Poema de Eliana Amschlinger
La caliptra
es la protección con la
que terminan las raíces.
Cuando tui bisabuelo
contempló el árbol familiar
taló el bosque
para quebrar el maleficio,
construyó con la madera
un bote humilde
y el agua se lo tragó.
Me han dicho que todo
lo que en nuestra tierra crece
no llega a madurar.
Soy una mujer joven, temerosa
no respondo a las hazañas
ni los gestos de mi linaje.
Si el agua un día me posee,
por favor, no me entierres
en este bosque:
nada protege las raíces
de mi historia.
No madurará el fruto que tengo,
ni siquiera los gusanos
portarán como emblema, mi cuerpo.
© Eliana Amschlinger
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