24/1/14

Poema de Ignacio Giancaspro


Dorados rebaños de estrellas
y ramos de rayos de sol
apuran la quietud de la tarde
El niño del tambor
bate el parche del olvido
                    entonces
como satélites
rondan dentro nuestro
a veces se fusionan
otras  se disparan
a veces dejan tristeza
otras una melancólica
y tibia sonrisa
Aquellas
       Cosas perdidas
                     De la vida   


© Ignacio Giancaspro

12 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Querido Ignacio,
una de las facetas de la poesía es despertar la nostalgia, abrir ese arcón rilkeano de la infancia y dejarse llevar de la mano de emociones y vivencias irrepetibles, que serán la sustancia de futuros trabajos, como este gran poema que acabas de donarnos. Gracias.
Cariños

Elisa Dejistani

24 de enero de 2014, 17:45  
Anonymous Anónimo ha dicho...

ah, ignacio: me puede con toda su alma, que siento, este niño del tambor. solamente cuando se es poeta de fibra, se puede transmitir nostalgia, ternura, sonrisa, a través de aquellas cosas de la vida. simplemente fantástico. te quiero. susana zazzetti.

25 de enero de 2014, 9:29  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Una nostálgica poesía de un gran poeta

maria elena tolosa

25 de enero de 2014, 19:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

A veces las vibraciones nos sacuden el alma y el poema nace con una lucidez que pregunta: ESTO LO ESCRIBI YO??, si Ignacio es tuyo, felicitaciones María Luisa Márquez

26 de enero de 2014, 13:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

....el niño del tambor bate el parche del olvido....una genialidad querido Ignacio, todo el poema es excelente!!!, gracias amigazo!!, María Chapp

26 de enero de 2014, 21:24  
Anonymous Anónimo ha dicho...

....el niño del tambor bate el parche del olvido....una genialidad querido Ignacio, todo el poema es excelente!!!, gracias amigazo!!, María Chapp

26 de enero de 2014, 21:24  
Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

No están perdidas Ignacio mientras sigan siendo "pensionistas de la memoria"

27 de enero de 2014, 18:49  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querido Ignacio: esos "rebaños de estrellas", los "ramos de rayos de sol", "el niño del tambor", "el parche del olvido": todos ellos contribuyen a crear un clima mágico que refleja la esencia de la luz y el sonido de la vida, "como satélites" que transitan el alma.Un bellísimo poema que crea un clima magníficamente reflejado por la pintura que eligió Gus, un "lo esencial es invisible a los ojos" y también una pureza que se manifiesta en la emoción transmitida. ¡Excelente, señor poeta!con mucho cariño Irene Marks

28 de enero de 2014, 8:54  
Blogger Isabel ha dicho...

HERMOSO POEMA DE LA TARDE CUANDO SURGE LO QUE PERDIMOS. UY BUENO, ignacio. Un beso
Isabel Llorca Bosco

29 de enero de 2014, 2:11  
Anonymous Anónimo ha dicho...

David Antonio Sorbille dijo...
Querido Ignacio, excelente poema!! Un abrazo

29 de enero de 2014, 23:11  
Anonymous Anónimo ha dicho...



¡Qué buen poema! Melancólico, triste, dulce y amargo.
Como la vida. Así.

Un abrazo,

Alicia Márquez

31 de enero de 2014, 19:34  
Blogger Unknown ha dicho...

POEMA ESTREMECEDOR, QUE NOS DEJA EN EL OLVIDO, LA SENCILLEZ Y SOBRE TODO, LA MELANCOLIA.


JORGE PABLO MORENO.

4 de febrero de 2014, 18:36  

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