Olga Liliana Reinoso comparte a Fernández/Tineo/Cuellar

 

Pactos

 

Tiñe grises dorados el otoño,

con furia ha transformado

el parque en una granja de árboles pelados.

Le ha quitado al sol todo su brillo,

la escarcha pinta el césped de charol,

dibujan pentagramas los rastrillos

y las hojas son notas de rocanrol.

Pero toda estación tiene su encanto

pobre otoño de fríos y quebrantos,

yo voy a consolar tu triste llanto

porque disfruto ser tu compañera.

A lo mejor entre los dos creamos un pacto

y logramos todo el tiempo primavera.

 

© Griselda Fernández

 

¿Viste que había vida ahí, fuera?

¿Viste al manto estrellado ocultar los colores?

¿Viste que la vida camina más allá de la tarde?

¿Y la sonrisa de la madre con su hijo regresando a la casa?

¿Y a la pareja de chicos besarse a mitad del semáforo?

¿Oíste la melodía del coche que pasaba?

Bueno, sí.

Solo faltaba

que un susurro poético

golpeara a tu puerta.

 

© Nidia Tineo

 

EL LEGADO

 

Eterna soledad es el amanecer de las montañas.

La eternidad del verso y la fugacidad de las palabras.

Sólo se existe cuándo observa.

¡El hombre!

Alguien dijo antes de partir de esta tierra.

¡Llévenme a mi casa!

Otro pobre hombre preguntaba la hora a cada instante.

Como queriendo aferrarse al tiempo.

Tres o cuatro millones de años

que estamos en la tierra.

Los huesos son los huesos

y la sangre sigue siendo la misma sangre.

Solo hay una evolución.

 Y es lo que hereda.

¡Tú simiente!

No importa lo conquistado.

Porque la irael resentimiento y la avaricia.

son monedas hechas de latón.

Eterno legado tan perpetuo.

No como los huesos

que se quiebran y deshacen en polvo perdido en la tierra.

¡Es la mirada bella!

Inundada de un corazón que atravesó la pena,

que supo permanecer en suspiró dejando semillas.

Con las quijadas tiesas de dolor y las quijadas de un burro en las manos.

Así se vive y se lucha para enfrentar la ausencia del que nunca se fue.

Nuestra luz del candil en la noche más fría.

Solamente el cobre se amalgama con plata.

Y el legado es que el alma se amalgama con amor.

Como la plata se funde en fuego.

Se destila hirviendo y se separa por poco que sea,

el pedacito de cielo que llevamos bien adentro.

 

© Dardo Cuellar