15/4/19

Texto de Marta Zabaleta



Dos abrazos, y un recuerdo

Se llama así tu sangre, la que chorrea dadivosa sembrando estela en la puerta de la jaula. Se desperegrina y vuela, soñando que parte las paredes, bebe el cielo.
Se silencia, se para entre ladrillos de esmeralda, relumbra  de   alquitrán y guizque pésimo, la requisan, la escupes, te penetran, les saludas, te cachetean, le besas, toman mate, leen a Gardel, le das Galeano: como si fueron ellos también, los carceleros, humanos. Los presos están muertos.
 Pero no, uno arrastra un cubículo con heces y por mi nombre, me llama. Mi sangre le ha bendito, mi sangre que derrama. Le culetean el alma.
Más requisa, más para los que estén vivitos y coleantes, dénle balas. "A la chiquita, un medio bizcocho, así cuando de  jovencita no me mata..."
 Vestidos detrás de una parada, un antojo, una medalla, me miran en La Plata con los ojos bajos. Los trasladados
Y te besan contra tu fuerza, te salivan, te amenazan con balas, les sonríes, tu no mientes,
te meten más palos, te deshojan  las flores, te quitan al prisionero pero eso sí, nación obliga, Argentina es muy culta, te devuelven en Devoto tus cartas.
 "- Son tan bonitas tus cartas, vieja de mierda..."- y yo les creo, mis cartas  a Gardel, mis trasnochadas cartas de los silencios rabiosos que rondan de madrugada, el hombre y su acechanza, la patrulla y su carga, ralla, arrulla, pasa, para...y el vecino y su vela, el portero y su sueldo, y yo
que quiero ser distinta, no parecerme a todos los que delatan, callan, traumatizan, apoyan, creen, defalcan, cogitan, bombardean, gritar al mundo reunirlo en una plaza romperme los zapatos debajo de una estatua.
Ya moriste Anahai, no somos mucho,  o somos nada.
 Levantá la cabeza de memoria, tragá la bosta, besá tu bota, que te quede la bronca  y que te quedan la ganas de ganarla. Y no me sudes en la sangre derramada. Limpiála y lávame... acordeón de las tristezas de la tarde que      aun no ha llegado, aún no es la hora de las bestias, arrúllame  en tus cuerdas de guitarra,   
soy la nación, aguántame, mi hermano. No me desangres.No te empecines en mi sangre coagulada. Toma mi mano. Vamos

                                                                                                                                                
© Marta Zabaleta

6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Marta: un terrible dolor, un mar de sufrimientos y torturas que la prisionera sufre, y que dentro suyo hacen crecer la resolución de no entregar su autenticidad ni delatar a los suyos. Un poema que pasa de lo individual a lo unánime en ese final heroico y magnífico: "soy la nación, aguántame, mi hermano"
Imposible no leer este poema sin estremecerse. Y a la vez decir como vos lo decís"Toma mi mano. Vamos"
Con cariño
Irene Marks

16 de abril de 2019, 9:02  
Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Muchas gracias oor tu visita y tu lectura.IRENE MARKS. En realidad, ese poema me fue inspirado durante una espera la primera vez que entre en la carcel de Villa Devoto como defensora a visitar a un ex desaparecido que aparecio allí de repente,, y describe un cúmulo de sensciones que me sacudieron entonces como ex prisionera yo misma en las mazmorras de Chile durante la dictadura del Gral, Pincohet. A estas heridas no las borra ni el tiempo.Abrazos.

20 de abril de 2019, 14:24  
Blogger Ricardo ha dicho...

Terrible. Se me ocurre una sola cosa: sobreviviente. Cómo sacar tanta belleza del dolor? Te abrazo fuerte.
Ricardo Rodriguez Pereya, Buenos. Aires

21 de abril de 2019, 9:58  
Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Te agradezco muchisimo el que hayas tenido estómago para compartir mis recuerdos, y mis sueños.
Mientras haya amor, hay esperanza, hermano. Marta

21 de abril de 2019, 19:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

gracias Marta,de la más profunda bestialidad, lo convertiste en belleza,
silvia loustau

22 de abril de 2019, 13:07  
Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Son retazos de nuestras vidas, y sí, elllas también contienen sus bellezas. Gracias por tu sensibilidad poética,Marta

27 de abril de 2019, 19:22  

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