5/2/14

Recordando a Luis María Sobrón


Mis ojos,
       oráculos de otra orilla,
no distinguen más
las tatuadas sombras de los juncos.

Buceo el lecho de arena y greda
          hasta llegar al acero visceral
del unicornio en su trágico destino.

Paralizan mis brazos
           cegados estertores,
sin coros de aleluyas.

No tendrá más orillas
           el cauce de mi río.

Órficos albatros
de memoriosos mares
           esculpirán, en ojivales cielos,
los raros alfabetos de mi rostro.

® Luis María Sobrón





No son espejos
los que recogen para sí
un mismo rictus,
no son espejos
los que atesoran para sí
un mismo rostro.

Cada uno
es evocación de un sueño,
que inscribe la libertad del otro.

Todo es un rostro,
imagen del mismo rostro.

Desangrado pensamiento
que al Ser pregunta:
¿soy conciencia de tu rostro?

© Luis María Sobrón



2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

muy bello, profundo, bellísimo. susana zazzetti.

7 de febrero de 2014, 9:12  
Blogger Adriana ha dicho...

Un placer, leer estos textos, hondos y poéticos. Para releer. Gracias, poeta. Adriana Maggio

12 de febrero de 2014, 8:40  

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