10/10/25

Poema de Karina Lerman

 

 

descanse mija el tiempo no espera a nadie

por la mañana deberá fregar su cara

y palpar la verdad del día

 

a menudo somos     

un cuerpo que arrecia entre las sobras 

fronda mordida por el frío

la precariedad descolgada

de un azul a medianoche

y si acaso estar en gracia

fue aquel sitio de la niñez

con sus caprichos

 

en cambio ahora una bala cuarteada

es un acordeón abierto en mi cabeza

                                           y la luz

vence por completo

a los objetos

   en el preciso lugar de las manos vacías

como si afinara la desgracia sobre la piel

                                       con su pico corvo

 

esta será ya lo veo tu última imagen

me digo

y no sé por dónde rodearla

una y mil veces

se dirá

y para el caso es lo mismo

 

© Karina Lerman

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