22/6/19

Poema de Mariana Finochietto





LA BRUMA 

La taza
que dejé para mi hija
en este manso oficio de ser madre
libera un humo gris sobre la mesa.
Es otra vez
asistir a la transformación de la materia,
el milagro cotidiano del derrumbe de la eternidad.
Nada perdura indemne demasiado tiempo
como si algo
en la sustancia de las cosas
debiera quebrarse para siempre,
hacerse un hálito pequeño,
prodigioso,
un vaporcito de nada entre tostadas.

© Mariana Finochietto

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7 comentarios:

Blogger Romina R Silva ha dicho...

Bella poesía, la finitud en la cotidianidad.

Abrazo

Romina

22 de junio de 2019, 16:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bello!!
Flora levi

22 de junio de 2019, 16:30  
Blogger fgiucich ha dicho...

¡Me gusta!

23 de junio de 2019, 19:31  
Blogger Patricia Berho ha dicho...

lo cotidiano lo pequeño lo que quedara , tierna poesía, gracias.

23 de junio de 2019, 20:11  
Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Y dicho con soltura, sonrisas y lágrimas.Bravo!

26 de junio de 2019, 6:22  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Ternura filosófica en el desayuno de la mañana.
Un abrazo,

Alicia Márquez

26 de junio de 2019, 7:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Placer leerte!
Tere Vaccaro.

26 de junio de 2019, 21:29  

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