15/10/22

Poema de Fernando Noy

 

RINCONES 

 

Cualquier objeto posee su lugar preciso

con la ley de gravedad

como una esclava

 

Y también

vida propia.

 

Son tantas ínfimas cosas

más palpitantes incluso

que cualquiera

Desde el control remoto

los anteojos de oro

y sobre todo

agendas o cuadernos

 

Innumerables objetos

alimentándose vorazmente

de sus dueños

 

Al final no soy yo

es la propia tele

quien me enciende.

 

Y así

sucesiva

muerte.


© Fernando Noy

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Poema de Gabriela Franco

 


llevo la dejadez

delgada del extremo

 

llevo atadas las hojas

 

llevo ropa usada

 

comidos los bordes

como la mirada miope

sin arista ni brillo

 

no me desprendo

 

que el mundo sea el cristal

la orilla del cuerpo

el inicio de la disolución


© Gabriela Franco


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Poema de Carlos Salinas

 


(…Una familia…)

 

Mi madre hizo de su soledad

Una casa

De abrazo confortable,

Donde la radio correteaba

Su silbido alegre

De collares portentosos chillando color.

Tenía un hijo

Y muchas plantas.

Recetas en cuadernos Gloria,

Botellitas vacías de perfume.

Mi madre coleccionaba chucherías

Y la vida se iba de la mano

De juegos de té

A centros de mesa de vidrio soplado.

Mi padre la visitaba los fines de semana

Y hacíamos de esos momentos

Una familia.

© Carlos Salinas

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Poema de Carolina Brieux Olivera

 


Comunión 

 

Desde una lejanía de lavandas pisoteadas

te pregunto  por el destino de las piedras.

 

¿Qué será de nosotros cuando bebamos de este cáliz?

 

Es urgente anticipar la próxima sequía. 


 

© Carolina Brieux Olivera

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Poema de Noemí Correa Olivé

 


MUÑECA DE TRAPO

 

Es esponja y sombrilla

alfombrita, pintura

diente roto,

es artesa y bandeja

llavero y lamparita,

ojo negro.

Es bastón y aún muleta

charquito de lágrimas,

cardenal,

es condón y martillo

amapola, lenteja

bofetada.

Es muñeca de goma

botellón y guitarra,

moretón,

es plumero, reloj

fruta fresca y zarzuela,

taco roto.

Es polenta y jazmín

agua de río y sombra

hueso roto,

es ventanal y azúcar

es madera y pincel

tajo impune.

Es fantasía y limón

arboleda y espejo

golpe artero,

es sábana y  canela

es cofre, orilla y selva,

nariz rota.

Es mantita en invierno

fundición y arco iris

cicatriz,

es montaña y silencio

es fuego, ocaso y lluvia

quemadura

Es perfume y palabra

mano amiga y caricia

es canción,

es desierto y olvido

es suspiro y ofrenda,

mujer rota.

 

© Noemí Correa Olivé

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Poema de Graciela Ballesteros

 


 

Una llovizna que corre

en puntas de pie

atraviesa

la tarde.

 

El ocaso

avanza hacia un

horizonte negro

que veo desde la mesa redonda

en un rincón del comedor.

 

Un mazo de cartas desgastadas

ocupa el escenario de la tabla y

les guiña el ojo          a mis recuerdos.

 

Arrimo el mate

de puro hábito

mezclo las cartas,

las vuelvo a mezclar,

corto el maso

y reparto.

Sigo el juego.

 

Doy vueltas las cartas

de cada participante

"Hubiera sido un lindo partido"

me digo,

los comodines ya no son

parte del juego.

 

Mientras la noche se traga

el horizonte,

deja suelta

la nostalgia,

esquirla

que golpea

todas

las paredes.

 

© Graciela Ballesteros

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Poema de César Cantoni

 


A LAS TRES DE LA TARDE

 

A las tres de la tarde,

en la vieja terminal de ómnibus,

la música que sale de los altavoces

tiene la estricta monotonía de las horas.

 

A las tres de la tarde,

en la vieja terminal de ómnibus,

la música que sale de los altavoces

tiene la estricta, sórdida monotonía de las horas.

 

A las tres de la tarde,

en la vieja terminal de ómnibus,

la música que sale de los altavoces

tiene la estricta, sórdida, fatal monotonía de las horas.

 

© César Cantoni

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Poema de Lydia Helander

 


 

DÍA DE LA BANDERA

 

Brillan hilos de sol

sobre la ciudad callada

que hoy despierta

sin su alboroto diario

porque es veinte de junio

y las hormiguitas trabajadoras

descansan en su casa

mientras la Patria toda

es un televisor de cuarenta pulgadas.

Desciendo triste

 sobre la estación del Roca,

el tren del Sur,

ante una plaza vacía

cubierta de banderas

donde la calle parece

un cuarto inmenso .

Camino unos pasos

hacia el subte

mirando a los pocos

que ignoran el feriado.

Son los senegaleses de Constitución

vendiendo sus cositas

al hechizo del sol.

Quizás porque este cielo de seda azul

y esta ciudad distante, inhóspita

y desierta

sean un río manso

que al fin

los lleve de vuelta

al África.

 

© Lydia Helander

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Poema de Flora Levi

 


Vuelos

 

Todo sal el aire

una brisa azul

una gaviota en picada.

 

© Flora Levi

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Texto de Daniel Tomás Quintana

 


 

Esa palabra… 

Casi estoy seguro / que alguna vez / la tuve y la perdí.  / Tal vez fue en un recodo / del camino / o en uno de los tantos / bolsillos con agujeros / del traje de vivir.  

Lo cierto es, / amigos míos, / que he perdido / esa palabra, / no cualquiera / sino ésa, / la rotunda, /  la crucial, / definitoria, / piedra basal / del poema redentor / que podría salvarme / del naufragio / y rescatarme  del abismo / insondable de la nada. 

Si alguien la ha visto / cruzar alguna esquina / o esconderse  clandestina / en un zaguán  / o conoce / por boca de terceros / su exacto paradero / o su destino temporario, / sepan que ofrezco / cuantiosa recompensa.  

Sólo diré, / si me preguntan, / que es una palabra / tibia y fría, / suave como un niño, / rugosa como un viejo, / con cierto sabor / dulzón y amargo, / increíble mixtura / de ángel y demonio. 

Concluyo entonces / estoy buscando / una palabra total, / especie de aleph, / de mágico resumen, / único y múltiple inventario, / en fin, una simple palabra / donde caben todas las palabras. / Si no la encuentro, / amigos míos, / será imposible / fundar aquel poema, / ese puñado de versos / que me salve / y me redima.

 

© Daniel Tomás Quintana

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14/10/22

Poema de Patricio Emilio Torne

 


 

EL PANTANO

 

Así venidos de un remanso

de aquellas aguas

corriendo a un mar donde

volcaban la sed ahora en el pantano

sin poder asirse a las raíces de ninguna orilla.

Hundiéndose inexorablemente

pensando que nada les tocará la frente

ni la sombra

o el frescor de la maleza

ni el suspiro

o la palabra sanadora del hermano

porque ya se hundió junto a los otros.

Así los ojos brillantes sin que haya

tiempo para el llanto

viendo con desesperación

alrededor si alguna mano

una canción un sortilegio que los salve.

El día llega y es un vidrio

filoso como un puñal

no hay manera ni protocolo

capaz de contener su daño

pero es letal como arma blanca.

Su filo abre la carne

y hay riesgo de que por allí

hasta se les vaya el alma.

Como en un ecosistema serán

sedimento que cubre el fondo.

Sobre sus cabezas crecerán

los matorrales los árboles hundiendo

sus raíces en el lecho enriquecido

por ese peso muerto.

Lo que alguna vez fue energía

puro vigor vuelto abono para dar

nuevo sentido en esas copas

bajo sus ramas en la gramilla

donde anidarán las aves los mamíferos

los castores los reptiles los insectos.

Todo un paisaje bucólico

en el que reinan tiernos animales.

Justo allí donde alguna vez

sudaron hombres y mujeres

se rieron descuidadamente

justo allí.

 

© Patricio Emilio Torne

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Poema de Patricia Diaz Bialet

 


EN MI ALHAJERO

 

mucho grito de urraca mal servida

mucha bataola de ímpetu

pero el desleal no logra deportar de mi alhajero los escritos fatídicos

 

el litigio es esporádico

caprichoso

en él relucen las pérfidas malhechoras

el acoso de las pardas busconas

la dilatación de las pupilas

 

cuanto más exaspera su vena

tanto más la reliquia-evidencia se torna soberbia

no logra suprimir la letra antorcha

las oraciones azotes

los adjetivos magnos con que seducía a la querida

las esquelas letales reincidieron como larvas

 

el dije que pende del cogote de la concubina

mejor se luciría sobre mi intacto canesú

 

porque este montoncito de bofe que es mi piropeador de ahora

en su alpargata de sirena errante

cría felonías varias

 

aprendiz tardío de Adonis

subasta su fugaz cerebro pasajero

me destroza con su músculo furioso

 

el río medieval de mis antepasados ya me lo había advertido

no te inmiscuyas más de lo debido con un intrascendente

 

© Patricia Diaz Bialet 

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Poema de Washington Atencio

 


 

Pulso

 

Una hormiga carga

un peso muerto

 

hallo un lugar

en el pasto

aclaro el oído

 

lo débil avanza

 

imagino

un nido caliente

de cápsulas blandas

tres mil latidos

que ignoran

el peso

de un cuerpo.

 

Quiero

ser tierra

entender ese pulso

 

sentir la eclosión

de lo leve.

 

© Washington Atencio

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Poema de Pola Gómez Codina

 


Por suerte hay un momento de la fiesta

en que puedo decir tengo que irme

me encantaría quedarme pero

tengo que irme

y sonreír

como si me alegrara alguna cosa

mucho

cuando llego me saco los zapatos 

pongo una pava al fuego

asisto al rito

del vapor del silencio

del té negro

y arrojo

sal marina en el fondo

de mi balsa dejo correr las ondas

me sumerjo

aguaviva

aguas arriba

 

© Pola Gómez Codina

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Poema de Daniel Viola

  


      Se vaciaron las jaulas.

El jaulón quedó desierto.

No sobraron palabras para eso cierto.

Fue la lucha ese lenguaje.

De camas sin frazadas, con cobijas.

Una casa sin cuartos, con piezas.

No habrá jardín sino terreno.

Desterrar de la boca la sirvienta.

Aprendí aun en tu agonía

que en esa forma de decir

se encuentra nuestra historia.

Si nos sacan las palabras

nos roban la memoria.

 

© Daniel Viola

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Poema de Estela Porta

 


nombrar la soledad

es una lluvia de recuerdos

de secretos

 

temblando

 

habitada de fantasmas

esta larga noche histórica/

hieren sus cristales de agua

me rodean

 

© Estela Porta

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Poema de Ernestina Elorriaga

 


 

Miren ese cuerpo que cruza buscando el tiempo de la infancia

miren el agujero en el pecho abierto a los pájaros y a los vagabundos no miren los puños apretados luciendo una rabia añosa

ni la tajadura en la frente

ni a sus pies cansado de buscar

miren los secretos que arrastra

las preguntas  sin respuestas

y vociferen como un tifón hasta romperle el tímpano

 

que no escuche que su corazón no late.

 

© Ernestina Elorriaga

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Poema de Alejandro Cesario

 


Sin queja 

 

Está sola,

marido ausente en changas lejanas.

 

Nueve hijos jugando al fondo de la acequia.

 

Está sola

y no suelta el humo de su pena.

 

Se sostiene sentada en una piedra

masticando el pan casero,

 

sin queja,

con el perol entre sus piernas.

 

© Alejandro Cesario

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Poema de Ana Romano

 


Muérdago

 

Es en la cáscara

que se engendran

las navidades

Tramontanas

coronan la mesa

Dragan

cargamentos

parentales

Las advertencias

se disipan en la obstinación

y en los comensales

la ironía

columpia.

 

© Ana Romano

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Poema de Beatriz Puertas

  


ELLA

 

Viene a buscarte

seduce

        aguarda

        fría como el metal  

 

y sola como el fuego

arde en el aire

o abre

la puerta de  la nada

 

golpea tus bolsillos

teje la trama y las decepciones

cuenta caídas

aleja pentagramas

 

se lleva amigos

implacable

 

la muerte.

 

© Beatriz Puertas

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12/10/22

Poema de Mario Doldán

 


Monumento

 

Desde la piedra recolectada al

recorte de la piedra,

de lo informe y mustio, piedraflor,

del soporte para atrás,

del tallo a la cantera,

 

de la cantera hasta mis manos,

de mis manos a ti, desde el cincel

a la forma, a la memoria, a la conciencia, 

y de lo negro al sepia,

del sepia a ti, y de ti a la belleza

 

emanación del dolmen,

del falo como prodigio de mi

amor por ti, mater, matrona,

de nuestros hijos,

de los hijos dispersos en la tierra,

de los hijos amparados en tus pechos,

de los hijos perdidos de la vista,

 

en la sal, en la ceniza,

 

en ti, lágrima dura y duradera,

de la tristeza dura como tristeza de la piedra,

y de la piedra al alma, y a tu sonrisa,

y del alma pura como la piedra…

 

© Mario Doldán

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Poema de Sandra Pien

 


UBI SUNT 

 

Dónde están las palabras

estas y aquellas

las que estaban en mi patio

rebotadas en las golondrinas

con la gracia del sol en los malvones

las de la información y la posverdad

las reveladas y las intérpretes

en textos de pantalla fragmentada en diluvio

sonido lejano de balbuceo veloz.

 

Dónde la voz y la escritura

frases de carne viva en letra muerta

dónde emancipa y esclarece

un sentido eclipsado por miles

hilo conductor en electrónico modo.

Busco aún el destino de la ocasión timada

lo que anida en las palabras que habitamos

los sabores los olores y los ecos

lo que queda en ellas de nosotros mismos

cuando nos vamos.

 

© Sandra Pien

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Poema de Susana Lobo Mayorga

 


 

¿Cómo llegar a los ojos marinos del tiempo

cómo pactar un encuentro, tras los velos ceniza del crepúsculo?

Regresar a la lluvia de Octubre

a la plaza redonda del poema

a la piedra fundida en esperas.

Convocar al ritual de la palabra

hasta que el vino   muera en la garganta del camino

cuando todos partan y llegue el  último mensaje 

las huellas en el filo del ocaso.

 

Poetas ecuestres invertirán  las agujas.

Espina tras espina

hoja tras hoja de un corolario.

 

© Susana Lobo Mayorga

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