22/11/12

Poema de Liliana Rega


Adentro
Vidala urbana 

En el deseo circular de las totoras habitan los instantes previos a la raíz del canto
Cuando se aproxima agosto las mujeres comienzan la espera de los jazmines
Los jazmines serán más tarde, pero las mujeres los esperan en los patios los domingos por la tarde al sol
A las tres o a las cuatro de la tarde
Y rezan en los patios
Por entre las junturas resquebrajadas de las baldosas cantan reunidas y en silencio
Desprevenidamente juntas cuando quizás no se vean jamás
Cantan solas
Cantan sin conocerse
No se conocen
Cantan
Sus destino único de ser deshabitadas
Acaso un azar las detiene
Las  voces de los hombres rústicos reunidos
Adentro está el desasociego de unas cobijas por donde se escapa en vocablos la historia de los otros
Que también engendran
Entonces hay el tiempo la instancia que vuelve
El amor se realizaba primero desde las suavidades de unas canoas transpirantes de sol
Se oye la voz revolviendo el polvo seco de las macetas
Las mujeres piden perdón y marcan su único límite verdadero
Su sonido decidido enteramente voz
Muerden las  últimas dádivas de la tierra que antes alimentó a los hombres
La tierra que prontamente se convertirá en bocado
En danza amorosa
En los sudores narrados en catarros y esperas
En hijos que también engendren 

Ay, muchacho
El libro que te sustenta en tus deseos y trabajos
El libro encantador de las palabras prodigiosas  
Antes fue un menjunje de barros y jazmines
Complaciente a los tallos biselados
Secado al sol

 

© Liliana Rega

3 comentarios:

Blogger Isabel ha dicho...

Mujeres de cualquier edad en estaqdo de espera. Se sospecha el pueblo. Y el muchacho, que estudia o es poeta, ignora cómo fue su gestación, en su madere y en todas. Poema florecido.
Muy bueno. Un abrazo
Isabel Llorca Bosco

24 de noviembre de 2012, 13:35  
Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Liliana un poema extraordinario que no me canso de releer

24 de noviembre de 2012, 23:33  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola: Esos jazmines que se esperan, nos hablan de una actitud de las mujeres, una actitud de paciencia, como si no hubiera otra cosa en sus vidas, como si todo la acción se hubiera desprendido ya de ellas. Ese murmullo que las reúne es tal vez el de los conventos o las iglesias, a donde van para reunirse a edad avanzada. Es un poema de gran lirismo, de sonidos y palabras evocadores de nostalgia y a la vez misterio. Felicitaciones Irene Marks

26 de noviembre de 2012, 8:07  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio