28/9/13

Poema de Jorge Boccanera


Alejandra Pizarnik abre su cuaderno de apuntes

                                 A Jorge Arturo

El hombre que saca la cabeza del agua,
                     es un pez y se asfixia.
El pez que mete la cabeza en el agua,
                     es un hombre y se ahoga.

El poeta escribe en la línea del agua,
                     y se asfixia,
                     y se ahoga.


© Jorge Boccanera

Poema de Jennie Escobar Montes


Los síntomas del sol.               

Los síntomas del sol
se ven  en los escalofríos
de las sillas,
 y  se leen en los reportes
de las moscas.
Los rayos de sol
 son niños jugando a ser penumbra.
Los espejos mienten
con todas sus letras arrugadas
y los números encanecidos
a  flor de piel.
Yo no sé
lo que es ser o estar
en cambio
beso
el risco inquieto
de la madrugada
y escucho gritar al temor.


© Jennie Escobar Montes

Poema de Xenia Mora


HERMANO QOM

El hedor de la infamia
que roba  al hermano
desorbitan los ojos
que claman justicia.

Harapos hambrientos
cubren las calles
como sombras de nadie
que gritan sin voz.

Golondrinas sin alas
deambulan con hijos
sin tierra y sin pan.


© Xenia Mora Rucabado

Poema de Fabiana Posse


Desencuentro.

Sé que cuando un animal no duerme,  el barrio suelta la paz en los diarios.
Sé  que los  brazos de arena se derraman congelando cerraduras.
Sé que un  lobo azul y sus pupilas resbalan  afónicos de miedo.
Sé que  él  dilata su herida invisible bajo la sombra de una muralla.
Con su olfato acaricia el brindis de mi abandono suculento.
 Estoy perdiendo el apetito de rondarle.
Porque el silencio de su cicatriz pide sangrar como un hoguera.
La mitad de mi,  erosiona el  viaje para caberle dentro.
 Quiere sobrevivir a la utopía de sembrarle mi vértigo.
 Desea mover el temblor para que ensaye dolores que me conmuevan,
 alrededor de mi cuna ,
alrededor de todos  mis colores desérticos ,
alrededor de lo que me brilla.
La otra mitad de mi, ansía  abrirle una ventana animal  hacia mi rescate.
Sintonizar  las mágicas  garras, negar la cobardía del roce del pecado.
 Traducir el idioma de sus tropiezos, ganarle las palabras.
Evitar que mastique  fantasmas que nadan catárticos entre extrañas raíces.
Pero la gente suma jardines y ruidos desesperados.
Impiden que nazca el choque de los tambores de agua.
Sus ejércitos de ojos golpean la distancia y entran en pánico los balcones.
 Nadie quiere ser feliz mientras se besan los que amanecen.
Desgarran el tiempo, desapareciéndolo.
La nada los traiciona y escupen  su simulacro cegando el milagro.
Entonces.
 Él se  va domesticando bosques.
Y  yo me  voy danzando insomnios.



© Fabiana Posse

27/9/13

Poema de Antonia Taleti


 A la intemperie.

Estaba a la intemperie 
cuando el pájaro picoteó 
su alimento, toda 
sangre, carne, huesos 
mientras el río frotaba 
las piedras ágilmente. 
También pelos y uñas 
rodeada por montañas. A la intemperie 
 desnuda, 
con los  ojos abiertos, tratando de escuchar 
la voz que nunca alcanzo. 
Alguien plantó el misterio y nos observa 
en un juego de ciegos, oler, palpar, lamer 
la presa equivocada.      

© Antonia Taleti

Poema de Alicia Corrado Mèlin



Llagas 

Escapa
con la palabra
apenas esbozando
un aliento fétido
de auxilio sin credos.
En una espera infectada
para investigar la fe
gime el dolor
ya ajeno
del que nadie se apropia.
Tal vez un último castigo
entregándose a una bienvenida
y que todo se esfume entonces
entre sabanas
salpicadas de sopa flaca.
No entiende de presagios
mientras gotean los minutos
sobre el tatuaje
piel
de dragones ulcerados
perforando
pedacitos de luces.
Solo un rezo vacilante
acompaña la mano débil
hirviendo en este Abril
pisoteado
de hojas no tan doradas,
no tan otoño.

 ©  Alicia Corrado Mélin

Poema de Cynthia Rascovsky


Ladean batallones de ríos 
           en  los placeres elípticos de mi boca.

Y a bocados letales
               el principio de tu entre piernas. 

© Cynthia Rascovsky

Poema de Bibi Albert



TURNO


Espero que me atiendan.
Pasan hombres y mujeres con sus batas blancas,
no verdes, sino blancas.
La gente es tan absurda como siempre
con sus pequeñas preguntas prepotentes.
El altoparlante habla en altoparlantés,
incomprensible, pero nadie se da por aludido.
A mi derecha, el día grisea y se enjuga
con otoño incipiente.
A mi izquierda
más la muerte que la vida
desfilando
en las horizontales carrozas del olvido.
(Acá Pablo celebró su despedida
con todas las mujeres que lo amamos:
su olor sigue conmigo, tantos años después.)
Los apellidos suenan como números
desafinados
de una lotería en la que todos pierden.
Pero el mío duerme todavía en el buzón del consultorio,
le veo la lengua blanca, no lo agarran,
así que tengo para rato.
El frío y el calor se besan y confunden.
Un chico juega a pisar solo las baldosas negras.
Una señora busca en su bolsa crujiente
la verdad escondida de su día.
Yo invoco a la paciencia
-esa anémica diosa de los sueños-
con bostezos, suspiros y demás bocanadas.
Quiero un café con leche con una medialuna. O dos.
Y a lo mejor me voy, o a lo peor me aguanto.
El lipoma en el brazo es un emoticón
que trata de decirme: -¡Pará, loca!,
averiguá el mensaje
que tengo para vos, quedate piola…
¿Pero qué más escribo?


© Bibi Albert

Poema de Cecilia Glanzmann


PLANETA TIERRA

 Sólo el amor reúne./…/ Amar es el camino y el Todo 
C. G. (Hilanderos de la Luz)

Cuando se hunden en tu vientre
como saetas volcánicas
las oscuridades que ciegan
al humano escindido en su conciencia

ese vientre felino tan tuyo
tan de madre paridora de reinos
con tajos de púas hendiéndote por todos los costados
no deja de buscar la estrella de seis puntas
que es puente de universos entre la materia

/y el espíritu.
Planeta entre dos reinos,
con fe en el amor es tu prometeico canto,
con los discos dorados guardianes del sino
con los enraizados custodios para el vuelo
hacia las escalas más altas. 

Y te yergues cantando al Misterio.



© Cecilia Glanzmann

25/9/13

Poema de Mariana Vacs


ENFERMEDAD

Las palabras pierden consistencia
y el dolor es sólo una metáfora
confusa.

Me preocupa que el termómetro que mide
cual es la distancia ideal entre dos cuerpos
se haya roto esta mañana.

Voy curando la enfermedad
que repite tu nombre.
Ya no duele el silencio.
Ya no lloran las noches.
Ya no se emborrachan los poemas.

No pude encontrar
el gen que provoca el mal
dentro de mi cuerpo.
Así te expulsaría para siempre
y sin secuelas.


© Mariana Vacs

Poema de Liliana Chavez



Dios está en la mira de sus lágrimas
en los silencios en el tapial de crudezas no mencionadas
(no habladas)
en ese rosario débil
incauto
en el que ya no cree

y aún le queda coraje
el coraje
de las hojas que cuestionan al viento
desde antes de ser arrancadas.

© Liliana Chavez


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Poema de Alicia Borgogno


DESDE MÍ

...yo escribía palabras sobre tu cuerpo.
Luego vino la noche y las borró.
 José Ángel Valente

Quizá nos encontremos frente a frente algún día
quizá nuestros disfraces nos logremos quitar                                                                                                 Alfonsina Storni 
                                        

Desde mí ,
suelto pájaros 
en las noches sin cielo,
extiendo los brazos
hambrientos de encuentro,
acelero mis ríos
bordeados de piedras…
porque quiero
poblar el espacio,
atrapar con mis manos
las ausencias,
correr cuesta arriba
inventando fuerzas…
para alcanzar
la sombra de tu fuga.
Para alcanzarte, apenas.


© Alicia Borgogno

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Poema de Máximo Ballester




THE MONSTER 

La tortuga raspa su caparazón
contra la reja del ventanal. Produce
un temblor que retumba en los vidrios.
Es evidente que quiere entrar.
Insiste levantando la puerta de la reja
unos milímetros y se queda mirándome.
Yo le hago un gesto de susto, como en las viejas
películas de terror. Me gusta que ella crea,
aunque sea por un instante, que representa
una verdadera amenaza para toda la familia.


© Máximo Ballester

Poema de Anamaría Mayol


PIENSO EN AZUL

Pienso en azul
viene el lago
el ruido azul del viento
en la ventana

ojos lejanos
que alguna vez amé

el desengaño azul
del fuego
cuando se extingue

Pienso el azul
viene la muerte en el jardín

hortensias velando  silencios
perfumes enredados
entre las sábanas azules

viene el adiós
crujiendo sobre los huesos

la distancia
en vuelo azul profundo
alejándome de ti

pienso en azul
y llueve
con tu nombre



© Anamaría Mayol

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Poema de Lidia Cristina Carrizo

  
He dejado 

Regresar, los abandonados deseos
aquellos, que prohibidos he dejado,
aún sabiendo, que lo eran todo para mí. 

En el tiempo he querido y he amado.
El futuro era otro; más seguro me decían,
para mí, una esclavitud, rebelarse lo difícil. 

Cambiar todas las máscaras que me obnubilaban.
Me hacían distinta, aunque todo estaba en su sitio. 

¿Dónde están  mis sueños? ¿y nuestras razones?
Regresar...  Ya no se puede deshacer lo andado.
En lo futuro concretar aquello que aún sueño nuevo!
Los años se llevan nuestra justicia, el amor, la paz!..


© Lidia Cristina Carrizo

Poema de Verónica Peñaloza


Almitas de papel

V

Dicen que ese día
los libros intercambiaron el final
las ventanas se convirtieron en salidas de emergencia de ojos y excusas
las  baldosas subieron su autoestima y no se dejaron pisar por nadie
la gente flotó
se descreyó de la ley de gravedad
la ley del más fuerte se hizo la ley del más flexible
toda estrella fue fugaz
toda azucar fue palpable
todo grito fue sagrado.
Dicen que ese día
los colibríes golpearon las persianas del sol
los árboles treparon
hasta usar de almohadas las nubes
y soñaron la tierra,
las alegrías destiñeron
sobre todos los recuerdos.
Los carteles recortaban y pegaban el paisaje
haciéndose estribillos de la ciudad
los sombreros hacían malabares
con los pensamientos
la plaza fue pista de aterrizaje
del infinito
el viento en las hojas
hizo el himno del invierno.
Saturno hizo sapito
con uno de sus satélites
en el Atlántico
y el eco, allanó el camino.
Por eso, lo cierto es que ese día
todo era lo que parecía.
Ella iba por la vereda del sol.
Él, por la de la sombra.
Y los vino a cruzar
la parte del amor
que se colorea en esa justa intersección.


© Verónica Peñañoza

Poema de Ivana szac

  
Necesito matar los animales
que viven debajo de  mi piel


extender/me
               mis versos

como un mantel en el aire

deshacerme
 de todos los residuos
 de las lágrimas que apuñalan.



© IVANA SZAC

Poema de Víctor Hugo Valledor


El arte no admite sumisos

Dirigen mentes hacia el sabor de la sumisión.
El arte no sume a nadie a sus dictados.
Filas de sumisos esperando el mendrugo existencial.
El arte subleva.


© Víctor H. Valledor

21/9/13

Poema de Alicia Perrig


Regalame barriletes
dijiste
         vos
con todo ese cuerpo
enrejado en la silla llevadora
         vos
rotas
las manos de caricias
         vos

astillas en la pelvis
         vos
que bailás una bambalina en cada ojo
y sin embargo
yo sabía me mirabas como nadie

         vos

regalame barriletes

regalame.                           

© Alicia Perrig


Poema de Daniel Martínez


EL CIRCO DE LOS POBRES SUEÑOS 

Bienvenidos al Circo de los Pobres Sueños 
donde la orquesta es la última en irse 
después de recordarnos las canciones 
con que fuimos felices 
y los viejos amores nos perdonan 
los pecados que nunca les hicimos 

hay una red zurcida debajo del trapecio 
para que los miedosos salten y salten 
hasta que aprendan a volar 
y una cuerda para solitarios suicidas 
que dice te quiero mucho 
justo en el momento más interesante 

pasen y vean como las muchachas 
se enamoran de los poetas tristes 
y el ciego sueña con el arco iris 
y el maricón con su escote perfecto 
y el viejo león la cebra y el oso 
se aburren como jubilados 
pero no corren peligro de extinción 

el punto más emocionante es cuando se rifa 
la ilusión de ser por una vez en la vida 
el testigo del milagro de estar vivo 
con aplausos y diploma con la firma auténtica 
del más viejo de los enanos 

después el prestidigitador desaparece de un solo sorbo 
el vino añejo que teníamos guardado para el festejo 
pero en nombre de la magia
nos devuelve un pañuelo de llorar 
por supuesto que escasean la vírgenes y los parientes 
y solo se permiten los atorrantes que tengan estilo

se huele algo así como cierta tendencia al absurdo 
y el que pierde algo definitivamente acá tampoco lo recupera 
pero aprende que en el fondo nada importa demasiado 

y para que entiendas de una vez por todas de qué se trata 
te prestan una nariz de payaso y te dibujan una lágrima 
que no se te va a borrar hasta el día en que te mueras 

vale por último una aclaración indispensable: 
cualquier similitud con el mundo real es pura coincidencia 

ahora sí ya estás listo esta es la última función 
del más pobre de los circos: el circo de nada y de nadie 
donde la única entrada es un sueño no perecedero 

cuidalo porque el día que desaparezca 
vamos a ser pobres de verdad 

y abrigate que afuera está la calle y hace frío



© Daniel Martínez

Poema de Marta Ortiz


 Gestos                                   
                                  a mi padre 
Hace tiempo
(palimpsestos de óxido y musgo)
mi padre
modelaba para mí
los gestos que hoy repito

como tostar el pan
como dejar caer todo el cielo en la mirada.



© Marta Ortiz

Poema de Rosa Lía Cuello



Testamento 

Te dejo mi mirada 
el perfume leve a calendarios olvidados 
el cuarzo rosa que vive en las sombras 
de este corazón furtivo. 
Todo será igual 
las palabras canción - cuna 
la hierba donde nos recostamos 
 las formas extrañas de las nubes 
los pájaros  eternos de la risa 
la voz en tu oído 
 la tersura de mi piel en la tuya 
 la paciencia con la que nos hemos querido. 
Te dejo los te amo 
que olvidé decirte    las caricias 
la verdadera soledad que nada resta 
 el silencio que filtran  los espejos 
mis latitudes humanas 
Y el verso que tanto te gustaba… 
Todo será igual 
Cuando haya partido.


              ©  Rosa Lía Cuello

20/9/13

Poema de Paulina Vinderman





Esa mujer (tierna, inestable)
va detrás de la sombra de un perro más viejo
                                                    que el mundo
y escribe la historia del vendedor de escobas
como si fuera un ensayo sobre la noche.

Esa mujer tiene a veces
un brillo de tornasol sobre su nuca
Sólo a veces,
porque los días lo esfuman durante el destierro,
durante la derrota,
la derrota que se enciende puntualmente
entre las columnas jónicas -imaginadas-
a la hora en que el sol se cae,
en que el sol parece caerse para siempre.

("La última vez que nos vimos
ibas a contarme una historia, dice.")



© Paulina Vinderman

Poema de José María Pallaoro



LA ENREDADERA 

Las rejas desaparecen

Es indudable que ese jazmín crece
para recordarnos
que la belleza es
aún posible

Dentro de pocos días
sus flores perfumarán

la intimidad de esta habitación
donde consumo mis horas

en busca de un tesoro que no encuentro
y que no sé si existe



© José María Pallaoro

Poema de Juany Rojas


CEMENTERIOS 

¿Y quién escucha  tus cementerios?
¿el crujir de tantos huesos?
sólo mis oídos desquiciados
mi insolente memoria
que parlotea sin respeto sobre las tumbas
Tumbas
apenas trizaduras en la tierra
apenas coronas de alambre y papel crepé
desteñidos nombres
sin epitafio
apenas llanto desgarrado
en la soledad más bella
y más sola


© Juany Rojas

Poema de David Rosales



CUARESMA

De pie, en esta esquina que se enciende
retiro siete espinas de mis ojos,
los clavos de mis labios,
el hinojo de mi piel.

Tarde llegaron
las oraciones.
Desoladas las calles
golpean mi semblante,
mientras, la ciudad que cargo se muere.

Apaguemos todas las lunas  dices 
son los días de guardar,
bajarse del tren,
lamer ceniza.


© David Rosales Aragón

Poema de María Del Mar Estrella



HASTA LA CLARIDAD *

                                    A Ana Emilia Lahitte 

La llevaba en la sangre
como un gesto de raza
un cetro de discreta nobleza repartido
entre todos a tantos.
(La poesía - digo - ese blasón sagrado
que transforma en substancia inalterable
la  mortal aventura de los sueños).

Ella nos hizo conocer el alto campanario de Themis Speroni
y ella quien lo hizo repicar en el mundo.

Sembradora de voces
con su mandala generoso de vigía conciente
su exquisita palabra se afelpaba en jirones sonoros
que extendían sus puentes solidarios
hacia los cuatro puntos cardinales
y sobre toda sudestada.

"La poesía - dijo - es un préstamo de infinitud
una zona de riesgo de lo salvado.
el poema será siempre el más allá de si mismo".

Ana Emilia:  aquí te despedimos.
en esta luz desierta de alta luna
y en tristeza de lágrima discípula.

Hasta la claridad *, poeta!

Y gracias! 


* Silvia Montenegro



  © MARIA DEL MAR ESTRELLA