2/6/25

Gladys Cepeda comparte a Puzzo/Marrero/Forché

 

 

HABIA HABLADO LA SOMBRA

 

Más allá o más cerca

La palabra nunca, abrazó la oscuridad que de ella se desprendía.

 

Hay que beber del agua negra

Para colmar la hora vacía- dijo

 

Los higos maduros cayeron de la higuera

 

Hay que nutrir el bello espejo

 

Estalló en sílabas el silencio.

 

© Mariela Puzzo 

 


ALGORITMO

 

Ritmo, algo aprendí al observarlo

 

ya no soy uno ni mil millones

existiendo para no vivir

solamente mediante heredades y publicidades

 

hay como un misterio

entre Agatha Christie y Ray Bradbury:

 

burbujas de oro flotan

en el caldo

como expiaciones de gallina fumando

 

Hay que quemar ya mismo todo,

todo lo proveniente del castillo

-sin aquellos muros se verá al ver-,

 

desterrar a Atenas

al lugar donde nació

 

Hay que bajar los cuadros

definitivamente,

 

desnudar al árbol

de sus hojas de acero,

 

atropellar la corte

y por siempre

 

antes que el mundo nos agarre

y no lo soltemos más.

 

© Osvaldo Marrero

 


El último títere


Luz de luna golpea la choza del titiritero suavemente, la punta de un pincel

tocando cuero, luz cayendo al agua desde las alas de una garceta

como lágrimas sobre vidrio. Piedras empolvadas con ceniza. Golpea como si alguien estuviera ahí,

intentando despertarnos. Una campana repicando en una tumba de nube.

Estos escombros son la casa del titiritero, tomada por un viento repentino.

Una tormenta como el futuro, llena de cerdos, árboles, carros, y algo

que nadie debería querer ver. Fuegos en el fondo del mar. Clima quemado.

El aire que alguna vez fue sueva embalsamado en sal. Como si Dios lo hubiese dicho.

Matan a la serpiente, drenan su sangre en un vaso de licor

junto con su corazón aún latiente. No todo el mundo hace esto.

Lo bebes, y luego masticas y masticas el fuerte músculo de serpiente.

En otro lugar, se sirve la sangre de murciélagos sin el corazón.

Nadie sabe qué diferencia hace esto.

Las almas tienen su propio mundo. El cadáver su jaula de hueso.

Nada más que fuego todo lado que el fuego encuentra aire.

Ya no quedan cueros, este el último títere.

El titiritero lo alza a la luz y lo hace hablar

una lengua que nunca más ha de hablar, su sombra encontrando la sombra

sobre el muro de nadie más. Luego pone en su boca una última canción.

Las almas tienen su propio mundo. Son los descendientes de las nubes.

Llévate este títere a los Estados Unidos. Álzalo a la luz. 

 

© Carolyn Forché

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Muchas gracias querido poeta por tan linda idea un abrazo
Gladys Cepeda

2 de junio de 2025, 22:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy buenos los tres!!!
Gracias poetas!

Gloria Calvo

3 de junio de 2025, 8:08  
Blogger Alfredo Lemon ha dicho...

Gracias Gladys por este muestreo.
"Estalló en sílabas el silencio" (Puzzo)
"Una tormenta como el futuro, llena de cerdos, árboles, carros..." (Forché)
Alucinante las palabras como dardos muy ciertos de Marrero: "antes que el mundo nos agarre y no lo soltemos más"
Saludo desde Córdoba

3 de junio de 2025, 8:30  

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