22/7/23

Poema de María Teresa Andruetto

 


Caballito


Eran una niña y su madre.


                  Esta piedra parece un caballo,

                  dijo la niña,

                  y se hincó junto al agua.


La madre abrió las manos

y el caballito galopó

hasta la página.

 

© María Teresa Andruetto

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Poema de Osvaldo Guevara

 

 

EL BUEN VECINO

 

El sol gris del invierno. Y en la calle

un pájaro perdido.

Un pajarito fuera de su jaula:

inexperto, amarillo.

 

Pregunté por el barrio.

Alguien respondió: es mío.

Y como a una moneda

se lo echó en el bolsillo.

Julio es lento y es duro.

Los pájaros se han ido.

Cuando en la primavera

desanuden sus trinos

yo andaré entre los árboles,

cabizbajo, distinto,

como escapándoles

a mis propios oídos:

les faltará a los cielos de setiembre

la libertad de un pájaro amarillo.

Ya sé:

muchos dirán que lo importante

es ser un buen vecino.

 

© Osvaldo Guevara

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Poema de Nora Raquel Quiroga

  


…gritándole a la lluvia/

 con tu voz tan de álamos sonoros.

 Vilma Sastre

 

Hilo de nube

 

Tu voz de álamo se dispersa en la tarde

el trueno responde en tono bajo

aquietando el dolor de la respuesta.

Tu voz crepita en el borde de la hoguera

trae recuerdos     casi quimeras

tu voz empujando el alba y el trino de la alondra.

Camino buscando el hilo de nube para seguirte

a campo traviesa

solo humo  y sombra son destellos de tu estela.

Tu voz de álamo me envuelve

como en aquella tarde de marzo

casi sin palabras

dejaste caer tu sentimiento.

 

© Nora Raquel Quiroga

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Poema de Nora Sztrum

 


 

mella la zapa la tierra

se torna piedra

 

corre en la acequia el salitre

surco sepia

 

reseca la arcilla el barrio

adobe y cañas

 

sólo los patios

oscurecen regados

sólo los patios 

 

me voy de la ciudad

quemo mis naves

precarias embarcaciones

ancladas

 

envuelta en amor

y rumbo al campo

embarazada

 

me voy fértil al campo

y está seca l’acequia

cuando llego

 

pero si al lado

 

si la finca de los alcauciles

y la del ajo

y los olivos d’enfrente

están regados

 

¿el agua está privada?

el lote está privado

     de agua

 

dicen

que me llenan el tanque

para el agua potable

 

pero en la acequia

no hay nada

 

que no hay acequia casi porque sin agua

que la tierra está dura de seca

y a veces la dueña la larga

 

que parece que le sobra a veces

que el agua tiene dueña

y la larga

 

los vecinos gritamos el agua

viene el agua

como un agua va

 

y corro y corro la zapa

se quiere hincar en la acequia piedra

para que fluya hacia adentro

que entre zanjeando que abra

que ahonde y desvíe que corra

que entre

 

a casa y que riegue

las habas

el manzano paraíso

el olmo para no pedir

el ciruelo

en flor

 

© Nora Sztrum

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Poema de Stella Maris Soria

 


EN LAS SIERRAS

 

La tarde cae en las sierras

miles de sonidos de aves

bichos y ranas

el monte exuberante después de días de lluvia

la vida explota...

y mi voz va contigo a todas partes

y se convierte en la voz de tus padres

de tus tíos y tus primos

y en la voz del viento y de la lluvia

somos uno.

 

© Stella Maris Soria

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Poema de Patricio Foglia


 permanezco internado doce horas, en esta especie

de hospital aeronáutico que es para mí el locutorio

que es para el que trabaja en el locutorio

el locutorio, una incesante clínica de lo mismo

aunque con leves matices,

diminutos chirridos en la maquinaria

como si bajo una estructura de hierro

respirara el error, la palabra equivocada:

como si siguiera vivo en cada fallo

a pesar de la mecánica

tras los escombros


© Patricio Foglia


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Poema de Susana Zazzetti

 


para no perderme a mí misma

me obligo

a no olvidar del todo

lo que se volvió pequeño

y alguna  vez fue

ángel    beso    palabra

lágrima en el rezo

y ahora

golpe de martillo

venciendo la noche.

 

© Susana Zazzetti

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Poema de Teresa Gerez

 

 

CONTRADICCIÓN

 

A veces te extraño

y se me lloran los ojos

de estar sola

y se me congelan los pies

de tanto frío

tanta desolación

 

“No tomés tantas pastillas-

me decís- y “chau”

quedo entregada a mis terrores

a mis nopuedos

a mis noquieros

a mi falta de acuerdo

con el mundo

               conmigo

                              con vos

 

A veces te extraño

y es raro

porque me encanta estar sola

y también

               contradecirme

 

© Teresa Gerez

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Poema de Marta Comelli

 


NIÑA

 

Mientras lavo los platos del día

( en el puro silencio del atardecer y la encerrona a que me someten mis oídos)

recito para adentro un poema que he memorizado

 y habla de una niña y  su árbol de flores amarillas.

(El tiempo ha pasado).

Recupero el aliento, carraspeo, sonrío.

( Cómo ha pasado,  me digo)

El poema se desliza manso entre la garganta y la lengua.

(Lo saboreo)

Se desliza, digo

mientras el agua corre también mansa entre la vajilla

 y mis manos,

que ahora la acarician porque pienso en Ella:

" Hoy es domingo

plantamos tu primer árbol

ese, pequeñito como Tú..."

Sí, el agua corre, sigue, hace un camino para que lo andes,

semilla a semilla

gajo a hojas

hojas a flores amarillas.

 

© Marta Comelli

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21/7/23

Homenaje a OLGA FERRARI en su fallecimiento

 Me entero del fallecimiento de Olga Ferrari, "Olguita" como le decía. Una gran gran persona, llena de luz, amable, amorosa, cálida y una gran gran poeta, de esas de perfil bajo que son las enormes poetas. Se fue una hermosa y seguramente la extrañaremos mucho, pero ahora vuela eternamente en la eternidad. Abz a sus familiares, amigos y amigas, Gus.






 tiempo y espacio

 

en las esperas

el silencio que encierra la palabra

es la voz que más lastima

 

quisiera gritar

hasta no poder oírme

 

en la simetría exacta

que sostiene

el pergamino de la vida

antes que una brisa leve

encienda el fuego

y astille despacio

el cuerpo indefenso

 

navegar sin límites

como río desbordado

 

que el miedo no sea

sangre de mis venas

huesos de mi cuerpo

 

subir

los peldaños de la noche

y detenerme

en el refugio del abrazo 

 

© Olga Ferrari 

 

Ahora

 

vacío mi cuerpo

de los ecos

que dejaron las palabras

transformadas en monólogos

al golpear

una y muchas veces más

mi silencio

 

despojada de todo

como recental hambriento

retomo el camino

 

en la búsqueda

mis ojos se estrellan

contra la maleza

 

las palabras calladas

dibujan siluetas

sin rostro

 

entre la noche

y el amanecer

el insomnio del alma

rescata espacios vedados

 

y todo… parece posible. 

 

© Olga Ferrari 

 

llanura

 

manos

acarician abecedarios

y siguen

enhebrando sílabas

 

la mirada atenta

quiere ver

más allá de lo posible

 

como si un cristal transparente

deshojara tiempo

y la lluvia se detuviera

tan sólo con mirar al cielo

y unir las manos en plegaria

 

dónde se esconden las palabras

qué travesía de siglos las sostiene

para volver al mismo camino

 

la página en blanco espera

 

en una llanura desierta

las raíces pujan por ver el sol

 

y el tiempo

dueño absoluto del universo

aguarda consciente

de que nada es nuevo

y todo se desconoce 

 

© Olga Ferrari 

 

imperceptible  

la sombra de un sueño 

muere y renace

 

un latido imperceptible 

frágil y solitario 

busca vencer 

la sed interminable 

que quema el alma 

al borde de los límites 

 

entre miradas   manos   y voces 

ebrias de caricias 

van cayendo las cenizas del ayer 

 

fugaz conjuro 

corta el aire 

en una bruma imaginaria

 

la voz se alza 

en la oquedad de rumores 

hurga sueños y realidades

 

hasta ahogarse en sombras 

 

© Olga Ferrari 

 

Escribe poesía y cuentos. Sus primeros trabajos fueron difundidos en el Diario "La Capital" de Mar del Plata desde el año 1990.

   Participó en veintidós Antologías.

   Integra la Saga de Siete Escritoras Marplatenses con diez libros publicados, reconocidas como de interés cultural de la ciudad por el Concejo Deliberante de Mar del Plata, también por el Foro Femenino Latinoamericano y por el Centro de Residentes de Bragado, y recibieron mención del premio Hipocampo del Rotary Club, entre otras distinciones. 

   Editó los poemarios Palabras Calladas y Tatuajes del Silencio (Mención Especial de Honor de Faja de Honor de S.A.D.E. 2010), el libro de cuentos Se Vende o se Alquila, y el poemario Como si la vida sobrara. En la 11 Feria del Libro de Mar del Plata presenta Historias de bolsillo, microtextos.

   Ocho plaquetas personales publicadas: Tiempo y Espacio, Sonidos Naturales,  En la búsqueda, Entre nubes y soles, Te cuento un cuento, Controversias y Pausas, Voces, Tatuajes bajo la piel.

   Actuó como  jurado en Concursos de poesía y narrativa.

   Integró durante doce años la Comisión Directiva de S.A.D.E Seccional Atlántica y asistió como Congresal Nacional, junto a Mima Ramallo Cepeda, en representación de SADE Seccional Atlántica, al VI Congreso Nacional de Escritores en termas de Río Hondo, Santiago del Estero en 1997.

Realiza recitales con escritores locales.

Distinguida por “Personajes de mi Ciudad” por su aporte a la cultura.

    Es colaboradora en Mar del Plata del grupo “Marta de París” (anteriormente grupo “Té con Palabras”) creado en Buenos Aires y dirigido por la escritora Marta de París.

   Socia del Instituto Literario y Cultural Hispánico (ILCH), con sede en California, dirigido por la escritora Juana Arancibia.

   Realiza colaboraciones en radios y diarios locales, y presentaciones de libros de otros escritores.

   Participa, con el auspicio de la Secretaría de Cultura de Mar del Plata, en los martes literarios en la Biblioteca Leopoldo Marechal con Introducción al cuento y análisis.

   Realiza presentaciones de escritores en Buenos Aires y Mar del Plata.

El Centro de Residentes de Bragado – Mar del Plata la distinguió en el Concejo Deliberante por su trayectoria. 

   Actualmente, conduce junto a María Cristina Di Lernia y Carlos Cartolano “Arte en Radio”, programa cultural.


(Biografía extraída del Blog, no actualizada)

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Poema de Leonor Mauvecin

                                                     


              Inasible don perdido, al evocarlo

             encuentro lo evocado.

             Y antes del decir, ya estuvo dicho.

 

Todo ya fue escrito

 

A la casa ha vuelto.

Sólo el rocío en la hierba al pie de la montaña.

Recuerda, busca, sabe, que ha leído

  -en otro tiempo-  la escritura

oráculo de piedra, que habla y dice:

Tú que pasas a la fuente /moja tus manos y deja

que unas gotas como lágrimas /deslían sobre la hierba

 

En  el agua de la fuente inevitable.

En  la casa del amor y de la muerte.

En la sed, en el deseo

el rostro del amor  que se renueva.

 

© Leonor Mauvecin

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Poema de Liliana Chavez

  


El hombre se ve entero en el ojo del animal

Leopoldo Teuco Castilla 

 

Parece emerger

de un rayo venido de otro tiempo

 

sin embargo

se ve pequeño al lado del tigre

de la boa   de la luciérnaga

pequeña su lamparita

oscilando sobre la cabeza

pequeño el rifle sin una pezuña

pequeña la trampa

para el pie del paquidermo

 

en esa imagen diminuta

el hombre no reconoce

su cresta ingenua

su escaso poderío

su baldío de sangre

 

solo cree en su animal feroz

en su interior de selva

y rompe con una patada

la retina de otros ojos.

  

© Liliana Chavez

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Poema de Pedro Santos Deluca

 


EL SILENCIO


          no quería denunciarla públicamente,

                resolvió abandonarla en secreto.

                                                     Mateo 1:19


sobre el río

en vuelo rasante

una bandada de gallitos de marzo

anunció tu llegada

 

mi brazo fue cuna

a la que ataron tus muñecas

 

no me estuvo permitido dudar

 

acepté las señales

que la naturaleza daba

sin escuchar mi realidad:

                                  no fui simiente

 

la humanidad

conocerá la historia

trece generaciones la anticiparon

 

quise contar sobre la visita nocturna

en la que me indicaron tu nombre

                                      y mi destino

pero tuve vergüenza

la oratoria

no se cuenta entre mis virtudes

soy obrero que calla

                                     y obedece

 

© Pedro Santos Deluca

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Poema de Susana Lobo Mayorga

 


ESPACIOS


No sé

donde están las llaves

de tantos candados.

de tanta noche entre cerrojos,

en la oquedad de mis manos.

 

Nada sobrevive

Sólo tu reflejo enredado

en el ramaje acuoso

en la orilla ausente del lago,

donde permaneces

en la periferia

fuera del candil que me habita

sin saber cómo encontrarme

y yo, sin saber cómo iluminarte.

 

© Susana Lobo Mayorga

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Poema de Valeria Verona

 


célula madre

 

los días pasan

vacíos de vos y de mis ganas

te recuerdo feliz/enojada/triste

ida, te recuerdo

mamá

arrastrás los pasos por la malla del tamiz

te escondés en los pliegues mohosos

de la cortina del baño

reís desde el aceite hirviendo en la sartén

—nos reímos—

hasta que me ahogo en un llanto

que no quiero oír más

que apaga las voces de mis hijos

que me encierra sola

en la noche de no tenerte

junto a mí

la muerte del origen

la extinción de la célula madre

ya está, descansá

yo me quedé acá—

y tengo un huracán en las tripas

y náuseas en los huesos de la vida

mamá

 

me doblo en posición fetal

y siento

que ya no entro en tu útero partido

en tu abrazo encerrado

en un cajón oscuro bajo tierra

 

© Valeria Verona

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Poema de Carlos Dariel

 


Salto de página

 

animal doble en su coto de caza

rugidos que la nueva mañana

sabrá disimular

 

quedarán resabios

               aunque mínimos

               claros

en la piel

 

© Carlos Dariel

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