Poema de Marina Coronel
Arder
El horizonte es una pregunta
que arde en los ojos de un ciego
como la helada sobre piel reseca
escarcha roída por la noche.
Somos la historia de nuestros
objetos más queridos.
Una búsqueda incómoda
¿hacia dónde?
¿Dónde la pausa necesaria
tomar agua
seguir?
Vaciamos las pupilas
por bordes filosos
tanteamos texturas para conocer
las cicatrices del mundo.
Todo se nos hace lluvia y se evapora:
el recuerdo de las mascotas
el viento bajo la galería
la belleza improvisada
la infancia que no merecimos
la domesticación sin remedio.
Pensar que éramos felices
como en las canciones
que escuchábamos de fondo
juntos contra todas las señales.
Tirar de la cuerda sólo te arrastra
a lugares de desequilibrio.
Lo que sube por las piernas
no es el miedo a caer
es el terror a caminar en círculos
es la materia reconociéndose finita.
Nos encandila esta paz
heredada de los espejos
la raíz de la luz en las orillas.
¿Cuánto más se puede
aguantar la respiración?
¿Cuánto nos hunde el movimiento?
El aire se seca
en la boca de los ahogados.
No importa el tiempo
que se tarde en flotar.
© Marina Coronel
Etiquetas: Marina Coronel
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