22/2/21

Poema de Olga Edith Romero

 


 

Casa mía

 

Acá está todo lo que soy,

estas paredes pálidas contienen,

las pasiones secretas del verano

y los días pausados del otoño.

 

Huele a papel,

a madera de otros tiempos,

a comidas diversas,

a frutas abandonadas

sobre fuentes de losa,

a gatos que descansan

sus sueños de cacerías

sobre almohadones grandes

y a hojas verdes y flores.

 

Esta nave me alojó como un nido

y supo de risas y de llantos,

de voces infantiles que se volvieron graves,

de la voz de mi madre

que se fue con su mano entre las mías,

de cantos de zorzales madrugados

y de chicharras veraniegas.

De ladridos de perros

y pasos de tortuga, sapos y lagartijas.

 

Aquí transcurren noches desveladas

en viajes de libros y escritos,

y hubo épocas de vigilias insomnes

por la aguja clavada

con la mirada en el cielo raso

que era mi único cielo.

 

Casa mía, ni grande ni pequeña,

paredes que acaricié con pinceles,

sueños restaurados,

cuadros pintados por amigos,

piedras y caracoles traídos de otras tierras,

cortinas que he cosido en días invernales.

 

Casa útero.

 

© Olga Edith Romero

Etiquetas:

1 comentarios:

Blogger José María Pallaoro ha dicho...

"Casa mía, ni grande ni pequeña", sí, querida Olga, nuestros espacios que supimos conseguir, abrazo grande querida vecina! jm

25 de febrero de 2021, 13:14  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio