Poema de Osvaldo Rossi
APUNTES DE UNA
ÉPOCA
Estoy preocupado
y hay una curiosa quietud en el aire.
El reloj de pared
es una marea que ensordece
y las luces titilantes del módem
anuncian que no tengo
servicio de Internet.
Como si no bastara
y ya sin carga en la batería,
el teléfono es un objeto inútil,
ni siquiera un adorno.
La casa es un estadio gigantesco,
interminable, como nunca antes
lo había percibido.
Casi se puede oír
el diálogo de los artefactos,
la conversación de los electrones
en el metal del enchufe.
La computadora
es un mueble sin uso,
un revoltijo de cables
que bosteza en el rincón.
Sin conectividad, sin perfiles,
sin amigos en las redes,
hay una soledad de lámpara votiva
y soy una fiera
desdentada;
leo un libro con las páginas en blanco.
Pero insisto. Voy caminando en círculos
alrededor de un tótem invisible
(la espera es el castigo
de un dios indiferente)
Creo que no hay otra opción:
tendré que salir a la calle.
Y mezclarme con la gente.
© Osvaldo Rossi
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