2/8/25

Poema de Mercedes Roffé

 

 

Castalia

 

rumor de voces queridas

contra el silencio del prado

 

un perro juega a la pelota

un pintor canta

un poeta busca en el cristal

                       la metáfora de la vida

 

alguien instaura su epopeya        y alguien

se destruye       una vez más

 

los maestros del juego

de abalorios

se han dado cita en la tarde

 

© Mercedes Roffé

Etiquetas:

Poema de Mario Nosotti

 


Un ánimo concreto habita

la casa por un año abandonada

las fotos en sus marcos como flores de sal,

el alma suspendida, suponiendo.

 

Los álamos afuera cortajean el cielo

siguen su charla homófona

el vaivén de olas lentas

que los atolondrados leen como una negación.

 

Le pregunta a ese hombre que recoge unas ramas

y camina hasta el bar que abre apenas tres horas             

porque ya no hay turistas.

Los pocos que quedamos sentimos la mirada cómplice,

un poco sobreactuada, del esfuerzo común.

Es otra temporada que arroja sus recuerdos

como restos de vida que las olas traen del fondo del mar.

Otra vez olvidar y prepararse.

Ya no hay olor a frito ni bocinas,

no hay chicas de la mano, parejas

discutiendo, pibes ensimismados en un plan.                                      

 

Pasando una hondonada está la ventanita que chispea,

unos perros lo encuentran,                                              

lo incluyen en el susto y en cuanto lo rodean

le dan a conocer unos dientes blanquísimos,

pero mueven la cola, sólo juegan con él.

Ella hubiese querido estar acá, volver a verlos.

Son sus perros –los de ella- y ya no lo recuerdan.

 

Ahora espera en la cresta de la duna finita

decidiendo si entrar -al fin de un corredor

de materiales el sol tensa unos hilos

y se pierde otra vez en el mar-.                                     

         

© Mario Nosotti

Etiquetas:

Poema de Cintia Eleonora Ceballos

 


La virgencita que cambia de color con el clima

y me fascinaba de niña

fascina hoy a brisa

 

la toma en sus manos a diario

y verifica

que el color

sea acorde a lo que le muestra el cielo.

 

Hoy la diosa está azul, me dice.

 

© Cintia Eleonora Ceballos

Etiquetas:

Poema de Diego Rodríguez Reis

 


Zeus crónida

cronión dodoneo pelásgico

señor del universo

padre de los dioses

y de los hombres

 

zeus soberano

que embraza la égida espantosa

que fulmina con el rayo

que enseñorea el cielo

que amontona las nubes

 

olímpicamente

solo

 

© Diego Rodríguez Reis

Etiquetas:

Poema de Carolina Bugnone

 


La yerba cae despacio

la huelo, amarga y hermosa

suenan los pájaros

y el cuero curtido de los yerbateros

que se deslomaron al calor

mientras resistíamos

el viento del mar

 

me mirás como de agua dulce

el agua está a punto, ese punto imposible

moja una lengua tímida en lo verde

sobre la que clavo la bombilla austera

pero vital, el dedo tapa el aire

que sobra al aire de la yerba

al aire del agua a punto

el aire que sobra al aire

 

el aroma amargo amable nos inunda

cuando vuelco el agua, toda el agua

que se estanca cerca de la bombilla

se esconde al principio como un gato

y ahora se escucha fuerte el río en la cocina

el aire caliente del sol en la casa

y los pájaros y los perros y el barro

hay luz por todos lados,

con tus dedos rozás los míos

cuando te lo doy como a un tesoro

y le das

el primer beso.

 

© Carolina Bugnone

Etiquetas:

1/8/25

Poema de Liliana Chavez

 


aquí abajo

los hombres se divierten

no siempre les gusta construir

a veces disparan al pecho de alguien

a veces abusan de la inocencia

a veces roban sueños de albahaca

 

y todo sucede

mientras la indiferencia se ata los cordones

y los ojos miran la sombra

 

y todo sucede

mientras flota encima de nosotros

un dios que no vemos.

 

© Liliana Chavez

Etiquetas:

Poema de Graciela Ballesteros

 


BRINDIS A SECAS 

 

Me desperté pensando en el reencuentro

en el abrazo postergado

en su sonrisa

y sus ojos profundos.

 

Llegué primero

elegí una mesa afuera

al reparo del viento, junto a unos ligustros

las dos sabemos cómo pesa

la soledad                   el encierro

(se parecen a una noche infecunda

a un cielo sin estrellas

a silencios sostenidos).

 

Abrimos la carta, elegimos el menú

el almuerzo fue una excusa.

Hablamos tanto

de nuestras maravillas

claro

y brindamos.

 

Hubiera preferido hacerlo con vino.

 

Los poetas, con una copa

siempre dicen

la verdad.

 

© Graciela Ballesteros

Etiquetas:

Poema de Norberto Barleand

 


OSCURIDAD


Se ha vuelto oscuro,

y no es de noche,

como una pesadilla

pero no  estamos dormidos.

Lo que ocurre,

gira entre nosotros,

parece no incomodar.

No vemos o no queremos mirar?

Estamos con los ojos abiertos,

 nos rodea una  luz intensa.

Quema nuestros rostros

no  ilumina  ni alumbra, 

porque

                            casi.  Todo,

                               se ha vuelto oscuro.

 

© Norberto Barleand

Etiquetas:

Poema de Silvia Hedman

 


Seguimos con el circo cotidiano

mientras la verdad supura:

los payasos son sádicos,

encarcelan a los tigres,

la niña trapecista es abusada

por el presentador,

las cebras no están locas,

el hombre bala se suicida,

los elefantes pisan ratones

para ser consumidos en la tele,

el mago hace desaparecer las pruebas,

los monos escuchan, miran y se callan,

el equilibrista se cae de su ego,

los acróbatas usan corbata

mientras saltan tachos de basura,

los malabares se hacen a fin de mes,

el aserrín es de huesos molidos,

la orquesta es muda,

ciego el director,

el público está cautivo,

la entrada se paga

con sangre, sudor y lágrimas,

el acto final es vergonzoso,

y se teme que comience un incendio.

 

© Silvia Hedman

Etiquetas:

Poema de Simón Dante Lorenzón

 


En mis zapatos cabe todo el peso de los humedales.

En casa los espejos están sucios, reflejan

esperanzas, algunos contienen cenizas de seres

queridos.

 

© Simón Dante Lorenzón

Etiquetas:

Poema de María Elena Gómez Link

 

         

LO SIENTO

 

Esperabas a cierta distancia, en cierto punto.

Ni muy cerca, ni muy lejos

Justo ahí.

Donde

tus pies alineados

se aferraban a la vereda.

Cómo si las baldosas fueran a dispersarse

 cayéndote en un abismo.

Te veo, estás justo ahí

tan tieso

soberbio

enigmático

Sonriente

levantás la mano, moviéndose de lado a lado, con prisa.

Nunca lo dije:

pero yo no la tengo.

¡Hay tantas cosas que no sabes de mí!

Vos pensás que sí,

allí parado buscándome

entre la gente que pasa a mi lado

 a tu lado.

Te veo sí,

Seguía agitando tu mano

no puedo moverme

ahora soy yo la que está tiesa

con cierta soberbia,

abstraída en el ruido de afuera

de adentro

en mi cabeza.

¿Sabes?

No para,

mi voz (qué nunca escucho)

dice: no vayas, no cruces.

Y yo

que tengo un pie adelante

yendo hacia dónde estás

de pronto me detengo

me miras de lejos con una actitud gestual

que advierto

no puedo moverme por más que la razón lo diga.

Mi corazón no lo grita

no me empuja

no me incómoda.

Sigo parada a punto de cruzar

¿Cuántas veces cambiaron las luces del semáforo?

Dejé de contarlas.

Mi corazón no habla.

Me miraste así

con decepción

te dejé ir

con una lágrima precipitándose

de tus ojos al vacío.

Lo siento- dije en vos baja-

mientras me dabas la espalda

Lo siento - dije un poco más alto 

Cuando ya estabas doblando la esquina.

Lo siento -grité-

cuando ya no estabas.

 

© María Elena Gómez Link

Etiquetas:

Poema de Sandra Pien

 

 

BIOTECNOLOGÍA TRANSHUMANISTA 

 

Llueve de madrugada con la tristeza del tango

pública ciudad en exhibición

de veinticuatro horas moebius

realidad virtual electrónica

plástica desmadejada y sedienta

desde un call center con robots místicos.

Llama desesperado un digital ser

de la miserable posverdad aturdida

desarraigado de relatos y de hechos

desvanecido en un zaguán húmedo y sin luz.

Histórica globalización vocifera

si desde la esquina ruge otro.

Es el último juglar trasnochado

que en vano insiste en cambiar su destino

entre cibercultura posorgánica

y los últimos titulares

de un nuevo falso Snowden.

Sombrío repite y repite

poshumana jerga

vigilante de la población

cansada de informáticas revelaciones

apáticas infiltraciones activismos necios

y distopías de inteligencia artificial.

 

La novedad de desfragmentada perspectiva

se me presenta a las diez aeme

sin ensueños electrónicos

con fuerte aroma a jazmín

cuando en un furtivo golpe de sol

tus ojos sonrientes se me asoman

cuando volvés a mirarme.

 

© Sandra Pien

Etiquetas:

Poema de Raimundo Rosales

 


Todos quieren

 

Estamos en una curiosa fiesta.

Todos parecen conocerse

todos repiten ceremonias y liturgias

con seca disciplina.

 

Sin embargo nadie parece estar a gusto

y todos quieren volverse a sus casas.

En el fondo se parece al teatro de la vida

si es que esta burda analogía todavía sirve

para explicar algo.

Al fin y al cabo del primero al último

conocen su papel y lo cumplen.

 

Aunque todos quieren volverse a sus casas.

Todos quieren volverse a sus casas.

Todos quieren volverse a sus casas.

 

Pero nadie empieza a despedirse.

 

© Raimundo Rosales

Etiquetas:

Poema de Myriam Arcerito

 

 

Hay que bordar

 las disidencias,

con la puntada rebelde

sobre el dibujo del orden impuesto.

 

Romper las cadenas

de los modales probos,

reflejados en los espejos

de una sociedad patriarcal.

Descoser las buenas costumbres

para llenar de hilos fuertes

cada rincón del alma.

Tirar afuera los abismos propios

 

//.

 

que nos dejan sin aire,

asfixiados en su propia hondura.

 

Recorrer el cielo del cormorán

donde el confín pierde el surco.

 

Dejar que las nadas nos habiten

y así poder ahuyentar los recuerdos

que punzan.

 

Hay que elegir

como si fuéramos dueñas

de la propia vida.

No hay tolerancia para lo diferente.

//.

 

Buscar la comprensión ajena

es un camino equivocado.

Aunque digan que saben

lo que se siente...

el zapato nunca

                         les calzará igual.

 

© Myriam Arcerito

Etiquetas:

Poema de Elena Garritani

 

 

Finjo creer en primaveras invencibles.

Pero duelen los huesos, las vísceras, la médula.

Las imprecisas paredes de la nostalgia, manchadas.

Escapan de los anzuelos y las redes los peces plateados

de la felicidad

(ya saben cómo y por qué)

no pueden con las piernas flaquitas de la patria.

Las heridas que dejaron de sangrar en las vendas de la memoria

habitada y deshabitada

donde alguna vez el poema me hablaba de otras cosas.

 

© Elena Garritani

Etiquetas: