15/12/18

Poema de Vanesa Almada Noguerón



séptimo C – Parte II 

conozco la manera en que se mide
cualquier distancia imaginaria entre dos cuerpos
salvados del error morfosintáctico pero condenados
a una fatalidad igualmente análoga

la piedra es el agotamiento
la piedra es la torre improductiva de hierro fundido puesta por pura presunción fálica en la mitad del paisaje
la piedra es el nombre de pila del décimo en aparecer

una categoría no registrada de cadenas atraviesa la plaza abandonada de mi infancia
la piedra es el hotel business class de enfrente / que cumple esta tarde dos décadas en construcción
la piedra conserva la loza incompleta de la suite presidencial
(hace frío en este lugar
hace frío por donde pasa la estrechez exigida
                                   de la memoria)

conozco el frente y el fondo de algunas cosas
conozco sus muecas faciales  y su desprecio ensayado cuando camina y cuando abandona el contorno de la calle
lleva el número de doble dígito en la espalda y el nombre de pila puesto por pura presunción fálica en la mitad de tu lengua
la pronunciación resulta como siempre perfecta
no recordamos ya / el color de las butacas
nos damos las manos o mejor un beso
                                  de cortesía 

en ese exacto momento la piedra
tiene el semblante de los gusanos antes de llegar al núcleo
algún movimiento que reconozco siniestro hacen los vasos sanguíneos de mayor extensión y explotan en un timbre denso
explotan aunque no caen al suelo ni se propagan
dos lobos himalayos diminutos devoran con perversidad antropofágica partes sustanciales y también diminutas del endocardio
la sangre que les migra desde la mandíbula les ha dañado la pulcritud de los trajes
la piedra es el nervio conceptual que los abraza mientras se alimentan 

la pronunciación resulta como siempre perfecta
es buena voluntad nuestro ritual de bienvenida
somos responsables inscriptos de esta sala llena

conozco los mecanismos defectuosos de evacuación en caso de incendio
conozco el desapego evidente de los pasillos y el erotismo intuitivo de los plantines en los balcones
(hace frío en este lugar
hace frío en las razones exigidas de esta reunión
                                 de consorcio)
lleva el número de doble dígito en la espalda
la piedra es el nombre de pila y la pronunciación
siempre perfecta
explota en un timbre denso
en ese exacto momento alguien vuelve a probar en cualquier puerta el juego nuevo de llaves
una distancia imaginaria nos separa
nos damos la mano o mejor un beso
                                            de cortesía


© Vanesa Almada Noguerón

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1 comentarios:

Anonymous Silvina Vuckovic ha dicho...

Con el sello de Vanesa. ¡Gracias!

17 de diciembre de 2018, 16:25  

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