29/1/14

Poema de Silvia Loustau

  

Temeritas 

Esencia  a   saúco  dejaba a su paso.
Luciendo zarcillos   de mariposas negras
                      y  gotas de vidrio desesperanzado.
Enredándose  la falda  en los tobillos.
 Alguien, vil, la  soplaba.
Avanzaba.
Sobre un limbo desconcertado danzaban letras
                                   expatriadas  del paraíso.
Un reloj de espinillo roía  el tiempo.
Deslizándose entre olvidos y sedimentos, ella, la Oscura, avanzaba.
Sobre un morral   abandonado  descubrió un escapulario.
Sus uñas- despaciosamente- lo abrieron.
Una mirada sin olvido la interrogó.
Timere- Temeritas-Timeo-Timere
Repitió, como alimaña herida.
 Con mirada de jardín cautivo,que guarda llaves prodigiosas.
Oyó clamores.
No han borrado la sentencia.
Ni el fuego  rubicundo nos ha incendiado.
No podrás imponer el silencio.
Imploró a Algol. La busca en el  firmamento.

En la soledad de lo invisible una mariposa roja la enceguece.


© Silvia Loustau      

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