19/3/16

Poema de Elena Cabrejas




ESTE AMADO TERRITORIO QUE NO SE ENTREGA

"El el horno apagado del silencio
 mis frutos maduran"
   Jacobo Fijman

Late Latinoamérica
campanario del mundo
en la hora de mostrar nuestras llagas
convocando a los ángeles de la desolación.
Parten buques fantasmas con las cabezas decapitadas
que han de morir mañana.
Una tela de bruma los alcanza hasta el lugar secreto
donde los nombres se olvidan.
El mar escucha con sus caracolas el filoso ir y venir
de cuchillas degolladoras adelgazándose contra la piedra
como fríos peces de metal.
¡Ay! Esta tierra viva que no alcanza a contener tanta muerte.
Aquí los cadáveres son convocados para sepultarse a sí mismos
aquí las manos de los que imploraron cincelan su propia lápida.

Late Latinoamérica
es el tiempo de arrancar la cizaña
en la cuesta fangosa de los desheredados.
Como avaros escondieron los sonidos de tu tierra
en un cofre sellado.
Los piratas codiciaban la sinfonía que entonaban tus pájaros
en la enorme cabellera de la selva que no pudieron alcanzar.
Codiciaban las canciones ahogadas que aún susurran los peces
en el íntimo hogar del coral y las medusas.
En vano te ofrecieron el precio del soborno.
Porque los galopes y resuellos de caballadas intrépidas
sacuden su clamor desde centurias
y los trigales levantan su canto de color
en la extraña cárcel que fundaron para esta raza desesperada.

Ahora todo deberá volverse canción y proclama
 en la antigua gesta del hambre que no termina.
En tu territorio el hombre es una bestia acosada
en la busca continua de la dignidad de ser hombre.
Las víboras han sido diseminadas y persisten con su obstinación
de andar desatando secretas tormentas
que corroen tus raíces.

Late Latinoamérica
desde el mapa del mundo
a pesar del asedio de tus perseguidores.
Nos legaron la noche como la única forma de los días
con la ciega condena pasamos sobre las lenguas del silencio
y los pasos perdidos en la misma derrota.
Hay un olor a ciudad quemada en la piedad de la lluvia
hay un olor a incienso
en el rito de segarnos el rastro de la huída.
Tanto ambicionar nuestro origen, los caminos de piedra y sol
el esplendor del cóndor que los presentía
desde cada hebra de su plumaje.
Tanto clausurarnos el nombre para volver a bautizarnos.
Como esclavos marchamos por los arrozales sedientos
que nos beben la sed
marchamos por los obrajes y las plantaciones
sentenciados a partir sin la cosecha.
Marchamos sobre crecientes devoradas de tierras y de hombres.
Y seguimos hundiéndonos en el temblor de las minas
para incrustar más piedras preciosas en la misma corona
de otro monarca.
Una vez más nos arrebatan las señales
y el laberinto vuelve a cerrarse.
Pero algunas grietas se abren en los terrones más negros
donde tu corazón late desgajado.

Latinoamérica las realidades tienen luz propia
y el portal de las inmolaciones
puede ser una antorcha.
Danza una pesadilla de huesos
frente a los blancos espejos del hambre
mientras arde en los cirios
la voz de los ajusticiados.
Junto al umbral de la locura
un escuadrón de chicos avanza
con los pies desnudos.
-Es el rebaño de los que mueren sin matar.-
Desde otro siglo suenan los tambores en torno a la hoguera
Los malones prosiguen llegando con el remoto ulular de reclamos
como una pantera que despierta de su larga obediencia
para saltar a la cima del último imperio.

Aún los buques fantasmas continúan partiendo
con su monstruosa carga.
Aún la bruma arrastra olor a sepulcros y a nueva simiente.
En el destierro de la noche
                 la Cruz del Sur es la única señal.


© Elena Cabrejas

12 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Emociona, gracias por este poema, un abrazo,

Silvia Loustau

19 de marzo de 2016, 15:54  
Blogger Isabel ha dicho...

Este poema, Elena, es una maravilla.Exuberante como nuestra América,su noche se cierra con el signo de la Cruz del Sur. Un poema sobre la fortaleza de América para su sacrificio. La cruz de América del Sur.Besos y felicitaciones.Gracias Isabel Llorca Bosco

19 de marzo de 2016, 16:52  
Blogger LIDIA CARRIZO ha dicho...

UNA SEMBLANZA ACTUAL Y HACE TANTO!.... NOS DUELE ESTE POEMA-VERDAD!.... LLORAN EL CIELO Y LOS HOMBRES!.... CUÁNTO HORROR QUE NO CESA. GRACIAS POR COMPARTIRLO.
LIDIACC.

20 de marzo de 2016, 17:20  
Anonymous MARIA LUISA MARQUEZ ha dicho...

ELENA PROFUNDO POEMA QUE LLEGA HASTA LAS ENTRAÑAS,TE AADMIRO MUCHO Y TE QUIERO MAS.UN ABRAZO DE MARIA LUISA MARQUEZ

21 de marzo de 2016, 9:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

esta obra de arte refleja nuestra historia. ah, elena, cuánto dolor con su monstruosa carga!! pero creo en la señal verdadera, como dices al final. susana zazzetti.

21 de marzo de 2016, 14:38  
Anonymous Laura Elena Bermudez ha dicho...

Que lectura poeta de nuestra Latinoamèrica y que sensibilidad poder plasmarlo en versos y hacernos participes de este viaje concreto y crudo, el remate magnifico con al cruz del sur como mensaje esperanzador

21 de marzo de 2016, 21:42  
Blogger Noemí Correa Olivé ha dicho...

Elena, éstos son los poemas necesarios en la función social de la poesía. Irrumpe con intensidad en la emoción, muchas gracias por compartirlo!! Abrazo!

22 de marzo de 2016, 3:42  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Un placer leer tu poema. Cuánta sensibilidad en tu alma que derramas en versos.
Felicitaciones!!
Un cariño!!

22 de marzo de 2016, 11:37  
Blogger graciela barbero ha dicho...

Excelente canto a nuestra América. Gracias por compartirlo. Un abrazo
Graciela Barbero

25 de marzo de 2016, 21:36  
Blogger Unknown ha dicho...

Queridos poetas y amigos, muchas gracias por sus lecturas y sus palabras!!!
Me hacen mucho bien
Bsssss
Elena

29 de marzo de 2016, 12:36  
Anonymous Pauli ha dicho...

Late Latinoamérica... ¿al borde del infarto, Elena? Porque las víboras se diseminan cada vez más...
Maravilloso poema.

4 de abril de 2016, 11:42  
Blogger Xenia Mora Rucabado ha dicho...

Hola Elena amiga poeta, te conozco por tus poemas. Muy bueno!
Un abrazo
Xenia

26 de septiembre de 2016, 22:42  

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