18/3/16

Poema de Silvia Arazi




Un bello matrimonio

Una de las cosas buenas del matrimonio,
es que uno no tiene que hablar  (tampoco tiene que mirar)

Lo ideal es usar una venda blanca
que cubra correctamente los ojos,
de manera tal que no deje pasar ningún resquicio de luz.

El se levanta y no te mira.
Ella está serena, el pelo revuelto y un camisón raído, invisible, pensando en el día que le espera.
(tampoco ella lo mira)

Pero sabe que él está allí. Está. Lo cual es importante. Llueva o truene, está. Si aparece un murciélago,
un ladrón o el cobrador de impuestos: está.

La vida se va poniendo difícil,
es bueno recordarlo.

Estamos el uno para el otro,
lo cual es reconfortante y práctico.
A veces, algo te recuerda al poema de Prevért
que tanto te impresionaba de chica.
(¿aún soy chica, mamá?)

Él no sabe si te pusiste una blusa verde o amarilla.
(el hombre de barba, sí)
El hombre de barba y muchos dientes,
sabe que tu blusa es amarilla
y te quiere lamer la piel que está debajo de la blusa amarilla.
Ese hombre, sabe que en vos hay un cuerpo
y un corazón adentro del cuerpo. Y un alma.
Amarilla, también.

El marido, no. El marido está.
Un buen marido no espera que termines de hablar.
(cree que fue un ruido de la heladera) 

Al terminar la cena, la mujer piensa en encender la tele.
Luego, a veces, se pone la venda y se visitan, se tocan.
Otras veces ella le pide que llame al plomero,
lo acompaña al cardiólogo.

Él le pone filtro solar en la espalda
y ella le recuerda que hay que renovar el pasaporte.

Es un buen marido.
Ella compra tomate perita porque al buen marido
no le gustan los tomates redondos
y le pone poca sal a la comida.
Es una buena mujer. Lo lindo
es que siempre duermen juntos. Juntos,
miran por la ventana, qué hermoso día,
¡qué sol!
disfrutan viendo florecer el jacarandá,
viendo florecer a los niños. (con asombro y horror)

Dormimos juntos, nos levantamos juntos,
vamos al cine juntos, desayunamos juntos
y soñamos por separado.
Es lindo ir a las fiestas de fin de año,
juntos, y a la playa y al cine.
En pareja nos sentamos en el restaurante y
pedimos pollo, porque nos gusta el pollo
y hablamos en plural.
La habitación de nuestra casa tiene
cama doble y ventana a la calle.
El carga la valija más pesada.
Yo acomodo la ropa en su Placard.

Sabemos que el otro está,    siempre,
para no mirarnos, para no escuchar,
para no saber.
Pero es lindo estar juntos,
uno al lado del otro. Muy juntos,
así, hasta la muerte.


© Silvia Arazi

Etiquetas:

21 comentarios:

Blogger Gustavo Tisocco ha dicho...

Bienvenida Silvia a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada, abz Gus.

18 de marzo de 2016, 11:41  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Maravilloso tu poema. Una película conocida. me encantó.
Bienvenida!!
Un abrazo

18 de marzo de 2016, 12:51  
Blogger Noemí Correa Olivé ha dicho...

Muy crudo, sin artilugios que le resten efectividad... Me gustó mucho, felicitaciones y bienvenida a este bello sitio de poesía!!

18 de marzo de 2016, 12:58  
Blogger Maby cielo azul ha dicho...

Maravilloso poema..cala hueso. Para leerlo más de una vez.

18 de marzo de 2016, 15:04  
Blogger Maby cielo azul ha dicho...

Brillante poema. Cala hueso. Para leerlo más de una vez

18 de marzo de 2016, 15:08  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué descripción de una realidad tan íntima, abrumadora y persistente Silvia. Es muy fuerte este poema, es de los que dejan pensando... Cariños. MARÍA CRISTINA DI LERNIA

18 de marzo de 2016, 15:13  
Anonymous Anónimo ha dicho...

poema tremendo, de una lucidez que apabulla. Muy visual, no da respiro, lucidez sin cencesiones, poesía de lo cotidiano. gracias a ambos

18 de marzo de 2016, 15:42  
Blogger Unknown ha dicho...

¡Hermoso poema y sutil final!

18 de marzo de 2016, 18:18  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Contundentes poema e imagen.
Bienvenida a esta casa de poesía!!!
Tere Vaccaro.

18 de marzo de 2016, 19:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡¡qué decirte, silvia, además de bienvenida!! este poema abre en partes una realidad que vivimos también en partes. toda mi admiración por tu objetivismo.susana zazzetti.

18 de marzo de 2016, 20:04  
Blogger Gabriela ha dicho...

muy juntos así hasta la muerte!! ufff me salí justo de tu poema!! Gracias Gustavo y Silvia!!!

19 de marzo de 2016, 1:48  
Blogger Ines ha dicho...

La radiografía de un "buen" matrimonio: ninguno es culpable, son cómplices ante la vida que no...beso yabrazo, Inés Legarreta.

19 de marzo de 2016, 9:38  
Anonymous Gloria Oscares ha dicho...

Tremendo poema, lograste el efecto esperado en un poema: un verdadero "cross" en la mandíbula. Gracias.

19 de marzo de 2016, 11:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bienvenida Silvia a la página de Gus, Buenisimo tu piema. Dolores Pombo

19 de marzo de 2016, 14:45  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Extraordinaria radiografia poética de un matrimonio,

Silvia Loustau

19 de marzo de 2016, 15:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Silvia, eso es lo que queda cuando el amor se va: rutina y formalidad. ¡Excelente tu pintura de una realidad bastante generalizada!
Felicitaciones y un beso grande de bienvenida
María Rosa León

19 de marzo de 2016, 16:36  
Anonymous MARIA LUISA MARQUEZ ha dicho...

POEMA QUE SORPRENDE!!! TE SALUDA MARIA LUISA MARQUEZ

21 de marzo de 2016, 9:21  
Blogger Elisabet Cincotta ha dicho...

La rutina en la pareja, la seguridad de a dos, hacer como hecho mecánico, y luego el cambio, en el poema, empleando el nosotros. Un giro de pertenencia que acentúa el mensaje poético. Muy bueno.
Abrazo
Elisabet

21 de marzo de 2016, 12:12  
Blogger Mariano Shifman ha dicho...

Brillante poema, querida Silvia, que combina lirismo con narrativa. Te felicito. Un gran cariño.

Mariano Shifman

22 de marzo de 2016, 14:27  
Blogger Adriana ha dicho...

Muy bueno, Silvia. Felicitaciones y bienvenida a la casa de los poetas. Un abrazo

23 de marzo de 2016, 14:25  
Anonymous betty badaui ha dicho...

Bienvenida Silvia, un gusto saludarte y leerte.
Betty

26 de marzo de 2016, 22:41  

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