Recordando a Lola Bertrand

LA ESTABILIDAD DEL DÍA 

Dedos como cilios

trenzan burbujas de dolor bajo las olas,

álgida desnudez que oculta los secretos de agua.

Cada caricia muda es un espasmo

formando círculos

sobre la interna plenitud del vientre.

Está la voz

incrustada entre las arterias y la piel:

está la piel derramando humedades y quejidos,

y amanecen los labios agrietados de insomnio y sal,

o se deslizan sonámbulos besos que soñaron las pestañas.

Y las algas,-como una lengua voraz-,

se van tragando la estabilidad del día…

© Lola Bertrand

SI TÚ NO ESTÁS

Si tú no estás

mi paladar rehuirá las palabras

hasta convertirlas en una mixtura de polvo gris…

Las mareas del pensamiento romperán su ciclo,

y el mar azul se transformará en negras aguas.

Si tú no estás, -fuego volcánico de mis entrañas-, un grano de arena

se convertirá en la cúspide del Everest,

y todos los jazmines

omitirán, –en la noche-, la esencia de sus pétalos.

Si te vas de mí

un hilo ciego de metal alejará los horizontes,

partirá en dos

una maraña enloquecida de susurros.

Se dormirán el tiempo, y las caricias de cables y cristal.

Si tú no estás,

-amor-, no habrá mariposas sobre mi vientre, ni miel

avinagrada rozando el borde de mis labios…

© Lola Bertrand