19/6/20

Reyna Domínguez recuerda a Alfonsina Storni



A Eros

He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.
Como a un muñeco destripé tu vientre
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.
Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.
Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños, Doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.

© Alfonsina Storni  




ANTE ALFONSINA

Entro al Tortoni
bajo la lluvia espesa de la noche
guardo un impermeable seco
en la memoria
Elijo un sitio
lejos del ojo y del mozo
Sobre la mesa lustro
pongo manos casi ausente
alzo la mirada
y veo
la estatua de sal que te estatúa
saliendo de las aguas muy saladas
pero fijas y frías
como el tiempo despeñándose
y otra vez
tu voz emerge
como el cuerpo altivo
de la sombra bruñida, del espejo
y está tu alma entera sola enteramente sola entera
callando la distancia que te lleva
y sabiendo las cosas que supiste decir
y otras 

pero estás ahí
alma sin otro que te sepa acompañar
tomando el hombro estás ahí
alma abierta al suspiro de la rosa
y a la muriente tarde sin sentido
pero sentidamente triste y sola y bella
y estás ahí alma silente
sapiente decidora
Y yo agazapo mi costumbre 
de rehuir las cosas que me importan
me digo
es el clavel del aire
es el sonido que machaca un silencio ensordecedor
en la mesa sin nombre del Tortoni
Es Alfonsina volando lejos
por eso ahora
tan presente tan cerca su deshora
su hábito de morir la pena
metida
en el cerco que traza el ojo abierto
Yo sé, yo sé que es ésa y no otra la condena

Yo sé lo que es vivir
sin ser sepulta
y sentirse devuelta 

Su alma cae al mar
pero las olas
le levantan la gana hasta la forma
y queda aquí
sonriendo a las preguntas
y nosotros borrando las respuestas

Pero más alto aún vuela el empeño
que no es solo ni sabe de vacío
alumbra más lejos que el olvido
el fuego pertinaz
su eterno, su lleno
nuestro
espíritu.


© Reyna Domínguez

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4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso Reyna tu poema y tu homenaje a Alfonsina! Y muy justa la foto que la ubica en el Café Tortoni que supo frecuentar. Cuando en 1916 publica "La loba" incluido en "La inquietud del rosal", debió renunciar a su trabajo de oficinista. Para sus patrones, recuerda Felipe Pigna, que fuese madre soltera podría pasar pero que lo proclamara desafiante en versos "escandalosos" era demasiado. Fue sin duda una precursora, una militante feminista diríamos hoy, una mujer libre que sufrió la incomprensión de su tiempo pero merced a su esfuerzo y lucha supo abrir espacios de respeto en los ámbitos literarios y públicos. Su exquisita poesía y su ejemplo de compromiso aun siguen vigentes. "Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley/ Que yo no pude ser como las otras, casta de buey.../ Yo soy como la loba. Ando sola y me río/ Del rebaño. El sustento me lo gano y es mío". Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

20 de junio de 2020, 11:04  
Anonymous Pauli ha dicho...

¡Por fin un poema de nuestra Alfonsina!Un soneto genial. Y tu poema, Reyna, sentido y bello homenaje a una grande.

21 de junio de 2020, 10:20  
Blogger Silvia Arazi ha dicho...

Gracias. Me encantaron.

22 de junio de 2020, 20:52  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Reyna, homenaje a la poeta entrañable Alfonsina Storni, se agradece el alma que le pusiste a esas letras elegidas y compartidas.
Y tu poema logradísimo y de vuelo al espíritu.

Cristian Jesús Gentile

25 de junio de 2020, 1:09  

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