19/11/22

Poema de Irene Scalabrelli

 


Camino la casa

ando y desando los rincones,

desovillo pasos

le digo que no puedo

le digo despacio, con los ojos le digo

mi casa sabe que ando de partida

los perros, el cerco de madreselvas, el algarrobo adolescente

saben, tienen que saber, me digo

y esta vergüenza mía

tan desvelada,

como si me viera

esa otra que yo era

y desde adentro censura

con una rabia afilada

cortándome el rostro la confianza el orgullo

y una vena chiquita

una miseria de vena

por la que viaja el sueño que no ha sido

verme desangrar un hilito apenas

que no mata

que no es para matar

que asusta de tan rojo

y ahí está la cosa,

ese susto infinito trepando por el cuerpo

es el que manda

la casa es sólo eso, una casa,

parida a destiempo

un montón de ladrillos apilados

como se guardan los recuerdos

que no se quieren ni se nombran

cómo llegaron tan alto los ladrillos

mi casa sin dibujo, sin escuadra ni plomada

geometría de nido demorado

entre lluvias y sequías.

 

Respiramos juntas en el mismo fuelle, la casa y yo

ella sabe que apura la encrucijada

cruje en las chapas como un animal herido

abre los ojos a la madrugada

y se llena de pájaros y sol.

 

© Irene Scalabrelli

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué impresionante, se siente su sentir, qué hermoso!!!

19 de noviembre de 2022, 13:56  
Blogger graciela barbero ha dicho...

Tremendo andar sintiendo la encrucijada.
Graciela Barbero

20 de noviembre de 2022, 18:27  
Blogger Adela ha dicho...

Impactada con esos versos!

21 de noviembre de 2022, 21:51  

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