Poema de Vilma Sastre
ANTESALA DEL AGRESOR
Cuando me senté a morir-
Pedro Páramo, Juan Rulfo
y abrí la boca para fraguar mi aliento
una sola exhalación amortigua la cicatriz
de
nuestro ritual
entiéndase ¡no voy contar esta historia!
solo pinceladas de un cuadro
con intensidad de
matices
de recovecos en blanco
negro
y en rojo (dejémoslo
para el final)
mi casa tiene huecos de sol (como la muerte misma)
por momentos incendia sonámbula sus alucinaciones
luego el atropello (no hace falta decir) de lamer mi
territorio
¿es degradante?
te digo que aquel árbol recuperó la forma de ver su altura
sideral
insistís en la felicidad con tu carnal exuberancia
ahora
que se pone la tarde cuando ya es noche
hoy elijo cuidadosamente mi atuendo
movimientos mecánicos buscando el rosa virginal
desde la ventana la escena se reitera en los cristales
que se reflejan en el espejo de óvalo que se confunde
en tu mueca que
oculta mi nombre con uñas en menguante
el lienzo se desgarra entre el ojo y el paisaje
desarticula los verbos balbuceo palabras
señala un amarillo lacónico todo
es sombra tuya
agita su índice en alto último
hálito
su puño ya delinea mi género soy tu anónimo testigo
hay un tinte definido en la mujer que borda
sus manos de
guijarro
hay un punto de fuga en el hombre que la violenta debajo
de la tela
no cesa su sonrisa de precipitar cada mis colores
mejilla brazos torso
mi sexo
un hilillo rojo reverbera mi comisura (espléndidos tonos)
el párpado del día se difumina vorazmente
y arrojé mis cenizas
© Vilma Sastre
Etiquetas: Vilma Sastre
1 comentarios:
Vulma, me emocioné con tu poesía. Cristina Noguera
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