento la amarilla /
la desea /
despacio //

nada es como la tela ciega /
con los brazos atrás /
más atrás /
tan lejana /
y siente más frío /
ayer //

© Rubén Gómez

Poema de Verónica Peñaloza


Derechas humanas.

“Soy una mujer que entre otras cosas
exhibe, ostenta una historia indecorosa”
(Liliana Felipe- Mujer inconveniente-)

De tanto usar psicología inversa
me quedé del otro lado y lo reafirmo
no es posible ser mujer
sin caer desde un abismo.
No pido perdón por ser
pájaro en pleno temporal
la falta de ortografía en el tratado de paz
la costilla de mamá
la comunista de papá
las ganas de una mujer dudosa
la duda de la misma mujer, casada
el producto fallado del mentor
la piedrita en el zapato del corredor
los cinco que faltan para el peso
la lactosa para el que tiene intolerancia al queso.
Lo que se puede, te lo entrego
lo que se debe, te lo debo
lo que se mira y no se toca
mejor que esté bien lejos
y a salvo de mi boca.
Soy incendiaria
y tengo vicios
no te convengo
por eso no figuro en ningún aviso.
Si te quiero un poco
te quiero mucho
y si te vas muy lejos
matando sombras
se me gastan los cartuchos.
Si existe una línea
que divide el amor de la moral
pobre moral, pierde por goleada
cuando el amor la hace temblar.
Amoral es no jugarse al laberinto
definir lo intraducible
rechazar el instinto.
Valga la redundancia
en decir
que soy mujer y exagerada
que soy mujer y enamorada
de las mujeres que con pasión
no se rinden ni abrazando una granada.

© Verónica Peñaloza

Poema de Patricia Díaz Bialet



ARCOS

...............al hombre de ofrenda transparente

De tanto en tanto vuelve la cabeza
Y sus miradas dejan tras sí
Un rastro de mariposas muertas
Juan José Ceselli

A lo largo de tu espalda cavo penetraciones de indicio nocturno.

Debajo de tu tibio escapular establezco contacto,
susurro de fugaz vértebra en caricia.

Entonces el roce de mi piel en tu columna de oro continúa nuestra celebración secreta.

Bebo tu jugoso angular y su latido.
Y tu mancha de distracción constante.
Y tu axila de albahaca.
Y su apretada curva.

Y sobre la base de tus dorsales abandono mi vestido.


Construyo mi sueño con ladrillos de tieso tendón acalorado.


© Patricia Díaz Bialet

Poema de Walter Iannelli


Ella es feliz mientras baila

A ella le gusta bailar.
Y ella baila
con la misma fe
con la que el viejo de Hemingway
espera que la cuerda se tense
con el mismo tenor con que el viejo desea
que el tiritar de la perlita de agua
avise
saltando sobre el hilo
la presencia de la bestia sagrada.

Como si esperara a su gran pez
en el círculo de luces
Ella baila.
Dicen los que la han visto
cuentan
que el fulgor de sus brillos
y el menear de la carne un tanto descontrolada
no contaminan su certeza
dicen
que aunque parezca un afiche del Maipo pasado de moda
concentra en la baldosa de sus 15 centímetros de tacos plateados
toda la fuerza de un estadio de fútbol.

Ella baila.
Si hay petisos con peluquines
mudos
o bizcos
no importa.
Si hay Adonis hiperlíneos
ni los mira.
Sólo huele de su partenaire
aquello que el movimiento
le dicta al oído:
escultor que sopesa en el aire virgen
la suma de fotogramas de luz negra
que serán el corazón de su presa.

Y es así que Ella
como el viejo a la espera del pez escondido y brutal
tiene una ventaja.
Aún
no sabe del futuro.
No sabe que después de tanta vuelta
que después de tanto silencio entre ruido
todo giro y firulete se acabará en un chist
de fósforo apagándose
que todo ademán será apenas
un esqueleto vacío.
Por eso Ella es tan feliz mientras baila.

© Walter Iannelli

Poema de Cecilia Glanzmann



corazón De Durazno

Se cuenta:

Cuando un durazno maduro
gotea su almíbar
el corazón del hombre percibe
la caladura divina en su costado herido

y cruza el río sin miedo.

Eso dicen. Eso cree.

El agua canta en el carozo amurallado
y gotea por la piel
del sorprendido durazno.

El hombre lo come gozoso
lo reúne
en sintonía con la Esencia.

Fluye el agua dulce
mientras la tierra se alimenta
con los frutos que se caen.

El hombre se une al Todo.

Eso dicen.

© Cecilia Glanzmann

Poema de Stella Maris Vence



¿será esta una página de mi vida que no puedo desandar?
¿desandar es regreso?
¿alguna vez partimos ?
¿duerme el ayer?
¿sobre que hombro?
¿el que duele?
¿por qué duele el silencio si está vacío , Stella?
¿nos vaciamos?
¿cuando?
¿nos mentimos?
¿otra vez?

© Stella Maris Vence

Poema de Miguel Oyarzábal



BOMBARDEO DEL VINO

Nada más cruel que la tarde,
cuando como un martillo cae en el domingo
y no en el Lunes y o el Jueves,
por decir un día cualquiera.
Nada más pesado que el sol golpeando el horizonte,
la soledad apretándome los huesos y la sangre.
Uno se sabe marcado como un naipe,
destinado a perder y no estallar,
a empantanarse en su propia huella.
Se deja bombardear por el vino,
para que el pasado con su cuota de dulzura
retorne, al menos por un rato


© Miguel Oyarzábal

Poema de Myriam Leal


Hay una hora
en que el placer
hace olvidar
todas las horas


© Myriam Leal

Poema de Moni Indiveri de Vega


” . . . el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol,
y se le permitió quemar a los hombres con fuego . . .”
Apocalipsis 16, 8


con solo extender el brazo
lograba el cambio
placentera se hacía la estancia

intramuros la frescura

el verano y su fuego
la dualidad era la forma
frías bocanadas contra chorros asfixiantes

como si un dragón
de siete cabezas
lo exhalara por sus fauces

y fue uno
y fueron muchos
incontables

arañada la capa azul
otro fuego se filtra

lastima las distintas formas
de vida
y también al planeta

© Moni Indivei de Vega

Poema de Silvana Bonacci


Gota a gota

Ella nos mira ya desde la verdadera realidad de su rostro.
Olga Orozco

................................A mi nonna

Feliz
te levantabas los domingos
con el silencio
Gota a gota
el sudor de tu nuca
anunciaba
el amor por tu gente
Cuando el murmullo del día
traspasaba ese silencio
ya tenías asando berenjenas
y espaguetis hirviendo
Al mediodía
susurros de olores caseros
impregnaban la casa
En la siesta
volvías a tu gran silencio
con rosario en mano
digerías todo el amor
que habías brindado
y en un lugarcito
jugabas conmigo a la perinola
Gota a gota
el sudor se evaporaba
entre padrenuestros, avemarías
y rezos a algún otro santo amigo
En el sueño
parecías un ángel
un tierno ángel
que nos recordaba
lo qué es vivir
vivir sin rodeos

© Silvana Bonacci

28/10/11

Poema de Irene Gruss



MEMORIA, LA PALABRA

................................a mi hijo

Memoria, la palabra
que más se gasta y sin embargo
no corroe el oleaje.
Me pregunto hasta dónde
se desvaneció ese tiempo de oro
y sin embargo, por qué
entre todas las cosas de mi cuerpo
olvidé enseñarte la alegría, esa palabra
sedienta, también inamovible.

© Irene Gruss

Poema de Luis Benítez



Garbo´s building

Suo cimitero da questa parte hanno
con Epicuro tutt´i suoi seguaci,
che l´anima col corpo morta fanno.
………………………………………
Yacen aquí los que creyeron cierto,
con Epicuro y todos sus secuaces,
que el alma muere con el cuerpo muerto.
Dante Alighieri


Tal vez en el Upper West Side
Y no lejos del río de la mente
Está una puerta; en el invierno
Con su pala el viejo aleja la nieve
Y en el verano con lo mismo a los rudos demonios.

Como todos los sirvientes se parecen al amo,
El viejo como el frente fue importado de Italia
Y debajo de su camisa de lana
-En invierno y en verano-
Está hecho de hileras de sólido ladrillo.

El es de Mantua –dice- y el inglés barullero
Se le cae como una piel ya estrecha
Cuando blasfema en dialecto
“Esta caldera inservible”
O “la policía otra vez ha entrado por la drogas de ése”.

Fiel portero de antaño,
De los que sólo servían para guardar condenados.

El viejo ha predicho –hace ya treinta años-
Que un día nacerá un niño maravilloso
En el maltrecho edificio.
Hay quien lo sigue esperando.
El viejo me ha dicho:

“Amigo, para ustedes los hispanos
No hay ningún piso especial en esta rota pocilga”
Y lo seguí mansamente a través de los montones de basura
Que nadie ha barrido nunca.
“Esto es inamovible”, dijo saltando
Agilmente sobre una pila de huesos.
Debí rodearla, avergonzado.
“Y también esto”: un tipo agonizaba
En un camastro, a la entrada.
Ni la futura viuda ni los confusos adolescentes me miraron.
“Tampoco yo tengo remedio” dijo y llamó el ascensor,
Rascándose la caspa.

“Los conozco a todos y de todo
Tengo la llave. Créame: no sirve
Para nada. Además, ni nos ven.
Olvide sus cuidados. Estos no van a desterrarlo.
Ni usted ni yo les importamos un cuerno.”

En la luna rajada del ascensor que bajaba
Había pocas cosas: unas palabras de Husserl
Y una tarde dibujada.
Nosotros ya no estábamos.
Creo también que alguien silbaba:

“Viven aquí los que creyeron cierto,
Con Benny Goodman y todos sus muchachos,
Que un alma nace cuando nace un cuerpo.”
No voy a acompañarlo, Siddharta:
Yo nunca hago las cosas dos veces de la misma forma.

Pero no tema a nadie: como usted, así son de efímeros,
Como usted, así son de estúpidos. Como usted son crueles.

No vayas a ensuciarte los pantalones, mi buen Arjuna.
El noveno piso es el pent house y allí vive el peor de todos.
Tené fe en lo único que posiblemente todavía sea cierto:
“Como usted, son efímeros;
Como usted, son estúpidos. Como usted son crueles.”

“Hulla-ba-loo, hull-ba-loo,
lullaby, lullaby,
Osiris y Adonis y el otro niño
Juntan por las escaleras
Pedacitos de muerto”,
Se fue cantando por los corredores de una nube de polvo,
El gran sombrero erecto y el reloj en la mano.
Por qué no me prestaste entonces tu intrepidez, Alicia,
Cuando necesitaba tanto tu manita pecosa
En la Casa Negra, en la Casa Oscura,
Donde bombea noche y día la Tiniebla.

“Simplemente
Porque todos ustedes
Desde las vidas de papel
Nos parecen idiotas.”

© Luis Benítez

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Poema de Lidia Vinciguerra



Más o menos así
por la tristeza ando con ojos vendados
en aceites rancios.
Que alguien me alcance un pañuelo
como cuando niña
pero que alguien me alcance un retazo de vela
para esta sombra de noche.

© Lidia Vinciguerra

Poema de Leonardo Martínez


VERANO

III

Estoy en medio del campo
respirando un aire de espejo derretido
en medio de la vida
como un animal humeando lujuria


© Leonardo Martínez

Poema de Marta Braier



Sala de espera

barco sin timón
..... regresa la pena
mansa como agua en los pies

................ sin embargo
la historia se escribe
al borde de la cornisa

Es la torpe pregunta -inacabándose
otra vez el apetito tenaz
la ventana abierta hacia la noche

-ponéle:un suceder de troncos en el río

pensamientos que no llegan a la orilla

y en la sala ... nosotros
mientras una foto de enfermera
manda señal de silencio

mansa como agua en los pies

© Marta Braier

Poema de Milagros Rodríguez


( Poema basado en el film “Mientras nieva sobre los cedros”
de David Guterson)

Quién sabe nunca lo que ha amado
Enrique Molina


La nieve sobre los cedros:
silencio blanco
y un mar de gorriones descendiendo
efímeros, como el amor
inmensos, como el desconsuelo

Tanta belleza lastima…embriaga

Fantasmas resplandecientes
desvanecen el paisaje
duermen sobre el viento

Dos niños se abandonan al erotismo
laberinto verde como los años
cuerpos ondulantes trazando su historia
¿cuándo terminó?
¿quién sabe nunca lo que ha amado?

Un hombre y una mujer se abrazan
vuelven los cedros con su resplandor
............... Un instante

El amor es un pájaro impreciso
que ha perdido su vuelo

© Milagros Rodríguez

Poema de Jennifer Moore


Pro – vocativos sin reservas

IV

De nuevo danzas, simiesco
al compás de clarines, enemigos del tímpano.
¡Oh, Musas manoseadas, de virgo roto
por lápices impíos!
Mercenarios vestidos de gala
reclaman las primeras filas.
Llegan con un cuaderno bajo el brazo.

Ella está llorando detrás de los cristales.

Hace tiempo, tanto tiempo
que no amanece. No deja de llover
todo es tormenta y bártulos volando.
Qué profunda oscuridad nos ha caído
velo de hierro, cortinas de luto
y esta pálida ausencia del Ser
incapaz de Palabra.

¡Oh, pobre Numen, apaleada Euritmia!
Todo el cortejo de la antigua Grecia
yace arrodillado.

© Jennifer Moore

Poema de Paulina Juszko



Ay capital
gorgona erizada de venenos
que convertís en piedra al desprevenido.
Cómo sabés modular tu canto para atraer al ilota
cómo te exhibís bajo luces halagüeñas que disimulan
tus perros esqueléticos fornicando en las calles
tus chicos durmiendo como perros en las estaciones
tus conventillos de elevadas expensas
y esos ojos estatuarios de tus habitantes
esa mirada de mármol
................. que institucionaliza
........................... la desesperación.

Ay megápolis


© Paulina Juszko

Carta de Leonardo Gastón Herrmann



Carta Octava

No existe más que esta oscuridad.
Las criaturas se distinguen en la noche.

© Leonardo Gastón Herrmann

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Poema de María Julia Druille


Paz hogareña

no esta versión transitoria de mí misma
un golpe certero
perverso y súbito
me hace Medea en la paz hogareña
y muerdo lo que toco con la furia

como versiones de mi mundo
........................ tu corazón sombrío
la mente nublada es ciega
¿sabés mi verdadero nombre?
la bestia se ha adueñado de mí
(descuiden: la tele
................... es un infierno imaginario)
¿sabés que el mal anida en mi corazón?
como estar en el infierno
la cuna del mundo
es un estallido interno

© María Julia Druille

Poema de Leo Mercado


sin zapatos italianos que lucir
sin trajes ingleses que portar
ni perfumes franceses que ostentar

el modesto caballero
transita a diario diez kilómetros
de mundo
barro
y tiempo

rompiendo el viento y el frío
que hace tiritar a la gran montaña

y se dispone
a enseñar la palabra

único valor por esas latitudes
en las que mis pies andan
tímidamente de paso

© Leo Mercado

Poema de María Amelia Diaz



Desde mi vientre gesté el número sagrado
ellos son tres
yo, la unidad que encierra todos los posibles
un jardín desde donde nacen los senderos en los laberintos de la especie
En un atajo estarán los ojos
en una carretera el color de los cabellos
por algunos pasajes los gestos que en el aire perdieron mis manos
en una encrucijada de caminos mis sentimientos
En el Universo fui una y varias,
voy a ser infinitas
como las estrellas que no veo seré multiplicada,
Semilla para semillar sobre la tierra del tiempo,
mi cuerpo traza sobre el futuro un arco que siempre se bifurca
pero nunca llega.

La muerte es sólo un sueño,
no hay descanso posible sobre la piel del mundo.

© María Amelia Diaz

Poema de Juan Lucas Pantaleón Andrín



Planeta tierra

El mundo es un señor gordo
que se lo comió todo,
que bebe demasiado,
es fanático de la muerte,
mira todo el día tele,
fuma gravemente,
y le sangra la nariz.

El mundo
se indigesta de hamburguesas,
quiere ser como Rambo,
lee el Corín Tellado
y le cree al señor Bush.

El señor mundo
no se cansa de los mosquitos,
le encanta el chusmerio,
tiene amigos en la CIA
y sufre del corazón.

De un tiempo a esta parte,
el demente de este mundo,
se estiró la cara,
hizo de plástico los libros,
y ha hecho a la cultura
un tema de mercado.

El pobre de este mundo,
se hunde entre cañonazos,
no le han tomado la fiebre,
lo visten de pecados,
su hijos desaparecen,
o los tildan de revolucionarios,

y para colmo dios,
más ciego que Borges,
(saturado de música
electrónica y papas fritas)
confundió al pobre de este mundo
con una maldita pelota de fútbol.


Buen provecho señor mundo.

© Juan Lucas Pantaleón Andrín

Poema de María Luisa Márquez


CABELLERA DE HIERBA

Cabellera,
............. enredando la musa
un envase de luz
............. sostienen sus piernas.
De voz arrulladora
y sangre a madurar.
Desflora primaveras
aleteos de seda sensual
y dicen por ahí
............. que es una mujer.

© María Luisa Márquez

Poema de María Alicia Gómez de Balbuena



DESNUDA SOLEDAD

Caracolas de ensueño
Llevándose mis dones, mis secretos
En el profundo son del universo
Transportan mis cadencias sumergidas
Ternura que no aflora.
Lágrima que no se llora
Suspiros. Sensaciones.
Desnuda soledad, no compartida
Diálogo del ser, con el silencio
Cabalgata sensual con el recuerdo…

© María Alicia Gómez de Balbuena

27/10/11

Poema de Roxana Palacios


Sin aire ante nuestros ojos

Se te van los ojos hacia el cielo,
casi podés ver el estilete de Dios cortando las nubes en tiritas hacia un lado
y hacia el otro.
Pasado pisado, como en los mitos.
Para sí, en ti, por fuera de mí.
Hay viento, las nubes son veloces como una enfermedad.
Así pasan, sin aire ante nuestros ojos.
Podrías caminar hacia tu izquierda,
el libro de mil páginas sobre el escritorio;
o hacia el Sur y entrar en la zona que te arrastra.
La cosa es pareja: te ganás la vida y la humillación,
monedero lleno y el manual de instrucciones pegado al evangelio según tu madre.
Te pesa la lengua.
Intentás separarla de tu boca pero es pura memoria,
una bandera, una identidad de sábanas manchadas con estrellas y plegarias.
Bajás la vista y no hay secreto:
alguna que otra palidez,
puertas, tormentas, desenlaces,
una tensión con su raíz,
furias opacas que terminan en abrazo,
una cama de hospital para nacer,
una cama de hospital para morir,
los bancos de la escuela,
las bocas injuriantes de los vivos,
las bocas deformadas de los muertos.

© Roxana Palacios

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Poema de Florencia Lo Celso



Hay una geografía
silenciosa
que me avanza por los pies,
por las manos,

un devenir

que me involucra
cada día,
como si ayer fuera
un matiz,
y el día corriera
plagado de rabonas.
© Florencia Lo Celso

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Poema de Yolí Fidanza



A UN LUTHIER

Oficio de excelencia.
La mirada atraída por la noble pieza. Manos en sutilezas ejercitadas
como flores sensitivas los dedos y el tacto en las yemas hecho pétalo.
Luthier de original madera, la elegiste y sabrás los por qué.
¿Acaso por perfume de un bosque que ella oculta,
por las manchas del tiempo acontecido,
por fisuras que el rayo de la noche le grabó?
Acogedora materia donde la magia duerme,
curva y tierna al modelaje se dispone.
Luthier, sin descanso la trabajas honda. Y se vuelve
un objeto prodigioso, un instrumento, al fin tu resonancia.
Toma ahora sabio y delicado el arco.
Tensa con amor, una a una las cuerdas. Afínalas,
saca de su interior cada armonía, coloraturas mórbidas,
el poético ritmo. Vuelve a pulsar hasta lograr la cadencia perfecta
que desde el ambiguo territorio del sonido, la caja toda es música tuya.

© Yolí Fidanza

Poema de Fabiana León



Nadie cuestiona
que lleves pan a tu mesa
¿pero la hiel de la palabra?
¿el convencimiento?


© Fabiana León

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Poema de Fabiana Posse


Llueve de vos

La lluvia me nada en mi cama de estanque.
Pienso que entre brazada y brazada, entre poema y poema,
debería dormir una siesta vestida con mi pijama de agua.
Llueve lo que nace.
En todas sus gotas cae tu rostro.
No toda vos. Fragmentos de vos. Versos de vos.
Un racimo de uvasgotas de vos.
Pronto de desparraman y el óvalo que refleja tu ceja de cebra se va rodando debajo de mi almohada.
Algunas llevan pedacitos de tu frente emplumada, la punta de tu nariz casi inflamada de ternura, tu boca abierta de racimo verde albaca.
Entonces tomo una de esas perlas cristalinas, veo tu ojo pirata extraviado en una isla desierta.
Las pestañas ciegas al día, distraídamente mortales apuntan a un pájaro en vuelo.
El rímel corrido dibujó en tu mejilla la palabra “perfidia”.
Beso tu gota y trago de un sorbo tu tinta negra, es miel, es ajo, es baba de jengibre.
Busco otra uva húmeda, y otra palabra y otra sed..
Bebo tu lluvia inevitable, tu pulpa dulce, tu charco que calme esta voracidad de cariciavampira.
Busco descubierta la gota que lleve la palabra “semilla”.

© Fabiana Posse