Sebastián Olaso recuerda a Julio Huasi
Golondrinas
tengo
celos, envidia feroz de las golondrinas,
conocen
esta américa mejor que uno y eso que uno
anduvo y
desanduvo los llagales de su madre,
australes y
boreales tañen el dulce cordaje
de
trópicos, cuadrantes, los mil rumbos y tientos de la rosa
como si
fuera un arpa familiar, las señoras músicas
siempre de
gira ellas por flor en aire verde.
Cuéntenme
algo de mis hermanos, cantoras mías,
mis
mujeres, cuñados, cachorros, tata y mama,
cómo andan
de salud, de amores, de balazos, por
aquí todo
bien, ya regamos los sangrales este otoño,
y si ven a
la que más añoro díganle que sin ella
toda
primavera será bruma, pero como cosa suya,
cuando
vuelvan por el sur no se olviden de sus ojos,
cuántas
veces lo encargué y siempre se distraen
por tanto
bosque y soles haciéndose el amor,
claro, y
que a uno se lo coman los insomnios,
pucha que
son largas las noches del virreino. Miren,
princesas,
cómo tiemblan las brújulas locas de mi rebelión,
vienen volando
densas bandadas de clavelaire
con sus
largas alas, remos de ultracielo, no se hagan
de rogar,
mis guitarristas, tóquense algo hermoso
y díganme
suavecito cómo es la libertad
© Julio
Huasi (1935-1987)
Para llegar
hasta el miedo es necesario hacer un largo viaje.
Es necesario
salir del mundo para no entrar en ninguna casa,
en ningún
jardín, en ninguna nube.
Es
necesario hacer las valijas,
clausurar
los relojes, cambiar el equilibrio.
Todos los
caminos que llevan hacia el miedo
están
plagados de ratas, de pozos, de piedras y de noche.
Todos los
imanes, todos los zapatos
que roban
la distancia entre la música y el miedo se resisten,
hacen
temblar los polos, las uñas,
la piel y
la madera de la piel,
los huesos
y la madera de los huesos.
La carne y
la maleza de la sangre.
Para llegar
hasta el miedo es necesario abrazarse a la caída,
a las
balas, al ritmo de un verso que no sabe qué decir.
Al ritmo de
un corazón que late sin ofrendas.
Al ritmo de
un pentagrama sin red.
Y no basta
con un paso,
no basta
con un pasaje, con un paisaje,
con un
país, con un puerto.
Es
necesario que todas las gotas estén deshabitadas,
que todas
las células se enfrenten con el sueño,
repudien el
sueño, desalojen el sueño.
No basta
con cerrar los ojos:
la ceguera
sin revés es necesaria.
El minuto
sin marea es necesario.
El mareo
sin vaivén, el golpe que atraviesa la mano.
Para llegar hasta el miedo
es
necesario dejar que la traición,
el olvido y
la miseria
echen
raíces.
No hay
excusas para el miedo.
Lo hemos
elegido. Nos hemos entregado.
© Sebastián Olaso
Etiquetas: Sebastián Olaso
10 comentarios:
Excelente.
Efusivas felicitaciones para Sebastían: por su estupendo poema y por haber elegido al gran Julio Huasi. (Lástima que ya no tengo una casilla-e de él vigente, como para poder trasmitírselo también por mail.)
Muchas gracias, Tina. Un abrazo.
Muchas gracias, Rolando. Mi mail es olaso_sebastian@yahoo.com.ar. Un abrazo.
Poemas magníficos, enormes, potentes! De Julio Huasi no leí nada, de Sebastián Olaso sí. "Tiranía del desborde" de editorial Vinciguerra. Además recuerdo unos poemas publicados en "El infinito viajar" y lo que me gustó mucho fue cómo detallabas tu proceso de escritura, primordialmente a partir de confusiones. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
Gracias, Alfredo. Un abrazo.
No me extraña la fuerza, la potencia de estos poetas. A Sebastían lo admiro profundamente y creo que Julio Huasi debería ser conocido por todos, y lamento, que no sea lo suficientemente difundido. Por eso tiene tanto valor la idea de Gustavo. Nuevamente gracias.
Lily Chavez
Qué fuerte tu poema, Sebastián. Y gracias por traer a Huasi, que, como dijeron más arriba, no suele tener la circulación y la lectura que merece. Abrazo.
Ah! en medio de tantos libros y apuntes y fotocopias sueltas que tengo en mi biblioteca, aquí encontré otro libro de Sebastián Olaso "Contra Dios y Marea" (Vinciguerra 2016) que precisamente Lily Chávez me supo regalar cuando visité su programa radial "Luna de pájaros". Al finalizar el poema IX, pág. 21 dice: "la médula del infinito se deja escurrir entre piedras apedreadas por el sol". Abrazo a ambos. Alfredo Lemon
Gracias Sebastián por el poema de Huasi, me gustó mucho ese aire lúdico en el que vuelan sus imágenes y ese remate fantástico. Tu poema excelente y en contraste con el de Huasi, si bien en el primero uno se expande y casi vuela con las gaviotas, con el tuyo, por el contrario, se contrae en las raíces del miedo.
Un abrazo
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio