Poema de Margarita Presas
Mutante
Durante el día soy una señora
que pretende ser buena,
riega sus plantas,
hace los mandados,
saluda a sus vecinos.
Cuando llega la noche
mis ojos grandes
quedan fijos en las cuencas
y se vuelven amarillos.
Estoy alerta
no dejo trasegar los sueños
ni escapar cavilaciones.
En la oscuridad,
hago rondas con las brujas,
buceo en mi lado oscuro,
atrapo pesadillas con mis garras,
picoteo los sueños plácidos,
mudo mis plumas.
Mi ulular se escucha
desde lejos.
Y al clarear
otra vez
vuelvo a la casa.
Mi alma de lechuza
se encadena
a las sonrisas
y al trajín de cada día.
© Margarita Presas
Etiquetas: Margarita Presas
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