Poema de Amalia Mercedes Abaria
EL ASESINO
DE PUENTE PACIFICO
¿Quién
hablaba del asesino?
¿De éste o
de aquel otro?
No escucha,
no escucha,
camina
despacio
como un
lagarto ciego
y el Puente
consuela
su
latido de muerte.
Por eso su
mirada va hacia abajo
traspasando
pavimento,
tierra,
agua.
¿A dónde
irá
el acecho
de sus ojos?
No recuerda
si alguien ha muerto.
¿Quién dijo
eso?
Nadie lo
sabe. Nadie recuerda.
Solamente
una mancha vuela
en su
cabeza.
Una mancha
roja y negra
y el
caballo es también negro.
El asesino
ama tanto
a ese
caballo,
inaccesible luz.
Pero no hay
caballo, no hay luz.
Sólo es
locura, negra visión de animal
enterrado.
Y camina
entre nosotros.
Está
llegando el tren,
oh!
palomas, palomas, dejen los pies
del
asesino.
Sería una
salvación salir, desaparecer,
buscar
definitivamente al caballo negro
subir
cada escalón sombrío.
Y su pesada mancha roja
con pasos,
con escamas
con su mancha roja y negra
¡Qué
longitud de abismo!
Y es tarde,
tan tarde
y pronto el ocaso.
En sus
manos hay un temblor rojo
y negro.
El tren ha
partido.
Detrás va
un caballo negro.
© Amalia Mercedes Abaria
Etiquetas: Amalia Mercedes Abaria
2 comentarios:
Gracias Gustavo, por publicarme este extraño poema. Abrazo!!! Amalia
Inquietante poema, que sumerge en atmósfera de locura y de pesadilla. Queda un sabor a desconcierto, a recuerdos de temores antiguos y a neblinas oníricas. Es un poema nocturno, donde el caballo negro aglutina lo oscuro del sueño y de la vigilia. Como si hubieras entrado por alguna rendija a las aguas subterráneas del inconsciente colectivo. Texto sorprendente. Un beso grande. Adriana Dirbi Maggio
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