Texto de Hugo Francisco Rivella
La boca está de luto
he mentido
no sostuve el espejo de tu rostro he negado al ciprés
al homicida al monje peregrino que se pierde vaya a saber en
qué rondas qué entresijos la boca que ha soplado sobre el leño que sostiene a
la lluvia
el descreído eterno el ateo de la tierra el universo
la boca que susurra obscenidades injuria con la lengua
blasfema grita escupe palabras descarnadas asesinas
la boca niunamenos luchando por derechos enmohecidos
machismo mierda espanto la muerte de mujeres por el trago de
arsénico de balas
y de golpes de roca y de alquitrán y diosmesalve
la boca del traidor en el prostíbulo hediendo las encías y
la garganta lamiendo la tristeza de las putas que son mucho más sagradas que su
madre
la boca de promesas incumplidas con roncos paraísos ilusorios
la que engaña a la niña
y la somete hasta dejarlas botadas en la sombra
la boca de morder la osamenta del dios de los paganos y
masticar la ostia con el cuerpo del que fuera más hombre que su padre
la boca de decir estoy sangrando no puedo amarte más de lo
que te amo
amarte hasta que el siglo se arrepienta de verme amando como
yo te amo
amarte de rodillas inclinado como el árbol que arrasa la
tormenta
amarte hasta vivir
amarte siempre más allá de la muerte y de sus garras
la boca que recita algún poema de Rokha de Tuñón de Adoum de
Gelman
la boca de besar tu roja boca
la boca de decir te sigo amando
© Hugo Francisco Rivella
Etiquetas: Hugo Francisco Rivella
2 comentarios:
Empezar cada día la eternidad quizás sea el destino de la palabra...
Tus frases esplendentes lo reafirman. Te abrazo grande Alfredo Lemon
Belleza, querido Hugo. Abrazo. Aníbal
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