Poema de Mónica Rosenblum
El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda,
pero no miró a Caín ni su ofrenda.
Gn 4:4.
¿qué grado de mirada
te hubiera alcanzado?
¿cuánta?
¿fuiste tejiendo las secuencias
con punto irreversible?
¿de qué fuente lo enhebraste?
¿pensaste qué hilo
después, más tarde
qué hilo
para los retazos?
¿qué punto después?
todavía hay quienes
cosen y tejen
pedazos imposibles
¿sabías?
siempre hay alguien
zurciendo
un estrago
singular o masivo
intentando
un remiendo
emparchando
un fragmento
los vas a encontrar
regando una planta
ofreciendo comida
acostándose últimos
empezando de nuevo
bordando los hijos
que dan hasta vos
¿estás triste, Caín?
© Mónica Rosenblum
Etiquetas: Mónica Rosenblum
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio