Poema de Carlos Alberto Roldán
Lleno de
recodos el camino
Otros
quiebres otras empinadas cuestas
Vértigos
gratuitos y saltos que interpuestos
El
desaliento a veces
Abre como
si puertas los regresos
Los llena
de voces precisas de pedidos o promesas
Que nadie
ha hecho
E ilusiona
Puertas de
par en par abiertas
Noches
infinitas o veladas en que lo herido se restaura.
Es posible
que alguno equivocado vuelva:
La voz de
las sirenas es infinitamente dulce
No se ve
que su rostro es siniestro
Que su
intención no es buena
A cada paso
Un camino a
casa y millón de renuncias:
El infinito
con su disolución y tinieblas
Y sí: según
una no dicha ley nómade
Pisando los
propios cadáveres
© Carlos Alberto Roldán
2 comentarios:
Algo muy oscuro y doloroso, desgarrador.
Tremendo.
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