Poema de Teresa Korondi
Observo la quietud de la roca
Su mirada puesta en mi paso
En lo grave del trino
que se esfuerza por llegar a su centro
La roca mira fijo
la gravedad de la tierra
Echa raíces en el pasto crecido y
atiende con total claridad su muerte lenta
Es muy probable que hoy
se extinga algún paseante
Muere más por eso, la piedra,
que por su trunco infinito
Con ingenuidad poética la miro
la interrogo con igual fijeza
Participo de una lágrima quieta
© Teresa Korondi
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