Poema de Irene Scalabrelli
Camino la casa
ando y desando los rincones,
desovillo pasos
le digo que no puedo
le digo despacio, con los ojos le digo
mi casa sabe que ando de partida
los perros, el cerco de madreselvas, el
algarrobo adolescente
saben, tienen que saber, me digo
y esta vergüenza mía
tan desvelada,
como si me viera
esa otra que yo era
y desde adentro censura
con una rabia afilada
cortándome el rostro la confianza el
orgullo
y una vena chiquita
una miseria de vena
por la que viaja el sueño que no ha sido
verme desangrar un hilito apenas
que no mata
que no es para matar
que asusta de tan rojo
y ahí está la cosa,
ese susto infinito trepando por el cuerpo
es el que manda
la casa es sólo eso, una casa,
parida a destiempo
un montón de ladrillos apilados
como se guardan los recuerdos
que no se quieren ni se nombran
cómo llegaron tan alto los ladrillos
mi casa sin dibujo, sin escuadra ni plomada
geometría de nido demorado
entre lluvias y sequías.
Respiramos juntas en el mismo fuelle, la
casa y yo
ella sabe que apura la encrucijada
cruje en las chapas como un animal herido
abre los ojos a la madrugada
y se llena de pájaros y sol.
© Irene Scalabrelli
Etiquetas: Irene Scalabrelli
3 comentarios:
Qué impresionante, se siente su sentir, qué hermoso!!!
Tremendo andar sintiendo la encrucijada.
Graciela Barbero
Impactada con esos versos!
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