Poema de Paulina Vinderman
En la Plaza Mayor, una adolescente
vende
cigarrillos
de a uno. Se rehusa a darnos más,
debe
guardarlos para sus clientes.
Le
compramos bollos azucarados, un collar de caracoles
y un
angelote de papel maché.
El cielo es
porcelana antigua sobre el mundo
(cuando se
fragmente crecerá su belleza).
También es
antigua nuestra dicha:
frágil y
antigua.
El verano
se ahueca como las alas de un pájaro
concentrado
en su historia.
No me iré,
me asegura el verano, has dejado atrás
la mujer
que esperaba el otoño para volver a empezar,
dentro de
un ritual infantil y venenoso, como el juego de
la mancha:
hundirse en un encierro,
en un
perfume tenaz, en un territorio de huérfanos.
© Paulina Vinderman
4 comentarios:
Poesía pura.
el encierro, un territorio de húerfano, qué imagen, terrible, contundente
Muy bueno, como toda tu poesía!!
Besosss
Bello. Cargado de sugerencias:el instante, los personajes, la plaza, y siempre un estado de alma.
Inmensa poesía.
Verónica Capellino
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