8/2/14

Recordando a Rosa María Sobrón


Como por ancho río

             A Carlos Fuentealba

Como por ancho río desvelado
corre tu sangre habitada de alma
Eras un alma, lirio regalado
a la niñez en plenitud y calma

Hombre de fe en sacrificada vida
tu ternura hoy yace clausurada.
La infancia se rebela, acongojada.
Ojos adolescentes en tu herida.

Cómo entender maldad y desventura
si en cada mano erguías blanca tiza.
El corazón latía en la segura

esperanza de amar siempre, sin prisa.
Se fugó tu fervor. Ya no hay sonrisa.
Flota en el cielo una estrella pura.

© Rosa María Sobrón




Intento
Mantener la pluma de los días
la caricia íntima,
las sábanas almidonadas del verano
el arrullo inquieto de los mosquiteros misteriosos,
disolver los cielorrasos con miradas últimas
hasta que el sueño bajara como un ángel, luz prendida a medias,
lecturas descomedidamente largas, pero lindas, todo,
hasta el sueño de disfraces
o el íntimo calor de las frazadas en invierno.
Volver al ángel,
recuperar la estrella en las rodillas,
entreabrir las celosías rígidas
como linones blandos
para espiar ese cielo
aterrizado hasta el corazón
Infinitivos y más infinitivos
recogen la memoria .
Y se conjugan solos.
Una antigua sala de recuerdos
es capaz de pronunciar el ángel.
E intentar otra vez, mirar el cielo.
Aunque sea sólo eso.
Para conformarse.


© Rosa María Sobrón

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Oh, que bueno es leerlos, repasarlos, sentir que nos tocan con sus versos.
Maravillosa tarea la tuya Gustavo.

Lily Chavez

10 de febrero de 2014, 10:16  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio