30/12/18

Poema de Paulina Vinderman


  

¿No han visto a la sombra de mi corazón?
La dejé en Ciruelo.
¿No han visto a la sombra de mi sombra?

Sobre la mesa brillan:
el tenedor herrumbrado de mi bisabuela
y tu poema,
el dibujo de mi pelo salvaje,
(el dibujo salvaje de mi pelo).

En la cueva del río Pinturas, el guanaco
salta hacia la eternidad con simpleza de sílex.
La palabra sombra (la sombra de la palabra
sombra) salta en las terrazas de la historia.
Alguien pinta en la oscuridad, a la luz
de una antorcha.
Alguien parecido a mí escribe en la oscuridad
con el recuerdo del sol.
Escribe, atenta y obsecuente, para la oscuridad.
Para la oscuridad las fresas del verano,
la voz de niña vieja que me comanda,
tu poster del pintor de Ciruelo, tu piano,
tu voz de barítono hacia la estrella errante
(la que nos mira pero no toma partido,
bella y neutral patinadora cósmica).
Para la oscuridad, mi oscuridad.

© Paulina Vinderman

Poema de Sonia Rabinovich





Ellos me dicen que te irás
y yo te muestro
el color rojizo de las hojas
en este otoño imperdonable.

© Sonia Rabinovich

Poema de Víctor "Pajarito" Cuello



CARMELA


*

te acaricio una y otra vez 
nunca estuve tan cerca de un sueño


*

en noches nubladas 
tu sonrisa suplanta 
a cualquier estrella


*

sos pequeñita

por eso 
entrás en mi corazón 
con facilidad


*

te sostengo

todo el futuro 
está en mis brazos



© Víctor “Pajarito” Cuello

Poema de Laura Ponce



Hálito
luz
la noche
espejo de agua

el goce furibundo y sus monedas

¿Quién dijo que las cosas le entregan al sol
su borde de oro, que aguardan mansamente,
que no perecen no son otras al estallar el nuevo día?
No hay vigilia inocente no hay inocente sueño
para las cosas que duermen o que velan:
lo que se quiere y lo que no se quiere, lo que se desea

y sus monedas cayendo en el espejo de agua de la noche


© Laura Ponce

Poema de Inés Legarreta



 Pienso en el gato: está encerrado entre mis libros/
en algún estante   de los de arriba/
ronronea
abrigado   bien comido / 
es donde mejor se encuentra
a salvo
de la interferencia humana/
todavía no termina de asimilar
mi reino/
por eso busca la lectura/
la interminable fila de palabras
con que tratamos de justificarnos

© Inés Legarreta

Poema de Dardo Festino





CRISTALERÍA

Es primavera
Hemos abandonado todas las pertenencias
continuamos espaciados y en caravana
sobre la superficie congelada del lago

Comentamos lo lindo que está el día
pero nadie habla de lo que el sol
guarda en el bolsillo de la luz
Insistimos en que es el hambre
el que nos hace adivinar peces bajo los pies
y comenzamos a callar

Estamos a mitad de camino

Ahora que nuestros cuerpos ya no dan sombra

el silencio puede medirse con una astilla


© Dardo Festino

Poema de Fabiana León




                                                      
Filos  

Una moneda es una apuesta
el trueque de una mano
que cree no necesitarte.

© Fabiana León

Poema de Silvia Castro






Timón 


II 

el agua se oculta en el filo

el crimen perfecto
es el arma que se diluye


III 

la vista desde un timón
un sin sentido

el mar
un pájaro en su ala

el destino
una jaula de madera


© Silvia Castro

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Poema de Anamaría Mayol



LO NEGADO

Es el amor lo negado sobre los ojos desnudos
la boca cerrada
la sombra  imprecisa
grisácea
de pie frente a mi

es el deseo lo negado sobre la cama
que vacía grita
la indefensión del  sueño

vuelve oleaje la sangre
 la noche
el día siguiente
y nos engaña

es el amor lo negado
tantas veces
que creo que no existes


© Anamaría Mayol

Poema de Adela Margarita Salas





.-Y a veces
 la cordura es tardía.
      Duelen instancias,
        quedan caricias huérfanas en las manos,
el amor,
                           no fue amor…

© Adela Margarita Salas

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Poema de David Sorbille



Mientras en otro continente
todo parece que cruje en pedazos
muy cerca tres perros están en una esquina
junto a una familia tapada con cartones
ante un aviso que anuncia un nuevo record
en la venta anual de automóviles.

© David Sorbille

Poema de Silvina Vuckovic




ORFEBRE

Orfebre de segmentos de tinta,
si pudieras devolver el mundo
                      como a los trazos,
qué más de ti querrías.
Quién sabe mirar el reverso de la calle
ser ojo de pisadas, hombro de pesos…
Quién, sin casi tiempo, espera
hacer pie en el bastión de las horas
para no ahogarse en la desmesura de los vetos.
Quién, como el que aduce claridad de viento
con apenas un vuelo de palabra…

Devuélvenos, poeta, devuélvenos el mundo
hecho verso
haz materia del sueño
o enséñanos a vivir sin ella.

Orfebre de papel crudo y ríos,
cómo se tejen coronas de dichas áureas
sin manos ni mérito
ni sustancia…


©  Silvina Vuckovic

Poema de Daniel Arias



Concédeme noche una escala de sueño,
una caída profunda con los brazos abiertos
que la piedra del día encandiló mi cabeza,
llena de ojos.

© Daniel Arias

Poema de Ivana Szac


           


            A Sylvia Plath 

Detrás de la puerta 
el escándalo 
la locura enredada 
en los cuerpos 

la violencia de todos los días 
en las puertas 
y en las paredes 

a veces el amor no alcanza 

y los recuerdos mueren 
como hormigas 

ella sólo supo ahogarse 
en papeles rotos 

en la traición  de cada noche 

ella 
incendió libros frente al mar 

 se perdió 
en espejismos de neblina 
 sólo supo 
arrastrarse hacia la muerte



© IVANA SZAC

Poema de Silvina Anguinetti


Hubo que morir 
para nacer desde el vientre
universo de tiempo 
que amanece en nombres.
Entre las piernas 
desgarradas en gritos
nueve mares de lunas imploran
parir
partir
bajar al mundo. 



© Silvina Anguinetti

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Poema de Dana Fernández Guisande



Saludo a la hoja en viernes,
a la herida del mundo hundido,
a  los escombros de seres bajo un billete.
Saludo al espacio proclive a la brisa,
al perfil rudimentario de las semillas,
a  los nombres regresados de otros tiempos.
Saludo al mar y a los pájaros,
al sol,
al poema.
Saludo a mi mundo sin pertenencias,
a la birome en el bolsillo,
al boleto de tren que tuve un día,
a una nuez.
Saludo a la boca sin nocturnos,
A los trópicos dibujados,
al aliento del alba,
a tus ojos.
Saludo al relámpago,
al cardumen en la avenida,
al bondi que se fue.
Saludo al naranja,
al celeste,
a  la nube,
al espejo.
Saludo a la vida.


© Dana Fernández Guisande

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28/12/18

Poema de Reyna Domínguez



AMA ANTES QUE EL SOL SE APAGUE

Escucha
el murmullo de voces
en alto de las catedrales
cielo inventado es
rebote de lo más querido
deseo estampado
espantado
aparecer
red tejida por ignoradas manos
para atrapar el pez
que morirá asfixiado por tanto aire

Veme aquí
anhelante
frente a la puerta entreabierta

cuándo será el minuto
en que se arrodille el instante
y murmure un nombre

Aún
persigo el rostro
 –es quien cerca anda
cercando
infinito arrobado parecer- 

Vayamos, pues, hacia el fin,
perezcamos
unión divina
imaginaria oh, imagen de lo que huye
y se dispersa.

© Reyna Domínguez

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Poema de Sandra Gudiño



Tatoo

Para toda la vida
Dijiste.
El artista que nos recomendaron
Advirtió la duda:
hay que llamar a las cosas
por su nombre            dijo.

Elijo para el brazo izquierdo
-en forma de esclava-
la única palabra en el mundo
que lo explica todo:
tu nombre.
Elijo rápido.

Antes de que el pasado
venga
y me lo borre.

© Sandra Gudiño

Poema de Rolando Revagliatti



Tengamos para que nos deje 

Tengamos una noche ridícula:
una en la que
desprovistos de intensidad
nos dispersemos:
adversa
a la menor precisión

y que nos deje la truculencia
de sabernos residuales
e incontinentes.


© Rolando Revagliatti

Poema de Romina Dziovenas


  

Puertas 

ayer una revelación me fue concedida 
cada portazo que pegas al irte 
abre las puertas de mi mente 
a un nuevo poema 
ese que formaba fila esperando en algún lugar 
misterioso 
las palabras entran a mis oídos bajo el impulso del golpe seco 
que produce el efecto físico del aire 
agitándose en la nada cuando la puerta vuelve 
otra vez 
a su marco 
como luego de una tormenta se regresa 
a los brazos tibios de la madre 
si seguimos así 
el año que viene termino 
mi obra completa

©  Romina Dziovenas

Poema de Jorge L. Carranza





Detrás del vidrio

A veces me canso de mi mismo.
El corazón no deja de pensar
rumia, rumia y anda como un reloj suizo.
Siempre
me acuesto para el mismo lado
siempre.
Quisiera ver el mundo
como se ve un acuario
detrás del vidrio
aunque sea por un instante
una vez cada muerte de obispo.
Un mundo de silencio
y seres que se deslizan.
Pero ya se sabe,
los obispos viven mucho
viven bien
y tienen una salud de hierro.

© Jorge L. Carranza

Poema de Gladys Cepeda




Misales en las esquinas desgarradas

Día domingo 
hacia la iglesia de pueblo  marchan cirios latentes 
 geometría de mantillas 
sobre  los adoquines 
  la liturgia da un soplo voraz 
frente a un enjambre de salmos 
un campanario da ratas echadas 
a la frugalidad de sus colgajos 
de un movimiento 
chillan con la anuencia 
de un temor patriarcal 
es mitad de nada 
el precipicio de un madrugar  mustio 
agrio una vía  cerrada 
la ruta sigue bajo  ruedas de veraneantes 
con sus estampitas de los santos de moda 
afuera 
enceguece la pureza en  las paredes de las casas 
adentro los pecados y la penitencia son el bocado 
con que la culpa saciara su hambre  
la fe  responderá  por todos


© Gladys Cepeda

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Poema de Sandra Escobar Ginés





cárcel verde de agónico cristal
voz húmeda de ausencias
Vivaldi te saludó el llanto
y cuatro estaciones
nos desnudaron
Alada la sal
que desprende el verde
A los balcones
salen
los vecinos
en cerrado
aplauso

© Sandra Escobar Ginés

26/12/18

Poema de Hugo Francisco Rivella



FEMINICIDIO

                                            a Kuky Leonardi
                                                                    

El cementerio San Antonio de Padua está cubierto de margaritas blancas,
narcisos, golondrinas y un ramo de claveles rojos.
Rojo fue el último suspiro de Edith Andrea Vera
cuando el puñal del asesino buscaba su garganta,
buscaba su niñez entre las latas,
la casa de madera de la noche,
su corazón de alondra entumecido.
¿El asesino es ese hombre tatuado con barcos y serpientes?
¿El que asesta los golpes con furia sobre Edith?
O es la violencia machista silenciada, como dice Evelina Giberti,
lo que ha cuesta llevamos y consume los huesos, el ojo, la mirada?

El puñal interroga con su lengua demente.


© Hugo Francisco Rivella

Poema de Paulina Juszko



Belleza de nuestros cuerpos desnudos flotando en una copa de vino ámbar
(era una primavera salvaje)
la música de los suspiros ritmaba los movimientos
eternizados en el corazón cálido translúcido de un ópalo
bogábamos a través de espacios infinitos
envueltos en una bruma dorada.
Oh instantes perfectos
perlas arrancadas a los abismos de un mar despiadado.

© Paulina Juszko

Poema de Raquel Jaduszliwer



Ay de los rezagos que no pueden palparse
ni llevarse a los ojos como un pañuelo claro
ni devolver al aire ni conservarlos cerca

soplo de lo que estamos hechos
¿quién duerme y quién despierta?
¿quién en mantas de luto?
¿quién dijo eternidad?

© Raquel Jaduszliwer

Poema de Carlos Alberto Roldán



¿Qué excusas –digo- qué coartadas argumentos construcciones lisonjeras 
De insensateces calidoscópicas cenagosas 
Habría de amontonar –diría- 
E imaginando que a la vez en retorno 
Bumerándolea 
Del otro lado en réplica especular 
Igual tejidas coartadas argumentos construcciones 
De laboriosa parla 
Para que allí en una remota senda selváticotrópica 
Uno y otra 
Pasada la temporada de las lluvias violentas 
Torrenciales feroces 
Uno y otra 
Unos y otros 
Los todos a que devora el tiempo 
Se dieran ocasión dijeran 
Terminaran la conversa en hito 
Encontraran sí encontraran 
Y otro abrazo abriendo el tiempo 
De la despedida.


© Carlos Alberto Roldán

Poema de Carolina Zamudio



OTOÑO

Si muero en otoño
seré redimida por mi falta de fe.

Si muero en otoño
mi cuerpo vuelto polvo
 volará al fin libre
—cadencia de hoja—
ocre, amarillo.

Si muero en otoño, joven 
viva quizás con tesón
en las mujeres de mi descendencia.
Pues si muero en otoño este canto 
será un presagio dulce lanzado de madrugada
al arrullo de los espasmos de mi madre
que duerme la casa de la infancia.

Si no es otoño, acaso, que alguien sepa 
que la dulzura de castañas
la íntima penumbra de un atardecer cualquiera
hubiera sido el escenario certero
para deshojar de una vez, ese, el día. 


© Carolina Zamudio

25/12/18

Homenaje a IRENE GRUSS en su fallecimiento


 Me entero del fallecimiento de Irene Gruss, una Poeta. Poeta muy personal, conmigo muy afectuosa y agradecida por publicarla en el blog, con esa humildad de los grandes, me decía Don, y era muy afectuosa esa palabra para mi. No fui su amigo, pero la admiraba profundamende por ser ética, coherente y sabia. Una pena se haya ido, una pena. Un abz a sus familiares y amigos, Gus.



UNA TARDE 

El sol está
como una mancha en el vestido de la muerta
Nadie se atreve a desnudarla
Nadie dice nada del escalofrío morado
de la casualidad absurda
sobre el mar, esta tarde.

© Irene Gruss



LA VISITA

Tengo que visitarte; estás enfermo
es lógico que te visite.
es lógico que te lleve esas flores amarillas
y que revuelva la pieza buscando el florero
es lógico que tengas la piel amarilla
                                 (son las flores)
y que las sábanas estén revueltas,
acabo de meterme en tu cama, para cuidarte
Acabo de hacer dos agujeros en la frazada
para que se escape la fiebre.
Mejor rompo el reloj despertador y el tocadiscos
al canario debo matarlo, el médico
lo dijo muy bien: nada de ruidos molestos.
En todo caso, si no puedes dormirte
puedo llevarme tu corazón,
sólo con mis latidos vivirás en paz, amigo mío...

© Irene Gruss




NO ES BUEN DIA

El me abraza y
piensa: después de la tormenta salió el sol.
Otra vez.
El me abraza y
piensa: después de la tormenta sale el sol.
El me abraza y yo me desnudo
bajo el sol,
empapada,
absorta.
Otra vez.

© Irene Gruss



El sol cosquillea en mi nuca.
Estoy lavando de espaldas
                                  al sol
y de repente
sonrío
porque el sol cosquillea en mi nuca.

© Irene Gruss



Nació en Buenos Aires el 31 de agosto de 1950.
Cursó estudios universitarios, de manera incompleta, de Medicina (Universidad de La Plata), Biología (UBA) y Letras (UBA). Desde los 8 hasta los 21 años participó en coros bajo la dirección del maestro Antonio Russo e intentó canto individual supervisada por Susana Naidich, pero fracasó o, más bien, opuso la música a la escritura.
Integró los talleres de escritura Aníbal Ponce, Mario Jorge De Lellis (cofundadora), junto a escritores como Lucina Alvarez, Rubén Reches, Marcelo Cohen, Daniel Freidemberg, Jorge Aulicino, Alicia Genovese, Leonor García Hernando.
Integró las redacciones de las revistas literarias “ El escarabajo de oro ”, “ El ornitorrinco ”, “ El juguete rabioso ”, así como colaboró en distintas publicaciones como “ El lagrimal trifulca ”, de Rosario, “ Crisis ”, “ Diario de Poesía ”, “ La danza del ratón ”, “ Latido ” y otras. Poemas suyos fueron publicados también en distintos medios como “ La opinión ”, “ Tiempo argentino ”, “ Clarín ”, “ La Nación ”, “ La Capital ” de Rosario, y otros en Tucumán, Santa Fe, San Luis, Chubut, Neuquén.
Han sido traducidos poemas de su autoría a los idiomas francés, inglés, ruso, croato, portugués, italiano y sueco.
En 1981, participó en el libro conjunto “ Lugar Común ”, Ed. El escarabajo de Oro, con prólogo de Santiago Kovadloff.
Publicó “ La luz en la ventana ”, Ed. El escarabajo de oro, 1982; “ El mundo incompleto ”, Ed. Libros de Tierra Firme, 1987; “ La calma ”, Ed. Libros de Tierra Firme, 1991; “ Sobre el asma ”, edición de la autora, 1995; “ Solo de contralto ”, Ed. Galerna, 1998, “ En el brillo de uno en el vidrio de uno ”, Ed. La Bohemia, 2000.
Recibió, en 1975, el Primer Premio a obra inédita otorgado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1986, el primer premio en el concurso organizado por la Biblioteca Cornelio Saavedra y auspiciado por Eveready.
Ha coordinado talleres de poesía desde 1986 hasta 1994. Su otro oficio es la corrección, a lo que se dedica desde hace ya varios años en forma paralela a la escritura y como modo de subsistencia.
"La mitad de la verdad" contiene los libros "La luz en la ventana", Ed. El escarabajo de oro, 1982; "El mundo incompleto", Ed. Libros de Tierra Firme, 1987; "La calma", Ed. Libros de Tierra Firme, 1991; "Sobre el asma", edición propia, 1995; "Solo de contralto", Ed. Galerna, 1998; "En el brillo de uno en el vidrio de uno", Ed. La Bohemia, 2000; "La dicha", Editorial bajo la luna, 2004, todos ellos, género poesía, junto con pocos "Poemas irresueltos", inéditos. La nouvelle "Una letra familiar" (2007) y la obra poética reunida, "La mitad de la verdad" (2008), también han sido publicadas por Editorial bajo la luna. La antología "Poetas argentinas (1940-1960)", recopilación, selección y prólogo de la autora, guarda el sello de Ediciones del Dock, 2006.