20/2/16

Poema narrativo de Mónica Cazón


Arroz con leche

y el peral abrió sus flores blancas, pero caían como rayos sobre las matas. Vi  pasar un  grupo de niños llevados por luciérnagas y luego entrelazarse en una ronda. Y, pese a todo, vi a la desconocida  sonreír a mi lado. Era la calidez de la tarde, magnánima, única. Para mirarla de reojo por la ventana entreabierta; como una niña de Balthus, esperando que empiece lo terrible.    


© Mónica Cazón

5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...



Absolutamente mágico.

Un abrazo.

Alicia Márquez

20 de febrero de 2016, 17:21  
Blogger Ines ha dicho...

Tiene un aire ambiguo, entre lo bello y cálido; y lo turbio. Me gustó. Abrazo, Inés Legarreta.

20 de febrero de 2016, 18:18  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

Es tierno y oscuro: bello!

Besossss

21 de febrero de 2016, 13:46  
Blogger Teresa Gerez ha dicho...

Misterioso poema con final abierto. Abrazo, Mónica querida!

22 de febrero de 2016, 0:09  
Blogger norma ha dicho...

bello y siniestro, me gusta.

2 de marzo de 2016, 20:38  

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