30/8/14

Texto de Ramiro Pelliza




Amor, dale, que se me cansó el salir de sol. Amor, te huelo el corazón y huele a otro.

Que me enigmes, puede ser.
Que me sucedan.

Vos, que para llegar hasta mi pecho, tuviste que atravesar mi espalda de punta a punta. Por la parte que era ciego, también era sensible, libertadora de tu causa; dolida por quejoso; requerida por vengativo; restauradora de ansias ajenas; Ay, cansadita de siempre lo mismo.

Te juro que la luna no tiene entradas, pero cada día somos más los que no podemos salirle. Y es que los ojos multiplícanse cuando uno sueña; que de sueño no cumplido no hay retorno. Vos, soñadora, vos, sueñito.

Te acaricio con esta mano de sentirse solo; te sostengo con la fuerza de hombre para abrir tapitas duras; te respondo como iniciático. Tengo camellos suspirando en la desidia. Ay, amor, cuánta algarabía en tomar agua y seguir vivo.

¿Y este arnés que me sujeta por si me levanto? Ay, Dios, que enojarme sea tan prolijo: eso no.


© Ramiro Pelliza

1 comentarios:

Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

De amores y desamores, también de juegos. Cuántas imágenes que van y vienen.
Lo saludo.

5 de septiembre de 2014, 16:56  

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