14/5/17

Poema de Marita Rodríguez-Cazaux



CANTO    9

A esa mujer,
la de los ojos claros,
que ha podido escapar del cisma de la guerra
aún le tiembla el cuerpo de metralla.
Y aquella,
la de los ojos negros,
tapiada en la mirilla de cien velos
no comprende el pecado ni la piedra.
Mientras, en el burdel,
otra muchacha,
con el cuerpo desnudo tapa el hambre.
A pasos de su espejo,
estiletes de otro espejo se meten en la carne
de la niña que soñaba ser modelo.
Más abajo,
una magra mujer de piel oscura,
se lame uno a uno cada golpe
en el instante mismo en que lo hace
una magra mujer de más arriba.
Y a esta,
que hoy me sale por la boca,
este puzzle de mujer que me circula,
-huérfana de Virginia, de Sylvia, de Anne Sexton-
se le ha dado por escribir poemas.


© Marita Rodríguez-Cazaux

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6 comentarios:

Anonymous betty badaui ha dicho...

Vigor total en este poema, buena textualidad y un final que se acerca con rotundez, hermoso poema, aún en sus tristezas.
Un abraz0
Betty

15 de mayo de 2017, 1:25  
Anonymous María Marta Donnet ha dicho...

Qué bueno Marita !!! Gracias por compartir tanta poesía !!!

15 de mayo de 2017, 12:31  
Blogger OSVALDO VICTOR FERNANDEZ ha dicho...

Poema de exquisita altura literaria.

16 de mayo de 2017, 23:56  
Anonymous Diego Bennett ha dicho...

Brillante Marita

18 de mayo de 2017, 22:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

QUÉ POEMA FUERTE, MARITA...IMAGENES DE UNA REALIDAD CRUDA Y CRUENTA
CON TODO MI CARIÑO
GRACIELA LICCIARDI

19 de mayo de 2017, 13:35  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

Fuerte, armonioso, rotundo!

Besosssssss

21 de mayo de 2017, 18:40  

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