14/12/24

Poema de Marina Coronel

 


Arder

 

El horizonte es una pregunta

que arde en los ojos de un ciego

como la helada sobre piel reseca

escarcha roída por la noche.

Somos la historia de nuestros

objetos más queridos.

Una búsqueda incómoda

¿hacia dónde?

¿Dónde la pausa necesaria

tomar agua

seguir?

Vaciamos las pupilas

por bordes filosos

tanteamos texturas para conocer

las cicatrices del mundo.

 

Todo se nos hace lluvia y se evapora:

el recuerdo de las mascotas

el viento bajo la galería

la belleza improvisada

la infancia que no merecimos

la domesticación sin remedio.

 

Pensar que éramos felices

como en las canciones

que escuchábamos de fondo

juntos contra todas las señales.

 

Tirar de la cuerda sólo te arrastra

a lugares de desequilibrio.

Lo que sube por las piernas

no es el miedo a caer

es el terror a caminar en círculos

es la materia reconociéndose finita.

 

Nos encandila esta paz

heredada de los espejos

la raíz de la luz en las orillas.

¿Cuánto más se puede

aguantar la respiración?

¿Cuánto nos hunde el movimiento?

El aire se seca

en la boca de los ahogados.

No importa el tiempo

que se tarde en flotar.

 

© Marina Coronel

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