15/4/20

Poema de Carmen Amato



La roca se mimetiza junto al árbol.

La roca inerte junto al árbol y el acero.
La leña seca ociosa junto al yerbajo.
La iguana oculta  
                                y a la vista    se asolea.

¿Quién la puede mirar si no se fija?
lo más obvio es lo más oculto:
resuma invisibilidad, secreto a voces.
La iguana se mimetiza en la piedra volcánica,
me mira con parsimonia sin perder la compostura;
está cómoda; sus escamas y sus patas expuestas.
La iguana es del color del mundo que la sostiene.

Posee un azul eléctrico y un verde  
                             que son atuendo de lujo.
Lo luce cuando camina bajo el sol
                             arrastrando su belleza;
pero cuando solo descansa
                             en el más transitado paisaje 
para mirar sin ser mirada
               y dar rienda suelta a su instinto
voyerista:  se mimetiza.

Se desnuda del color celeste.
Se pone parda como una piedra milenaria 
y me ve pasar por su ojo…
            Por el que le queda expuesto,
Porque el otro  
       sabrá Dios qué estará mirando.


© Carmen Amato

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