15/11/25

Poema de Cecilia Romana

 


Tenía una valija con ruedas de cuya manija colgaba

la mochila que le regalé

cuando lo amaba con locura

                          –y él,

                            tal vez, también me amó.

Era una valija mediana de color gris

que arrastraba

por las veredas rotas de Palermo

haciendo mucho ruido.

La gente lo miraba y a nosotros

nos daba risa porque en esos días nos reíamos de

cualquier cosa

y a veces hasta le di la mano

a riesgo de que nos vieran

y contaran lo nuestro.

 

Con el tiempo

la valija empezó a romperse

igual que las veredas: primero fue el cierre,

después el forro de adentro.

 

Nosotros seguíamos adelante

sin querer ver lo que pasaba, aunque estábamos

peor que la valija.

 

Ahora todo es silencio y mi corazón está gris

y nada lo arrastra.

Ni siquiera su recuerdo

que guardé cuidadosamente

como hacía con su ropa

cada vez que se iba.

 

© Cecilia Romana

Etiquetas:

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me dejé llevar por la analogía que me fue arrastrando por este hermoso y conmovedor poema. Gracias por compartir. Bea Belfiore

15 de noviembre de 2025, 16:55  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio