30/12/18
¿No han visto a la sombra de mi corazón?
La dejé en Ciruelo.
¿No han visto a la sombra de mi sombra?
Sobre la mesa brillan:
el tenedor herrumbrado de mi bisabuela
y tu poema,
el dibujo de mi pelo salvaje,
(el dibujo salvaje de mi pelo).
En la cueva del río Pinturas, el guanaco
salta hacia la eternidad con simpleza de
sílex.
La palabra sombra (la sombra de la palabra
sombra) salta en las terrazas de la
historia.
Alguien pinta en la oscuridad, a la luz
de una antorcha.
Alguien parecido a mí escribe en la
oscuridad
con el recuerdo del sol.
Escribe, atenta y obsecuente, para la
oscuridad.
Para la oscuridad las fresas del verano,
la voz de niña vieja que me comanda,
tu poster del pintor de Ciruelo, tu piano,
tu voz de barítono hacia la estrella
errante
(la que nos mira pero no toma partido,
bella y neutral patinadora cósmica).
Para la oscuridad, mi oscuridad.
© Paulina Vinderman
Poema de Laura Ponce
Hálito
luz
la noche
espejo de agua
el goce furibundo y sus monedas
¿Quién dijo que las cosas le entregan al
sol
su borde de oro, que aguardan mansamente,
que no perecen no son otras al estallar el
nuevo día?
No hay vigilia inocente no hay inocente
sueño
para las cosas que duermen o que velan:
lo que se quiere y lo que no se quiere, lo
que se desea
y sus monedas cayendo en el espejo de agua
de la noche
© Laura Ponce
Poema de Inés Legarreta
Pienso
en el gato: está encerrado entre mis libros/
en algún estante de los de arriba/
ronronea
abrigado
bien comido /
es donde mejor se encuentra
a salvo
de la interferencia humana/
todavía no termina de asimilar
mi reino/
por eso busca la lectura/
la interminable fila de palabras
con que tratamos de justificarnos
© Inés Legarreta
Poema de Dardo Festino
CRISTALERÍA
Es primavera
Hemos abandonado todas las pertenencias
continuamos espaciados y en caravana
sobre la superficie congelada del lago
Comentamos lo lindo que está el día
pero nadie habla de lo que el sol
guarda en el bolsillo de la luz
Insistimos en que es el hambre
el que nos hace adivinar peces bajo los
pies
y comenzamos a callar
Estamos a mitad de camino
Ahora que nuestros cuerpos ya no dan sombra
el silencio puede medirse con una astilla
© Dardo Festino
Poema de Silvia Castro
Timón
II
el agua se oculta en el filo
el crimen perfecto
es el arma que se diluye
III
la vista desde un timón
un sin sentido
el mar
un pájaro en su ala
el destino
una jaula de madera
© Silvia Castro
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Poema de Anamaría Mayol
LO NEGADO
Es el amor lo negado sobre los ojos
desnudos
la boca cerrada
la sombra
imprecisa
grisácea
de pie frente a mi
es el deseo lo negado sobre la cama
que vacía grita
la indefensión del sueño
vuelve oleaje la sangre
la
noche
el día siguiente
y nos engaña
es el amor lo negado
tantas veces
que creo que no existes
© Anamaría Mayol
Poema de Adela Margarita Salas
.-Y a veces
la
cordura es tardía.
Duelen
instancias,
quedan
caricias huérfanas en las manos,
el amor,
no
fue amor…
© Adela Margarita
Salas
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Poema de Silvina Vuckovic
ORFEBRE
Orfebre de segmentos de tinta,
si pudieras devolver el mundo
como a los trazos,
qué más de ti querrías.
Quién sabe mirar el reverso de la calle
ser ojo de pisadas, hombro de pesos…
Quién, sin casi tiempo, espera
hacer pie en el bastión de las horas
para no ahogarse en la desmesura de los
vetos.
Quién, como el que aduce claridad de viento
con apenas un vuelo de palabra…
Devuélvenos, poeta, devuélvenos el mundo
hecho verso
haz materia del sueño
o enséñanos a vivir sin ella.
Orfebre de papel crudo y ríos,
cómo se tejen coronas de dichas áureas
sin manos ni mérito
ni sustancia…
© Silvina Vuckovic
Poema de Ivana Szac
A Sylvia Plath
Detrás de la puerta
el escándalo
la locura enredada
en los cuerpos
la violencia de todos los días
en las puertas
y en las paredes
a veces el amor no alcanza
y los recuerdos mueren
como hormigas
ella sólo supo ahogarse
en papeles rotos
en la traición de cada noche
ella
incendió libros frente al mar
se
perdió
en espejismos de neblina
sólo
supo
arrastrarse hacia la muerte
© IVANA SZAC
Poema de Silvina Anguinetti
Hubo que morir
para nacer desde el vientre
universo de tiempo
que amanece en nombres.
Entre las piernas
desgarradas en gritos
nueve mares de lunas imploran
parir
partir
bajar al mundo.
© Silvina Anguinetti
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Poema de Dana Fernández Guisande
Saludo a la hoja en viernes,
a la herida del mundo hundido,
a
los escombros de seres bajo un billete.
Saludo al espacio proclive a la brisa,
al perfil rudimentario de las semillas,
a
los nombres regresados de otros tiempos.
Saludo al mar y a los pájaros,
al sol,
al poema.
Saludo a mi mundo sin pertenencias,
a la birome en el bolsillo,
al boleto de tren que tuve un día,
a una nuez.
Saludo a la boca sin nocturnos,
A los trópicos dibujados,
al aliento del alba,
a tus ojos.
Saludo al relámpago,
al cardumen en la avenida,
al bondi que se fue.
Saludo al naranja,
al celeste,
a la
nube,
al espejo.
Saludo a la vida.
© Dana Fernández
Guisande
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28/12/18
Poema de Reyna Domínguez
AMA ANTES QUE EL SOL SE APAGUE
Escucha
el murmullo de voces
en alto de las catedrales
cielo inventado es
rebote de lo más querido
deseo estampado
espantado
aparecer
red tejida por ignoradas manos
para atrapar el pez
que morirá asfixiado por tanto aire
Veme aquí
anhelante
frente a la puerta entreabierta
cuándo será el minuto
en que se arrodille el instante
y murmure un nombre
Aún
persigo el rostro
–es
quien cerca anda
cercando
infinito arrobado parecer-
Vayamos, pues, hacia el fin,
perezcamos
unión divina
imaginaria oh, imagen de lo que huye
y se dispersa.
© Reyna Domínguez
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Poema de Sandra Gudiño
Tatoo
Para toda la vida
Dijiste.
El artista que nos recomendaron
Advirtió la duda:
hay que llamar a las cosas
por su nombre dijo.
Elijo para el brazo izquierdo
-en forma de esclava-
la única palabra en el mundo
que lo explica todo:
tu nombre.
Elijo rápido.
Antes de que el pasado
venga
y me lo borre.
© Sandra Gudiño
Poema de Romina Dziovenas
Puertas
ayer una revelación me fue concedida
cada portazo que pegas al irte
abre las puertas de mi mente
a un nuevo poema
ese que formaba fila esperando en algún
lugar
misterioso
las palabras entran a mis oídos bajo el
impulso del golpe seco
que produce el efecto físico del aire
agitándose en la nada cuando la puerta
vuelve
otra vez
a su marco
como luego de una tormenta se regresa
a los brazos tibios de la madre
si seguimos así
el año que viene termino
mi obra completa
© Romina Dziovenas
Poema de Jorge L. Carranza
Detrás del vidrio
A veces me canso de mi mismo.
El corazón no deja de pensar
rumia, rumia y anda como un reloj suizo.
Siempre
me acuesto para el mismo lado
siempre.
Quisiera ver el mundo
como se ve un acuario
detrás del vidrio
aunque sea por un instante
una vez cada muerte de obispo.
Un mundo de silencio
y seres que se deslizan.
Pero ya se sabe,
los obispos viven mucho
viven bien
y tienen una salud de hierro.
© Jorge L. Carranza
Poema de Gladys Cepeda
Misales en las esquinas desgarradas
Día domingo
hacia la iglesia de pueblo marchan cirios latentes
geometría de mantillas
sobre
los adoquines
la
liturgia da un soplo voraz
frente a un enjambre de salmos
un
campanario da ratas echadas
a la frugalidad de sus colgajos
de un movimiento
chillan con la anuencia
de un temor patriarcal
es mitad de nada
el precipicio de un madrugar mustio
agrio una vía cerrada
la ruta sigue bajo ruedas de veraneantes
con sus estampitas de los santos de moda
afuera
enceguece la pureza en las paredes de las casas
adentro los pecados y la penitencia son el
bocado
con que la culpa saciara su hambre
la fe
responderá por todos
© Gladys Cepeda
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26/12/18
Poema de Hugo Francisco Rivella
FEMINICIDIO
a Kuky Leonardi
El cementerio San Antonio de Padua está
cubierto de margaritas blancas,
narcisos, golondrinas y un ramo de claveles
rojos.
Rojo fue el último suspiro de Edith Andrea
Vera
cuando el puñal del asesino buscaba su
garganta,
buscaba su niñez entre las latas,
la casa de madera de la noche,
su corazón de alondra entumecido.
¿El asesino es ese hombre tatuado con
barcos y serpientes?
¿El que asesta los golpes con furia sobre
Edith?
O es la violencia machista silenciada, como
dice Evelina Giberti,
lo que ha cuesta llevamos y consume los
huesos, el ojo, la mirada?
El puñal interroga con su lengua demente.
© Hugo Francisco
Rivella
Poema de Paulina Juszko
Belleza de nuestros cuerpos desnudos
flotando en una copa de vino ámbar
(era una primavera salvaje)
la música de los suspiros ritmaba los
movimientos
eternizados en el corazón cálido
translúcido de un ópalo
bogábamos a través de espacios infinitos
envueltos en una bruma dorada.
Oh instantes perfectos
perlas arrancadas a los abismos de un mar
despiadado.
© Paulina Juszko
Poema de Carlos Alberto Roldán
¿Qué excusas –digo- qué coartadas
argumentos construcciones lisonjeras
De insensateces calidoscópicas cenagosas
Habría de amontonar –diría-
E imaginando que a la vez en retorno
Bumerándolea
Del otro lado en réplica especular
Igual tejidas coartadas argumentos
construcciones
De laboriosa parla
Para que allí en una remota senda
selváticotrópica
Uno y otra
Pasada la temporada de las lluvias
violentas
Torrenciales feroces
Uno y otra
Unos y otros
Los todos a que devora el tiempo
Se dieran ocasión dijeran
Terminaran la conversa en hito
Encontraran sí encontraran
Y otro abrazo abriendo el tiempo
De la despedida.
© Carlos Alberto
Roldán
Poema de Carolina Zamudio
OTOÑO
Si muero en otoño
seré redimida por mi falta de fe.
Si muero en otoño
mi cuerpo vuelto polvo
volará al fin libre
—cadencia de hoja—
ocre, amarillo.
Si muero en otoño, joven
viva quizás con tesón
en las mujeres de mi descendencia.
Pues si muero en otoño este canto
será un presagio dulce lanzado de madrugada
al arrullo de los espasmos de mi madre
que duerme la casa de la infancia.
Si no es otoño, acaso, que alguien
sepa
que la dulzura de castañas
la íntima penumbra de un atardecer
cualquiera
hubiera sido el escenario certero
para deshojar de una vez, ese, el
día.
© Carolina Zamudio
25/12/18
Homenaje a IRENE GRUSS en su fallecimiento
UNA TARDE
El sol está
como una mancha en el vestido de la muerta
Nadie se atreve a desnudarla
Nadie dice nada del escalofrío morado
de la casualidad absurda
sobre el mar, esta tarde.
© Irene Gruss
LA VISITA
Tengo que visitarte; estás enfermo
es lógico que te visite.
es lógico que te lleve esas flores
amarillas
y que revuelva la pieza buscando el florero
es lógico que tengas la piel amarilla
(son las flores)
y que las sábanas estén revueltas,
acabo de meterme en tu cama, para cuidarte
Acabo de hacer dos agujeros en la frazada
para que se escape la fiebre.
Mejor rompo el reloj despertador y el tocadiscos
al canario debo matarlo, el médico
lo dijo muy bien: nada de ruidos molestos.
En todo caso, si no puedes dormirte
puedo llevarme tu corazón,
sólo con mis latidos vivirás en paz, amigo
mío...
© Irene Gruss
NO ES BUEN DIA
El me abraza y
piensa: después de la tormenta salió el
sol.
Otra vez.
El me abraza y
piensa: después de la tormenta sale el sol.
El me abraza y yo me desnudo
bajo el sol,
empapada,
absorta.
Otra vez.
© Irene Gruss
El sol cosquillea en mi nuca.
Estoy lavando de espaldas
al sol
y de repente
sonrío
porque el sol cosquillea en mi nuca.
© Irene Gruss
Nació en Buenos Aires el 31 de agosto de
1950.
Cursó estudios universitarios, de manera
incompleta, de Medicina (Universidad de La Plata), Biología (UBA) y Letras
(UBA). Desde los 8 hasta los 21 años participó en coros bajo la dirección del
maestro Antonio Russo e intentó canto individual supervisada por Susana
Naidich, pero fracasó o, más bien, opuso la música a la escritura.
Integró los talleres de escritura Aníbal
Ponce, Mario Jorge De Lellis (cofundadora), junto a escritores como Lucina
Alvarez, Rubén Reches, Marcelo Cohen, Daniel Freidemberg, Jorge Aulicino,
Alicia Genovese, Leonor García Hernando.
Integró las redacciones de las revistas
literarias “ El escarabajo de oro ”, “ El ornitorrinco ”, “ El juguete rabioso
”, así como colaboró en distintas publicaciones como “ El lagrimal trifulca ”,
de Rosario, “ Crisis ”, “ Diario de Poesía ”, “ La danza del ratón ”, “ Latido
” y otras. Poemas suyos fueron publicados también en distintos medios como “ La
opinión ”, “ Tiempo argentino ”, “ Clarín ”, “ La Nación ”, “ La Capital ” de
Rosario, y otros en Tucumán, Santa Fe, San Luis, Chubut, Neuquén.
Han sido traducidos poemas de su autoría a
los idiomas francés, inglés, ruso, croato, portugués, italiano y sueco.
En 1981, participó en el libro conjunto “
Lugar Común ”, Ed. El escarabajo de Oro, con prólogo de Santiago Kovadloff.
Publicó “ La luz en la ventana ”, Ed. El
escarabajo de oro, 1982; “ El mundo incompleto ”, Ed. Libros de Tierra Firme,
1987; “ La calma ”, Ed. Libros de Tierra Firme, 1991; “ Sobre el asma ”,
edición de la autora, 1995; “ Solo de contralto ”, Ed. Galerna, 1998, “ En el
brillo de uno en el vidrio de uno ”, Ed. La Bohemia, 2000.
Recibió, en 1975, el Primer Premio a obra
inédita otorgado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1986,
el primer premio en el concurso organizado por la Biblioteca Cornelio Saavedra
y auspiciado por Eveready.
Ha coordinado talleres de poesía desde 1986
hasta 1994. Su otro oficio es la corrección, a lo que se dedica desde hace ya
varios años en forma paralela a la escritura y como modo de subsistencia.
"La mitad de la verdad" contiene
los libros "La luz en la ventana", Ed. El escarabajo de oro, 1982;
"El mundo incompleto", Ed. Libros de Tierra Firme, 1987; "La
calma", Ed. Libros de Tierra Firme, 1991; "Sobre el asma",
edición propia, 1995; "Solo de contralto", Ed. Galerna, 1998;
"En el brillo de uno en el vidrio de uno", Ed. La Bohemia, 2000;
"La dicha", Editorial bajo la luna, 2004, todos ellos, género poesía,
junto con pocos "Poemas irresueltos", inéditos. La nouvelle "Una
letra familiar" (2007) y la obra poética reunida, "La mitad de la
verdad" (2008), también han sido publicadas por Editorial bajo la luna. La
antología "Poetas argentinas (1940-1960)", recopilación, selección y
prólogo de la autora, guarda el sello de Ediciones del Dock, 2006.