13/10/18

Poema de María Teresa Andruetto





Con mi hija, en auto

                         A Josefina

Íbamos, con tu hija durmiendo
en el asiento de atrás, hablando las dos
de un modo nuevo sobre cómo lo real
atraviesa la experiencia del cuerpo
y de la psiquis. ¿Estás cansada?,
pregunté y enseguida pensé que había
hablado por demás. En otros tiempos
reprochabas no hables fuerte, no hables
tanto, no hagas gestos, pero anoche,
en la oscuridad del camino que va a casa,
preguntaste por mis partos, mis puerperios,
y yo te conté de aquella noche
llegando más muerta que viva al hospital.
Largué lo que tenía atascado en la garganta
y vos dijiste a mí si me hacen eso, los mato,
te juro que los mato. Hablábamos las dos
de un modo nuevo, en medio del camino,
con tu hija durmiendo en el asiento
de atrás. Entonces me contaste
lo que habías leído, que todo el dolor
que guarda el útero se sana en los hijos
de los hijos, y la resaca que guardaba
se fue limpiando entre los saltos
del auto sobre el ripio.

© María Teresa Andruetto

6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Poema diálogo, para contar el dolor. Me gustó mucho, admiro a Teresa. gracias. marta comelli

13 de octubre de 2018, 21:02  
Blogger Sandra ha dicho...

Qué belleza! Abrazos litorales!

14 de octubre de 2018, 11:48  
Blogger Patricia Berho ha dicho...

Una construcción,el decir profundo y claro de Teresa , gracias ❣️

14 de octubre de 2018, 22:20  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Bellísimo. Tremendamente cierto, además.


Un abrazo,

Alicia Márquez

16 de octubre de 2018, 13:56  
Blogger graciela barbero ha dicho...

Los hechos suelen ser menos dolorosos cuando se pueden exteriorizar. Muy bueno
Un abrazo Graciela Barbero

17 de octubre de 2018, 16:12  
Blogger irepoesia@gmail.com ha dicho...

Un compartir que aliviana el dolor, limpia los
recuerdos terribles.
Buenísimo y muy humano
Irene Marks

1 de noviembre de 2018, 9:13  

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