Marizel Estonllo recuerda a Atilio.J. Castelpoggi
Escrito a
mano
Las letras
de un poema
son rostros desconocidos
de uno mismo.
Su tinta
sobre el papel en blanco humedece
las formas mágicas del sueño.
Por eso las
palabras ebrias de lo fugaz beben la
inmensidad
de lo creado.
Cuando se
escribe a mano,
uno se
intima en la desnudez de la imaginación
Como los
ojos ávidos del cazador ante su presa
De esa
manera veo un condenado a muerte
Que lleva
en sus manos un cántaro de sombras
Y solo
estoy mirando mi propio espejo en llamas.
La poesía
es una larga memoria que no deja de sangrar.
© Atilio.J. Castelpoggi
AUTORRETRATO
El fuego
quema hasta purificar la llama
en el espacio de las palabras
Deseo ser
una brasa en el deseo.
© Marizel Estonllo
Etiquetas: Marizel Estonllo
3 comentarios:
Marizel, fue mi maestro en la poesía, en mi juventud. Gracias!!!
Me encanta este poeta, gracias por traerlo.
Atilio, increible poeta y maestro que no tuvo su altar merecido, vaya a saber porque causa no esta dentro de los grandes cuando lo fue, por suerte permanece en los corazones y vivencias de quienes tuvimos la fortuna de conocerlo.
Siempre y por siempre Atili Jorge
Patricia Corrales
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